La organización ambientalista Greenpeace dijo que podría ir a la quiebra debido a una demanda presentada por la empresa Energy Transfer, en relación con las los daños causados por las protestas contra la construcción del oleoducto Dakota Access. El juicio comenzó este lunes en Morton County, Dakota del Norte, con la selección del jurado, y se prevé que se extienda por cinco semanas.
Acusaciones y antecedentes
Energy Transfer, con sede en Dallas, presentó la demanda en 2019 en un tribunal estatal de Dakota del Norte, reclamando que las protestas organizadas por Greenpeace en 2016 y 2017 causaron daños por US$ 300 millones. Esta acción legal se produjo después de que una demanda similar fuera desestimada por un tribunal federal del mismo estado.
En marzo de 2024, la compañía modificó su demanda, argumentando que Greenpeace llevó adelante un “esquema ilegal y violento” con el objetivo de causar perjuicios económicos a la empresa, además de poner en peligro la integridad de sus empleados y difamar a la compañía mediante manifestaciones maliciosas.
Greenpeace rechazó todas las acusaciones y sostiene que sus acciones están protegidas por la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos. La organización ha denunciado que Energy Transfer y otras empresas petroleras están “abusando del sistema legal para silenciar a sus críticos y ocultar información sobre sus operaciones”.
Por su parte, Energy Transfer ha defendido su postura argumentando que la demanda “no se trata de libertad de expresión, sino de hacer cumplir la ley”.
Impacto económico y riesgos
Greenpeace señaló que, en caso de que el tribunal falle a favor de Energy Transfer, la organización podría enfrentar “una ruina financiera que pondría fin a más de 50 años de activismo ambiental”. La empresa petrolera exige US$ 300 millones en daños, una cifra que supera en más de diez veces el presupuesto anual de Greenpeace.
Como respuesta, Greenpeace presentó el pasado 11 de febrero una demanda contra Energy Transfer en los Países Bajos, acusando a la empresa de actuar de manera indebida al presentar demandas sin fundamentos contra el grupo ambientalista. En esta acción legal, Greenpeace solicita que Energy Transfer cubra sus costos legales y pague daños compensatorios.
El oleoducto y las protestas
El oleoducto Dakota Access, operado por Energy Transfer, es un ducto de 1.880 kilómetros, que transporta petróleo desde Dakota del Norte hasta Illinois desde junio de 2017. El proyecto, valuado en aproximadamente US$3.800 millones, atraviesa áreas cercanas a la reserva de la tribu Standing Rock Sioux y cruza el lago Oahe, una fuente de agua potable para la comunidad indígena. En 2016, la tribu demandó para intentar frenar la construcción del oleoducto, sin éxito, lo que dio lugar a protestas masivas encabezadas por activistas ambientales y grupos indígenas. Durante las manifestaciones de 2016 y 2017, cientos de personas fueron arrestadas.
Energy Transfer ha argumentado que Greenpeace y otros grupos ambientalistas difundieron informaciones falsas sobre la construcción del oleoducto, incluyendo afirmaciones inexactas sobre su impacto en tierras protegidas. La empresa sostiene que trabajó durante años con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos para minimizar los efectos del proyecto en los recursos locales.
Greenpeace, por su parte, ha insistido en que la demanda actual es “infundada” y forma parte de un patrón de acciones legales destinadas a intimidar a los defensores del medio ambiente. La organización ahora busca que Energy Transfer asuma los costos legales de su defensa y pague una compensación por los perjuicios sufridos.
El juicio en Dakota del Norte marcará un precedente clave en la lucha entre empresas petroleras y grupos ambientalistas, con implicaciones potenciales para el futuro del activismo ambiental en Estados Unidos y a nivel global.
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