Días atrás, 400 ejecutivos, inversionistas, líderes y altos cargos del sector energético de la región participaron de la cumbre Future Energy Summit (FES) Argentina, donde debatieron sobre los grandes retos que deben superarse para impulsar inversiones sostenibles en el camino de la transición energética regional.
En efecto, durante el panel Desarrollo de grandes proyectos: el futuro de la eólica, fotovoltaica e hidrógeno verde, Carlos Seijo, director de relaciones institucionales en CWP Global, la multinacional con fuerte presencia en Argentina, detalló medidas necesarias para fomentar la inversión sostenible y aprovechar el potencial del país.
“Todos los proyectos que estamos estudiando desarrollar en la Argentina son 100% de exportación. Por ello, necesitamos que el gobierno avance con el proyecto de ley Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) para brindar seguridad jurídica”, argumentó.
Se trata de una propuesta de ley impulsada por el diputado Julio Moreno Ovalle (La Libertad Avanza) que considera grandes inversiones a los proyectos que involucren la adquisición, producción, construcción y/o desarrollo de activos en los sectores de Agroindustria, Infraestructura, Forestal, Minería, Gas y Petróleo, Energía y Tecnología.
Para fomentar estas actividades, la iniciativa incluye incentivos tributarios y aduaneros, régimen cambiario especial y compatibilidad con otros regímenes especiales preexistentes.
En segundo lugar, Seijo propone consideró inminente brindar certeza jurídica que permita tener posición sobre las tierras para poder desarrollar un proyecto de largo plazo.
A su vez, el experto sugiere reducir el costo de capital como otro factor indispensable para el país. Y argumentó: “Un proyecto de hidrógeno de gran escala de mínimo 2 GW es un costo altísimo y todavía no tenemos ni la infraestructura para transportar el vector o sus derivados. Competimos contra Australia y países africanos por lo que no podremos desarrollar proyectos sanos si no se dan esas condiciones”.
E insistió: “ Tenemos que abordar los desafíos de logística. No hay puertos en la Patagonia disponibles para bajar equipamiento del tamaño de las turbinas eólicas y electrolizadores. El sector privado debe trabajar articuladamente con el público para poder modernizar los puertos porque sino los proyectos de hidrógeno verde seguirán en etapas iniciales y ralentizados”.
En este sentido, alertó que la transición energética se ha estancado un poco, en parte porque todavía no hay bonos verdes ni penalidades para el que emite y contamina.
“Las empresas no tienen ningún incentivo por invertir en renovables ni castigos por seguir emitiendo CO2. Eso significa que iremos más lento pero todo llegará. Solo debemos ayudar al gobierno a elaborar las leyes que necesitamos”, aseguró.
Y añadió: “No pedimos subsidios, podemos ejecutar proyectos en un mercado totalmente desregulado entre privados. No obstante, sí necesitamos seguridad jurídica y leyes para atraer grandes inversiones privadas. Que esas exportaciones de hidrógeno sirvan para repagar las inversiones y no quede atrapada en el Banco Central”.
Potencial para el H2 en Argentina
A pesar de todos los desafíos planteados que necesitan ser superados de manera urgente, Seijo arrojó prometedoras cifras que demuestran el potencial existente en el país para la producción de hidrógeno a largo plazo.
“Argentina tiene uno de los mejores vientos a nivel mundial que podrían llegar a rendimientos de entre el 60 y el 65% del tiempo. Además, la Patagonia no tiene grandes conflictos de medio ambiente por lo que estimamos una capacidad de entre 60 o 80 GW en Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego para el desarrollo de hidrógeno”, concluyó.
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