La combinación de grandes hidroeléctricas con pequeñas instalaciones de generación distribuida renovable sería una alternativa interesante por explotar en Ecuador. Así lo consideró Eduardo Rosero, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Energías Renovables y Eficiencia Energética (AEEREE).

“Tenemos la ventaja de la flexibilidad de un sistema hidroeléctrico robusto que alcanza de momento una cobertura entre el 85 y 90 % a nivel nacional”, introdujo el titular del gremio ecuatoriano más representativo de las ERNC.

Desde la lectura de este referente empresario, aquella capacidad hidroeléctrica podría ser el apoyo perfecto para un crecimiento ininterrumpido de las energías renovables variables, fundamentalmente aquellas que no requieren de inversiones adicionales en infraestructura y que están en los lugares de consumo: la generación distribuida.

“Toda la generación distribuida por fuentes renovables ayudarán al almacenamiento de agua en los embalses hidroeléctricos para que este potencial pueda ser usado posteriormente en la hora pico a un costo mucho menor que si usásemos energía térmica en el mismo período de tiempo”, reflexionó.

¿Las energías renovables podrán seguir aumentando en Ecuador bajo aquella lógica? Sí, inclusive la planificación del Gobierno a largo plazo podría coincidir con el crecimiento del mercado renovable en utility scale y segmento de generación distribuida. 

Esta alternativa propuesta va en línea con la descarbonización de las economías tan reclamada para esta década que comienza.  

Dentro del Plan Maestro de Electrificación, ya están previstos 2000 MW de potencia provenientes de hidroeléctricas que deberían iniciar operación comercial entre 2022 y 2027. 

Sobre aquellas, Eduardo Rosero tuvo sus recaudos al apoyarlas.

“En la última década se realizaron importantes inversiones por parte del Estado para aumentar la capacidad instalada hidroeléctrica y estas significan un enorme esfuerzo del presupuesto general del Estado y compromisos de deuda a largo plazo que no están contemplados en la fijación del costo normativo o pliego tarifario vigente”, advirtió.

Y ejemplificó: “tomando la documentación de la extinta Agencia de Regulación y Control de la Electricidad del año 2018, en donde la dirección de regulación económica de la Agencia determinó en su análisis que para el año 2018, la diferencia monetaria entre el costo total real de la electricidad vs. costo normativo aprobado para ese año era de 1250 millones de dólares”. 

“Es decir, la tarifa normativa vigente de 9.25 ctv/kWh en ese año fue subvencionada en alrededor de 6 ctvs/kWh y su costo real debería estar 15,4 ctvs/kWh, esto es cuando se incluyen todos los costos de inversión para expansión, costos variables de producción de centrales térmicas sin subsidios, costos de financiamiento, capital e intereses de los créditos adquiridos para la expansión de la generación, que son cargados directamente en el Presupuesto General del Estado y pagados por el Ministerio de Finanzas.

Si se toman en cuenta estos valores reales que el estado está incurriendo para dotar de electricidad al país, entonces es lógico que se priorice a la Generación Distribuida y más si es por fuentes renovables no convencionales como posibilidad de expansión y modelo de negocio exitoso involucrando la participación e inversión del sector privado. La generación distribuida inclusive debería ser parte en la modelación en el plan maestro de electricidad y sus actualizaciones”.

De aquel análisis se desprende entonces que quienes podrían eventualmente acompañar la nueva generación hidroeléctrica a gran escala podrían ser pequeños techos solares distribuidos en todo el territorio nacional. Ahí todavía queda camino por recorrer, principalmente vinculado al marco regulatorio que promueva la generación distribuida. 

“Vemos con optimismo la intención del Gobierno y sus autoridades principales en impulsar las regulaciones de generación distribuida tanto para autoconsumo así como para inyección y comercialización en la red”.

“La Asociación contribuyó de forma activa en la formulación de observaciones para dichas regulaciones, algunas de las cuales han sido acogidas favorablemente por el equipo técnico que dirige la elaboración”, aseguró Eduardo Rosero