El panorama de las energías renovables en Honduras refleja tanto desafíos como oportunidades. Según Adriana Álvarez, directora general de Energía Renovable y Eficiencia Energética de la Secretaría de Energía, aproximadamente el 65% de la capacidad instalada del país proviene de fuentes renovables. Sin embargo, en los últimos años, la proporción de generación renovable ha disminuido de un 62% en 2021, a 60% en 2022, y 52% en 2023.
“Tenemos una gran cantidad de energía hidroeléctrica instalada. Sin embargo, debido a la falta de lluvia, sobre todo en el verano, ese potencial se ha venido a reducir”, introdujo la autoridad de la DGEREE.
En conversación con Energía Estratégica, menciona que en aquella época del año se acentúa más la disminución de renovables porque aunque el país cuenta con más de 700 MW en energía solar y eólica, estas fuentes variables también se reducen.
Ante este escenario, Honduras busca diversificar su matriz energética para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y garantizar un suministro confiable. La geotermia y la bioenergía destacan como pilares clave.
Según Álvarez, “debemos apostarle a la energía renovable capaz de ofrecer potencia firme como la geotermia, que tiene un factor de planta arriba del 98% y es resiliente a los efectos climáticos”. Asimismo, la funcionaria resalta la importancia de la bioenergía, que aprovecha residuos orgánicos para generar electricidad, calor y biocombustibles. En tal sentido, Honduras está avanzando en un marco específico para fomentar la geotermia, mediante la Ley de Bioenergías
Así mismo, la Secretaría de Energía trabaja en la Política de Promoción a la Geotermia para fomentar esta tecnología renovable firme. Álvarez afirma que a partir de esta el desarrollo de mecanismos financieros inclusivos debido a los altos costos y riesgos asociados a esta tecnología será fundamental. Además, se enfocan en una normativa con enfoque humano y sostenible, promoviendo su uso en comunidades. “No se le puede dar el mismo tratamiento a la geotermia que a otras fuentes de energía renovable”, subraya la directora.
Aquello no sería todo. El gas natural surge como un recurso estratégico en la transición energética de este país. Álvarez destaca su menor impacto ambiental comparado con el carbón, diésel y el búnker, además de su papel en satisfacer la demanda energética mientras el país avanza hacia una matriz más limpia.
Desde el Gobierno, las iniciativas también apuntan al uso racional de la energía. La Ley para el Uso Racional y Eficiente de la Energía, aprobada en 2024, establece medidas para reducir el consumo en sectores como el residencial, comercial, industrial, transporte y construcción.
“La Agencia Internacional de Energía estima que aplicando medidas de uso racional podemos reducir el 30% de la demanda y, consecuentemente, las emisiones de gases de efecto invernadero”, explica Álvarez.
Actualmente, Honduras avanza en la reglamentación de esta ley, con acciones contundentes para fomentar una cultura de sostenibilidad energética.
Innovación en almacenamiento y transición energética
Otro aspecto fundamental es la implementación de tecnologías de almacenamiento energético. La Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) está promoviendo un proyecto de almacenamiento de energía con baterías (BESS) en la subestación Amarateca. Este sistema, con una capacidad de 75 MW/300 MWh, será el primero de su tipo en el país.
“Actualmente buscamos reducir la vulnerabilidad que provocan en el Sistema Interconectado Nacional (SIN) las energías renovables variables”, menciona Álvarez.
A inicios de noviembre, cinco proponentes presentaron ofertas para este proyecto, y se espera que antes de finalizar el año se conozca al ganador encargado del suministro, instalación, pruebas y puesta en marcha del sistema.
Precios y proponentes: Honduras recibe cinco ofertas en su licitación de almacenamiento BESS
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