Javier Papa, subsecretario de Planeamiento Energético de Argentina, aportó indicios a favor para alcanzar de los objetivos de transición energética en los que Argentina se encuentra involucrado.
En lo que respecta a otros recursos de energías limpias también se enfocó en las hídricas, donde aseguró que, de cara al 2030, “se planifica incorporar seis centrales con un total de 2,2 GW de potencia”, además de que poseen varias centrales hidroeléctricas en carpeta, algunas de ellas binacionales.
Durante un webinar organizado por la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina, sostuvo que “el gran desafío de esta visión de políticas consiste en promover la aceleración de las transiciones energéticas hacia sistemas más libres de gases de efecto invernadero”.
Si bien en ningún momento mencionó posibles futuras subastas para eólica y solar, destacó la necesidad de garantizar el cumplimiento de la Ley Nacional Nº 27.191, que en su artículo 5º aclara que para el 31 de diciembre de 2025 se debe lograr una contribución de las fuentes renovables de energía hasta alcanzar el veinte por ciento (20%) del consumo de energía eléctrica nacional.
“A diciembre del año pasado se alcanzó casi el 12%. Y el enorme potencial que tiene el país en materia de energía solar y eólica, nos indica que tales oportunidades están listas para ser aprovechadas aquí y ahora”, comentó.
Que sean binacionales no sorprende dado que, según la mirada de Javier Papa, “en este nuevo orden post pandémico, la cooperación internacional, el multilateralismo y las alianzas estratégicas adquieren un rol destacado en la aceleración de una justa transición energética”.
Por otra parte, el subsecretario de Planeamiento Energético de Argentina marcó que “el gran reto de los formuladores de políticas reside en proporcionar el marco adecuado para combinar las realidades y necesidades nacionales con los objetivos globales de descarbonización”.
Bajo esa misma línea apuntó que se debe observar la composición de la matriz energética argentina, “que determina de manera decisiva la configuración de la estructura productiva del país”.
Y ante ello caracterizó la configuración de la futura matriz energética a través de algunos objetivos de la política que pretenden desde la administración actual: “inclusión, dinamismo, estabilidad, federal, soberanía y sustentabilidad”.