Los costes de las energías renovables siguieron a la baja en 2021 en un momento en que todavía no se había puesto de manifiesto todo el efecto de las dificultades de la cadena de suministro y el alza de los precios de los productos sobre los costes de los proyectos. El coste de la electricidad eólica terrestre cayó un 15 %, el de la eólica marítima un 13 % y el de la solar fotovoltaica un 13 % en comparación con 2020.
El informe Costes de generación de electricidad renovable en 2021, publicado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), demuestra que casi dos tercios o 163 gigavatios (GW) de potencia de nueva instalación en 2021 costaba menos que la opción más barata del mundo alimentada por carbón en los países del G-20. IRENA calcula que, ante los elevados precios actuales de los combustibles fósiles, la potencia renovable añadida en 2021 reduce los costes mundiales de generación de energía en unos 55 000 millones USD en 2022.
El nuevo informe de IRENA confirma la crítica misión que desempeñan las renovables competitivas en costes para hacer frente a las emergencias energética y climática en la actualidad acelerando la transición en consonancia con el límite de calentamiento de 1.5 °C y los objetivos del Acuerdo de París. La energía solar y eólica, con proyectos que tienen plazos de entrega relativamente cortos, son tablas de salvación para los países que se esfuerzan por reducir rápidamente —y en última instancia eliminar— los combustibles fósiles y limitar los daños macroeconómicos que causan en busca de la neutralidad climática.
«Las renovables son, con diferencia, la forma de energía más barata en la actualidad», afirmó Francesco La Camera, director general de IRENA. «2022 es un claro ejemplo de hasta qué punto la generación de electricidad renovable ha llegado a ser económicamente viable. La electricidad renovable libera a las economías de la volatilidad de los precios y las importaciones de los combustibles fósiles, contiene los costes de la energía y potencia la resiliencia del mercado, más aún si continúa la presente crisis energética».
«Aunque puede ser necesario dar una respuesta temporal a la crisis en la situación actual, las excusas para suavizar los objetivos climáticos no se sostendrán a medio y largo plazo. La presente situación es un devastador recordatorio de que las renovables y el ahorro de energía son el futuro. En vista de la próxima celebración de la COP27 en Egipto y de la COP28 en los EUA, las renovables proporcionan a los poderes públicos energía asequible para alinearse con el objetivo de cero emisiones netas y convertir sus promesas climáticas en acciones concretas con beneficios reales para las personas sobre el terreno», añadió.
Las inversiones en renovables continúan arrojando ingentes dividendos en 2022, como ponen de relieve los datos de costes de IRENA. En los países no pertenecientes a la OCDE, la adición de 109 GW de energía renovable en 2021 que cuestan menos que la opción más barata alimentada por nuevos combustibles fósiles reducirá los costes en al menos 5 700 millones USD al año durante los próximos 25 o 30 años.
Los elevados precios del carbón y del gas fósil en 2021 y 2022 también deteriorarán profundamente la competitividad de los combustibles fósiles y harán que la energía solar y eólica sea todavía más atractiva. Con la subida sin precedentes de los precios europeos del gas fósil, por ejemplo, la generación de nuevo gas fósil en Europa será cada vez menos económica a lo largo de su vida útil, lo que incrementará el riesgo de que queden activos inmovilizados.
El ejemplo europeo demuestra que los costes de los combustibles de CO2 que soportan las actuales centrales de gas podrían ser, en promedio, entre cuatro y seis veces superiores en 2022 al coste durante toda su vida útil de las nuevas instalaciones solares fotovoltaicas y eólicas terrestres puestas en servicio en 2021. Entre enero y mayo de 2022, la generación de energía solar y eólica puede haber ahorrado a Europa importaciones de combustibles fósiles por valor de no menos de 50 000 millones USD, principalmente de gas fósil.
En cuanto a las cadenas de suministro, los datos de IRENA indican que todavía no se han trasladado todos los incrementos de costes de los materiales a los precios de los equipos y los costes de los proyectos. Si los costes de los materiales siguen siendo elevados, la presión de los precios en 2022 será más pronunciada. Sin embargo, estos incrementos podrían quedar eclipsados por las ganancias totales de las renovables competitivas en costes en comparación con los mayores precios de los combustibles fósiles.
Lea el informe Costes de generación de energías renovables en 2021
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