La Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GIZ) dio a conocer el pasado viernes que prepara un informe del hidrógeno verde en México y que dará una visión de las posibilidades en el país sobre una alternativa renovable que cada vez toma mayor fuerza y relevancia en el sector energético.
En principio, según lo que planteó William Jensen, asesor de la GIZ en México, durante esta década puede existir cerca un 60% de reducción de los costos de producción del hidrógeno verde, sumado al hecho que para 2050 el crecimiento del mercado podrá llegar a 630 mil millones de dólares.
El estudio toma como base dos escenarios. El primero es el cumplimiento de Contribución Determinada a nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés), es decir, que toma en cuenta los acuerdos internacionales de reducción de gases de efecto invernadero. Mientras que el segundo escenario apunta al impulso del hidrógeno, que considera un escenario muy optimista donde las tecnologías del H2 reducen sus costos de gran manera.
“Si nos quedamos en el primer escenario mencionado y la tecnología en México no avanza lo suficientemente rápido, en 2050 el gas natural aún será un poco más barato que el hidrógeno verde”, señaló Jensen.
“Sin embargo, si existe este gran impulso de la tecnología y además hay una política respecto del desarrollo de este tipo de tecnología, hacia el año 2042 el hidrógeno verde podría resultar más barato que el gas natural, lo cual tiene unos resultados muy interesantes para las empresas productivas del estado”, explicó.
Por otra parte, el asesor de la GIZ en México remarcó que dentro del estudio hay detalles “interesantes”, como por ejemplo el potencial “enorme” para ser competitivo en el precio del hidrógeno verde, utilizando la electrólisis PEM.
Bajo esta línea, el potencial son 22 TW de electrólisis PEM instalables en todo el país, y según averiguó Energía Estratégica, con una capacidad de producción aproximada de más de mil doscientos millones de toneladas de hidrógeno.
Cabe aclarar que este potencial es un teórico máximo, el cual implicaría poner paneles fotovoltaicos en cada rincón posible de México, pero sin contar ciudades, carreteras, aeropuertos, reservas ecológicas, parques nacionales, sitios arqueológicos. Y además, se establece en base a un criterio de cercanía a la red de transmisión eléctrica.
“Probablemente sea difícil llegar a él, pero es un indicador de que en el país hay mucho que explotar”, comentaron allegados al estudio.