Tras la aprobación de 18 adendas a los contratos de energía con generadores eléctricos en Honduras, especialistas advierten algunas irregularidades que podrían haber sido evitadas.

En primer lugar, desde la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) aseguran que antes que optar por renegociar contratos, un camino que hubiera asegurado menores precios sería convocar a licitaciones (ver).

Además de aquello. Algunos contratos en particular estarían bajo análisis por no haber respetado un proceso esperado para una renegociación. En este artículo, se mencionarán sólo dos.

“Hay un caso de un contrato que realmente no fue una renegociación”, advierte Kevin Rodríguez, referente en energía de ASJ, indicando que se trataría de un contrato con una planta térmica de Bunker de 240 MW perteneciente a la empresa Empresa de Energía Renovable, S.A. de C.V. (ENERSA).

En este caso, el proyecto había sido ofertado en una licitación del gobierno anterior, ENARSA ganó la licitación en el 2017, el contrato se adjudicó en el 2018, pero nunca se aprobó en el Congreso Nacional.

¿Cuál es el debido proceso que deben atravesar este tipo de contratos? El especialista repasa que por el hecho de que la empresa que contrata es pública, esos contratos los aprueba inicialmente la ENEE, luego debe pasar por el visto bueno del regulador y finalmente obtener luz verde del Congreso.

Sin embargo, cuando asumió la nueva administración de gobierno, en lugar de seguir el proceso esperado, trasladó el proyecto al mercado de oportunidad y, en el periodo de tiempo que transcurrió, ENERSA estuvo cobrando al precio del mercado, cuando había un contrato que había sido ganado y que establecía un valor menor.

Si bien, en el memorando de entendimiento firmado entre la ENEE y ENERSA las partes acuerdan ampliar la vigencia del contrato dos años más, en tanto que la empresa generadora aplicase una disminución de precio de suministro; Rodriguez advierte que en este tiempo las autoridades generaron una distorsión en los precios que hizo recibir a la generadora más dinero.

Ahora bien, no todas serían malas noticias, con buena voluntad ENERSA no sólo redujo el precio del contrato repercutiendo en una disminución del 4% de la tarifa, sino que además se comprometió a devolver los excedentes que le brindó el precio del mercado de oportunidad en estos años.

Por otro lado, la adenda 061-2014 también generó dudas sobre su resolución. Se trata de aquella de la ENEE con San Marcos Wind Energy, S.A. de C.V. (Cololaca – Total Energy) que fue renegociada el 14/02/2023 y que es una central que aún no entró en operación.

En este caso, la empresa obtuvo contrato no por licitación sino por contratación directa en 2014, bajo la ley anterior que permitía esta modalidad a precio fijado por el regulador, y ya había obtenido aprobación por el Congreso Nacional.

¿Qué irregularidad existe con este proceso de aprobación? De acuerdo al especialista en energía consultado, en su adenda solo se disminuye el precio por lo que, desde su perspectiva, no debería haber pasado nuevamente por el Congreso.

“Al Congreso solo se le envía un PPA si le estás dando algún beneficio como una exoneración, si le estás ampliando la capacidad o si estás ampliando el tiempo, porque obviamente esos contratos pasan periodo presidencial.

Cololaca con el único cambio que tuvo no tenía que ir al Congreso. Aquí es donde ves la direccionalidad de la administración”, subrayó Rodríguez.

Ahora bien, producto de esta renegociación un aspecto positivo es que cuando entre el proyecto su reducción en el precio, utilizando el escenario 2023, podría contribuir a bajar la tarifa un 1% a los usuarios hondureños.

Estos dos casos dejan en evidencia la buena voluntad de las empresas generadoras privadas en Honduras al contribuir con beneficios para el estado mientras aseguran la continuidad de sus inversiones a pesar de que no se les respetaron condiciones contractuales y debidos procesos.

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