En Costa Rica el proyecto de la Ley de Armonización del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) aún genera ciertos desacuerdos sobre cuál debe ser el norte a seguir en este subsector del mercado.

El documento que se hizo público en el año 2022 tras ingresar a la Asamblea Legislativa bajo el Expediente N°23.414 persigue, entre otros objetivos, lograr un sistema eléctrico inteligente, flexible y al más bajo costo.

«La electricidad barata es un motor de desarrollo», subrayó Julio Carmiol, presidente de la Asociación Costarricense de Grandes Consumidores de Energía (ACOGRACE).

En conversación con Energía Estratégica, el referente de ACOGRACE destacó la importancia de esta ley para impulsar precios competitivos de la electricidad, como por ejemplo a través de subastas inversas que garanticen que la generación eléctrica se adjudique a los proveedores que ofrezcan el kWh más económico. Según él, este enfoque fomentaría una competencia sana en el mercado energético y beneficiaría a todos los consumidores.

«Si se hace bien la ley de armonización, lo que se va a lograr es que al que se le adjudique poner más generación será el que cobra más barato a través de lo que se llama subasta o subasta invertida. Creo que esa es la tónica correcta», afirmó Julio Carmiol.

La voz de ACOGRACE se alza con un enfoque claro: promover la competitividad, la eficiencia y la descarbonización en el sector eléctrico. Y un objetivo primordial para la Asociación de Grandes Consumidores de Energía, no es simplemente obtener electricidad barata para un sector productivo específico, sino garantizar tarifas accesibles para todos los costarricenses.

«Cada vez que se hace un proyecto que termina costando el triple de lo que ese presupuesto inicialmente, eso impacta las tarifas por los próximos 20 años y ya no hay nada que hacer», explica Carmiol. «Estamos abogando porque las decisiones apunten a que toda esta construcción de plantas sea lo más eficiente posible, que se le adjudique a los que sean más competitivos, porque esto se ha visto que es un motor de desarrollo».

Matriz diversificada y generación distribuida

El referente de Grandes Consumidores señaló además la necesidad de un sistema diversificado que equilibre fuentes de generación para garantizar la seguridad energética de Costa Rica ya que fenómenos climáticos como el Niño, que afectan la disponibilidad de energía hidroeléctrica en el país, terminan repercutiendo en los costos y disponibilidad de fuentes renovables.

«En el 2022, el porcentaje renovable fue como el 99.8%. Ya prácticamente no se usaron las térmicas. Este año, se prevé que vayamos a cerrar por encima del 90% de energía renovable, pero será  es un cambio muy grande pasar de casi no usar energía térmica, a ir hacia un 8% o 10% de la energía con fuentes fósiles», advirtió.

En este contexto, la energía solar distribuida emerge como una alternativa prometedora en Costa Rica. Ahora bien, Costa Rica transita una etapa de distorsión en el mercado de generación distribuida por lo que la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP) valoró suspender las metodologías que fijan tarifas para la generación distribuida con paneles solares.

Al abordar la cuestión de la tarifa de acceso y el respaldo para los clientes que optan por la energía solar, Julio Carmiol destacó la importancia de evaluar adecuadamente los costos asociados. En sus palabras, «Tener un respaldo tiene un costo, la duda es cuánto cuesta y cuánto hay que cobrarle de respaldo a los clientes que tienen energía solar». Además, señaló que este respaldo debería ser evaluado de manera justa, ya que no se está entregando energía directamente, sino simplemente manteniendo una cierta capacidad disponible en la red eléctrica.

Esta preocupación se refleja en la situación actual, donde algunas distribuidoras, como la Compañía Nacional de Fuerza y Luz, están aplicando tarifas que hacen que el recibo eléctrico de los usuarios con paneles solares se duplique, lo que, según Carmiol, podría desincentivar la adopción de esta forma de energía renovable.

En una reunión de la ARESEP en la que participó ACOGRACE durante el mes de diciembre, se discutieron estos temas y se identificaron dos problemas distintos: errores en la facturación y un error en la metodología en cuanto a cómo se calcula el costo del respaldo, que en la actualidad están en evaluación (ver).

Por ello, Julio Carmiol, presidente de la Asociación Costarricense de Grandes Consumidores de Energía (ACOGRACE), enfatizó la necesidad de abordar estas cuestiones de manera equitativa y transparente para garantizar que en el sector eléctrico no se generen cargas excesivas para los usuarios.

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