LA PAMPA.- La construcción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), obra vital para garantizar el abastecimiento energético de la Argentina en el pico de consumo invernal y para ampliar la capacidad de evacuación del gas extraído en Vaca Muerta, está ingresando en la recta final. La fecha de finalización está prevista para el 20 de junio y los actores involucrados en el proyecto son optimistas en poder cumplir con ese objetivo.

Invitado por Techint y Sacde, que conforman la UTE que está a cargo de la construcción de la mayor parte del ducto, EconoJournal integró la comitiva periodística que viajó hasta la localidad de Chacharramendi, en el departamento pampeano de Utracán, a 200 kilómetros (km) de Santa Rosa, para visitar y conocer en detalle el estado actual de la obra. En medio de La Pampa está emplazado el campamento PK300 (progressive kilometres 300), donde la UTE montó una planta de doble junta para soldar dos tubos de 12 metros de largo y formar uno mayor de 24 metros. De esa longitud son los decenas de caños que permanecen apostados en un extenso desfiladero que recorre la traza del gasoducto a la espera de que los suelden y entierren en el subsuelo.

Se trabaja con un esquema de 25 días seguidos sin franco por cinco de descanso. Hasta el momento, el proyecto ya demandó más de 4 millones de horas/hombre de trabajo. Por su envergadura y por el quiebre de paradigma que trae aparejado, el GPNK es comparable a la construcción de los gasoductos Neuba I y II, emprendimientos que en los años’70 y ’80 abrieron el camino para la transformación de la industria energética del país al conectar el yacimiento neuquino de Loma de la Lata con Buenos Aires. Algo de esa mística constitutiva se respira en esta desolada meseta de La Pampa. Para reforzar esa idea, tanto Sacde como Techint convocaron para el proyecto a ingenieros y profesionales que participaron de la construcción de esos gasoductos. Algunos incluso estaban retirados pero aceptaron volver al ruedo por los intangibles históricos que están en juego.

Una vista aérea del Campamento PK300, uno de los puntos neurálgicos del proyecto GPNK, en medio de La Pampa.

«No había memoria viva en la Argentina de este tipo de obras. Tuvimos que reconstruirla. El principal desafío de este gasoducto es el tiempo. No hay antecedentes a nivel mundial de instalar un caño de 36 pulgadas y de más de 560 km en 10 meses», destaca Pablo Brottier, director ejecutivo de Sacde, que junto con Damián Mindlin, presidente y CEO de la constructora controlada por los accionistas de Pampa Energía, y Gustavo Gallino, director general de Techint Ingeniería y Construcción, encabezaron la recorrida por las instalaciones. También participó el gerente general de la empresa estatal Enarsa, Agustín Gerez, que en los últimos meses se posicionó como un interlocutor sistémico para agilizar la concreción de la obra.

La visita coincidió con el arribo al campamento del camión cargado con el último lote de caños para el gasoducto. Fueron, en total, más de 9.000 viajes que totalizaron un acumulado de 6 millones de km. No se registró ningún accidente.

En una primera etapa, el gasoducto Néstor Kirchner vinculará la localidad de Tratayén, en Neuquén, con la de Salliqueló, en la provincia de Buenos Aires, y estará en condiciones de transportar 11 millones de metros cúbicos (m3) por día. Esa cifra se elevará a 24 millones una vez que se instalen tres plantas de compresión en el sistema de transporte troncal de gas. La UTE Techint-Sacde lleva adelante los renglones 1 y 2, que prevé la instalación de 440 Km del GPNK, y también del 4, que contempla la instalación del Mercedes-Cardales, que permitirá conectar el sistema TGS con el de TGN y llevar gas desde Vaca Muerta hasta la región del gran Rosario, donde están emplazadas varias centrales termoeléctricas.

La segunda etapa del proyecto, que conectará Salliqueló con San Jerónimo, en Santa Fe, elevará que la capacidad de transporte aumente hasta los 40 MMm3/día. El gobierno quiere licitar la construcción de esa obra en los próximos dos meses, pero aún no está cerrada la ingeniería financiera para solventar la inversión necesaria, que se estima en US$ 2000 millones.

Dentro de los pequeños ‘gazebos’ funcionan las soldadoras automáticas.

Salto tecnológico

El Gasoducto Néstor Kirchner es la punta de lanza que permitirá, a su vez, la ejecución de otros proyectos en el segmento de midstream, como gasoductos secundarios para vincular el caño troncal con yacimientos en Vaca Muerta, así como también nuevas plantas de tratamiento y de captación de líquidos de gas a nivel local. Al mismo tiempo, representa un salto tecnológico y una pieza de imbricación cultural por la multiplicidad de profesionales de distinta nacionalidad que participan de la obra.

Un ejemplo concreto de esa heterogeneidad salta a la luz en el hecho de que unos 45 soldadores turcos están a cargo de la operación de las soldadoras automáticas que puede unir unas 100 juntas de caño por día de caños. Nunca antes empleada en la Argentina, la tecnología funciona mediante robot con cabezales motorizados que, en primer término, suelda por dentro los bordes de los tubos y, en una segunda fase, completa el proceso con una soldadura externa. Amoladora en mano y equipados con cascos fotosensibles, los especialistas turcos se desempeñan con una naturalidad imperturbable. Cada operatoria no demanda más que minutos.

La soldadora automática de última generación fue desarrollada por la empresa norteamericana CRC y permite soldar hasta 5 km por día. De hecho, se llegaron a unir 37 km en una semana, lo que constituyó un récord mundial. Según lo previsto, la última soldadura de la planta de doble junta ubicada en el campamento del PK300 se concretará el 1 o 2 de mayo, mientras que la última soldadura automática se efectuará una semana más tarde, entre los días 8 y 10 de ese mes.

Desafiantes

El desfile de tubos que conformarán el GPNK deja un surco entre Neuquén y el sur de la provincia de Buenos Aires

La potencia de la maquinaria empleada simboliza la envergadura de la obra. Por caso, operadas por profesionales ‘sidebonistas’, las grúas tiendetubos pueden levantar entre 40 y 60 toneladas (Tn). En algunos casos, es necesario involucrar hasta 7 u 8 unidades de manera simultánea para poder maniobrar los tubos en las zanjas de la traza.

Al proyecto se acaba de sumar un tercer frente de obra que Sacde tenía abocado a la ampliación de un Gasoducto Vaca Muerta de TGS que conecta Los Toldos con El Trapial, dos campos en Neuquén. Integrado por unos 100 trabajadores y 50 equipos, ese grupo hoy aporta unas 50 juntas por día del GPNK.

Una vez que finalice la etapa de soldadura, el próximo hito será encarar el cierre metálico del ducto. Para eso, habrá que cerrar unos 30 puntos singulares que por diversas razones aún quedan por soldar, como el cruce de rutas y curvas pronunciadas. Uno de esos cierres diferenciales está dado por el cruce del río Colorado, una tarea que la UTE encaró esta semana con herramental propio, dado que el plan original, que consistía en delegar esa tarea un contratista, fue desestimado porque esa tuneladora se rompió mientras estaba afectada a un proyecto de Oldelval.

Techint y Sacde quieren tener listas las pruebas hidráulicas del gasoducto a fines de mayo. Para eso, habrá que realizar nuevas pruebas en el renglón 1 y siete en el renglón 2. El proceso incluye el llenado de agua (proveniente del río Colorado) por todo el ducto para comprobar la estanqueidad del sistema. También se inyectará una presión y media por sobre la presión máxima de diseño del caño a fin de comprobar la resistencia de los materiales.

El interior de las cabinas de soldadura operadas por especialistas turcos.

Cada una de estas pruebas hidráulicas, que también comprenden el secado de la tubería con aire caliente (en el pasado se utilizaba metanol), demanda una semana de trabajo. Recién después de las mismas (emprendidas tanto desde Neuquén como desde Buenos Aires hacia la Pampa) se incorporan las válvulas de bloqueo de línea, que configuran el último proceso a ejecutar.

En cifras

En su primera etapa, la construcción del GPNK permitirá sustituir importaciones de gas y líquidos por un valor de aproximadamente 4.400 millones de dólares anuales (si bien en 2023 ese monto llegará a los US$ 2.200 millones). De esta forma, el repago de la inversión se lograría en menos de un año.

Por cada tramo hoy se están invirtiendo alrededor de US$ 60 millones en compras, la mayoría a proveedores locales. La UTE conformada por Sacde y Techint utiliza más de 1.400 equipos nacionales en la obra, incluyendo sidebooms, pipe welders, motoniveladoras, topadoras, excavadoras, grúas y tractores, entre otras unidades.

En el pico de labores en los renglones 1, 2 y 4 se contrataron más de 3.000 colaboradores directos y unos 8.000 indirectos. A su vez, las empresas crearon un Centro de Capacitación en la localidad bonaerense de Pacheco que formó a más de 90 operadores de tiendetubos, provenientes de 11 provincias. Una vez finalizado el proyecto, el personal contará con certificaciones para manejar este tipo de maquinaria en cualquier otra obra.

La entrada Gasoducto Néstor Kirchner: recta final para el proyecto que promete recuperar la épica perdida en materia de energía se publicó primero en EconoJournal.

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