La primera etapa del Gasoducto Néstor Kirchner se extenderá a lo largo de 558 kilómetros con una inversión estimada en US$ 1.500 millones y unirá las localidades de Tratayén, en Neuquén, con Salliqueló, en el centro oeste de Buenos Aires, para luego en una segunda etapa extenderse hasta el sur de la provincia de Santa Fe.

Representantes del sector empresarial destacaron la importancia de la obra por el impacto que tendrá en ahorro de importaciones, que solo en 2022, arrojó un balance negativo en el balance comercial energético, de 6.633 millones de dólares.

El director del Centro de Estudios para la Producción (CEP-XXI), Daniel Schteingart, señaló a Télam que el gasoducto significará que “a mediano y largo plazo va a permitir que Vaca Muerta despliegue cada vez más su potencial”.

“El gasoducto va a ayudar, primero, a resolver el actual déficit energético a través de la sustitución de importaciones y, luego, nos posibilitará convertirnos en exportadores tanto de petróleo como de gas”, agregó el titular de Argentina Productiva 2030.

Por su parte, el CEO de Pampa Energía, Marcelo Mindlin, aseguró que el hecho es “histórico para el sector energético” y que “con esta obra se comenzó a transitar el camino hacia el autoabastecimiento de gas”.

“El gasoducto va a ayudar, primero, a resolver el actual déficit energético a través de la sustitución de importaciones y, luego, nos posibilitará convertirnos en exportadores tanto de petróleo como de gas”, agregó el titular de Argentina Productiva 2030.

Por su parte, el CEO de Pampa Energía, Marcelo Mindlin, aseguró que el hecho es “histórico para el sector energético” y que “con esta obra se comenzó a transitar el camino hacia el autoabastecimiento de gas”.

La obra en su primera etapa permitirá aumentar la capacidad de transporte en 24 millones de metros cúbicos (m3) de gas diarios para reemplazar la importación de combustibles y fortalecer el abastecimiento de usuarios y usinas de generación eléctrica que abastecen el Área Metropolitana Buenos Aires.

Cuando en abril del año pasado se iniciaron las obras, que se hicieron en tiempo récord, el presidente de Integración Energética Argentina (Ieasa), Agustín Gerez, dijo que el gasoducto “va a permitir a los argentinos acceder a la energía a precios competitivos”.

“Hoy se está pagando un gas que viene subsidiado por el Estado y tiene una incidencia fuerte por la coyuntura internacional. El GNL que compramos en barco, que se paga 30/35 dólares, al productor local se lo estamos pagando 3,5 dólares”.

Respecto al ahorro fiscal, el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) estimó a Télam que la construcción del primer tramo Tratayén – Salliqueló permitirá “en el corto plazo” un ahorro en subsidios por US$1.000 millones anuales.

El Ente añadió que también generará un “impacto positivo en la balanza comercial energética, por menos importaciones y más exportaciones, que rondaría los US$1.800 millones al año, permitiendo mejorar los ingresos públicos de las provincias por más de US$100 millones al año”.

Por su parte, el investigador del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad (Ceepys), Martin Bronstein, aseguró a Télam que “es una obra estratégica para el país que se debía haber hecho hace tiempo y viene a resolver los actuales problemas de transporte” del fluido.

La obra permitirá “reducir las importaciones de gas natural licuado (GNL) que tanto le cuestan al país y, posteriormente, comenzar a exportar”, resaltó el especialista.

 

Fuente:

Gasoducto Néstor Kirchner: por qué es clave para el autoabastecimiento energético y exportar gas