El mercado de energías renovables enfrenta turbulencias globales: las acciones de empresas solares se desploman tras el anuncio de la presidencia de Donald Trump, mientras que Javier Milei retira a Argentina de la cumbre climática de la ONU. Aunque ambos líderes se presentan como figuras antisistema, la postura de Milei en materia de protección de la industria es antagónica con la del presidente norteamericano. Los ambientalistas argentinos, desconcertados.
Tras el anuncio de que Donald Trump asumiría la presidencia de los Estados Unidos, las acciones de empresas productoras de insumos para generación solar cayeron drásticamente. El ETF Invesco Solar (TAN) disminuyó un 11%, First Solar bajó un 12%, Enphase y SolarEdge retrocedieron aproximadamente un 19%, Sunrun cayó un 26% y Sunnova se desplomó más de un 50%. Nextracker cayó un 6,5% y Array Technologies bajó casi un 20%. En general, el mercado de valores solares ha seguido a la baja tras el resultado electoral.
Sunnova, una compañía estadounidense que ofrece servicios residenciales de almacenamiento solar y energía, con ingresos por US$1.400 millones en 2023, salió a bolsa durante la primera administración Trump y alcanzó un precio máximo histórico de 54 dólares por acción en ese periodo. Aunque los altos tipos de interés y los desafíos regulatorios han ralentizado su crecimiento desde entonces, el aumento constante de los precios de la electricidad y la creciente demanda mantienen fuertes los fundamentos de la energía solar residencial.
El mercado teme una posible derogación de los créditos fiscales a las energías limpias dentro de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), pero este riesgo podría estar siendo exagerado. Se han señalado los cientos de miles de millones de dólares en inversiones en distritos republicanos generados por los créditos fiscales a la fabricación dentro de la IRA. William J. Berger, presidente de Sunnova, destacó: “Si nos fijamos en la fabricación nacional, con la que ambos partidos están de acuerdo, de paneles solares, baterías, inversores y vehículos eléctricos… Alrededor del 85% de esas inversiones de capital están en distritos republicanos”.
Los analistas coinciden en que es probable que el crédito fiscal de fabricación 45X y la bonificación del 10% de contenido nacional dentro de la IRA se mantengan bajo una presidencia de Trump. Ambos partidos apoyan el retorno de empleos manufactureros a Estados Unidos.
Calentamiento político
En la misma línea que Donald Trump, el presidente Javier Milei enfrenta críticas nacionales e internacionales por sus políticas ambientales y su postura frente al cambio climático.
El presidente argentino, ha decidido retirar a la delegación de Argentina que participaba en la COP29, la cumbre climática de la ONU que se celebra en Bakú, Azerbaiyán. Milei, quien durante los debates presidenciales del año pasado declaró que “todas esas políticas que culpan al ser humano del cambio climático son falsas y buscan recaudar fondos para financiar vagos socialistas”, ha plasmado su convicción con esta medida.
Los funcionarios de la Cancillería y de la Subsecretaría de Ambiente de Argentina habían estado presentes en la cumbre desde su inicio el lunes pasado. Sin llamar la atención, intervinieron en el Grupo Sur y en el Grupo de los 77 más China, e incluso presentaron un documento con la postura nacional. “La República Argentina rechaza la imposición de regulaciones y prohibiciones impulsadas precisamente por los países que se desarrollaron gracias a hacer lo mismo que hoy cuestionan”, indica el texto, adelantando que el país objetará “cualquier intento de imposición de obligaciones que atenten” contra las necesidades nacionales de desarrollo económico.
A pesar de que el planteo parecía alineado con las ideas del Ejecutivo, Milei resolvió el regreso anticipado de los representantes oficiales. La subsecretaria nacional de Ambiente, Ana Lamas, confirmó que “la delegación vuelve al país” y aclaró que, por el momento, la medida no implica que Argentina deje el Acuerdo de París, el convenio de Naciones Unidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Es un papelón”, consideraron fuentes de la Cancillería, donde reinaba el desconcierto tras conocerse la decisión de Milei. Aunque no se informaron los motivos del retiro, la medida se enmarca en un contexto crítico para el personal de Relaciones Exteriores. La cartera acaba de cambiar de mando después de que Argentina votara en la Asamblea de Naciones Unidas contra el bloqueo de Estados Unidos a Cuba, contrariando el alineamiento total con EE. UU. que pretende Milei. Ese voto le costó el cargo a la canciller Diana Mondino, quien fue reemplazada hace diez días por el exembajador en Washington Gerardo Werthein. Junto con el despido de Mondino, Milei tildó de “traidores a la Patria” a los diplomáticos que no respeten sus premisas y anunció una purga ideológica en el área.
Antagonismo
Donald Trump y Javier Milei se presentan como figuras “antisistema” que desafían a la política tradicional. Sin embargo, hay divergencias muy contrapuestas: Trump ha enfatizado la reducción de impuestos y la imposición de aranceles externos para incentivar a su industria, mientras que Milei aboga por políticas de libre mercado y una mínima intervención del Estado.
Las declaraciones y políticas industrialistas de Donald Trump se centraron en proteger y fortalecer la industria nacional a través de medidas comerciales proteccionistas, renegociación de acuerdos internacionales y reducción de regulaciones internas para fomentar el crecimiento económico y la creación de empleo en Estados Unidos.
Durante su mandato, Donald Trump promovió políticas industrialistas centradas en revitalizar la manufactura y proteger las industrias estadounidenses. Su enfoque de “América Primero” buscaba reducir la dependencia de importaciones y traer de regreso empleos manufactureros al país. Implementó aranceles sobre productos importados, especialmente de China, con el objetivo de proteger a las industrias nacionales de la competencia extranjera que consideraba desleal.
Ambientalistas calientes
A pesar de que su partido, La Libertad Avanza, apenas mencionó el medio ambiente en su plataforma electoral, a pesar de contar con ambientalistas en buena parte del electorado. En debates presidenciales, Milei declaró que el cambio climático es un fenómeno natural y cíclico, minimizando la influencia humana. “Existe un ciclo de temperaturas en la historia de la Tierra y este es el quinto punto del ciclo. La diferencia con los cuatro anteriores es que en esos no estaban los seres humanos”, afirmó.
Durante su gestión, el Ministerio de Ambiente fue degradado a una subsecretaría bajo el Ministerio del Interior. Ana Vidal de Lamas, a cargo de esta área, sostuvo que el cambio climático “tiene poco que ver con la industrialización y el ser humano”. Además, el gobierno anunció que no continuará con la Agenda 2030 como política nacional.
Entre las medidas más controvertidas se encuentra la derogación de la Ley 26.737 de protección de tierras rurales, que limitaba la propiedad extranjera sobre estas tierras. También se simplificó la Ley 27.424 de energía distribuida, eliminando ayudas estatales y estructuras de control.
La “Ley Ómnibus” intentó modificar leyes ambientales como la Ley de Glaciares y la Ley de Bosques para promover inversiones. Aunque la versión final se enfocó en la Ley de Hidrocarburos, otorgando al Poder Ejecutivo facultades para elaborar legislación ambiental en esa área, expertos señalan que contradice la autonomía provincial sobre recursos naturales, establecida en la Constitución.
El “Pacto de Mayo”, firmado el pasado 9 de julio, compromete a las provincias a avanzar en la explotación de recursos naturales. Organizaciones ambientales y sociales respondieron que este acuerdo “va a contramano del mandato constitucional” que garantiza el derecho a un ambiente sano.
Estas políticas han generado inquietud en la comunidad internacional. Durante la COP 28 en Dubái, la principal negociadora argentina, Marcia Levaggi, intentó calmar los ánimos afirmando que Argentina seguirá comprometida con el Acuerdo de París. Sin embargo, líderes como el presidente de Francia y la ministra de Ambiente de Colombia han expresado sus preocupaciones.
Analistas advierten que las acciones del gobierno podrían afectar el acceso de Argentina a mercados internacionales que exigen altos estándares ambientales, como la Unión Europea, que implementó regulaciones más estrictas para importaciones relacionadas con deforestación y emisiones de carbono.
A pesar de su postura inicial, la realidad económica y las exigencias del mercado global podrían obligar al gobierno de Milei a adoptar un enfoque más pragmático.
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