El retraso que México tiene con respecto a sus metas de generación de energía limpia y el posible incumplimiento de cara al 2024, abren la puerta a que surjan alternativas para llegar a ese objetivo del 35% en los próximos dos años.
Jorge Musalem Rubén, gerente de Proyectos Estratégicos en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), se hizo eco de esta situación y planteó que “México tiene la urgente necesidad de modificar el modelo de negocio de las empresas eléctricas”, debido a los altos costos que se deberán afrontar de no modificarse los esquemas que rigen hoy en día.
Según las estimaciones del especialista, y en base a un crecimiento de la demanda energética de 4.2% al 2024, México deberá tener 357 TWh de consumo y, por lo tanto, necesitará cerca de 125 GWh de generación limpia hacia dicho año.
Esto quiere decir que se deberán incorporar 28 TWh proveniente de fuentes limpias y renovables, lo que requeriría una inversión aproximada de diez mil millones de dólares, más las inversiones en las redes de transmisión y distribución que permitan admitir esas nuevas centrales y evacuar la generación eléctrica correspondiente.
“Y a pesar que los esfuerzos de México fueron con la modernización de las centrales hidroeléctricas, es muy difícil pensar que podamos alcanzar esa meta al 2024”, sostuvo durante un evento en la Universidad Autónoma de Guadalajara.
Ante ello, quien también dirige el proyecto solar de la Central de Abasto de la Ciudad de México, sugirió que el paús debe “aceptar que la generación distribuida pueda potenciarse y reconocer que no todos los usuarios poseen un techo donde instalar paneles solares”.
“O incluso nuevos negocios como las tarifas horarias, estaciones de carga, almacenamiento y bancos de baterías a lo largo de todas las ciudades. O también la venta de respaldo de energía por un precio fijo sin importar cuánto se consuma”, agregó como otras opciones.
Esto podría abrir una oportunidad para ampliar el tope máximo de la GD hasta 1 MW, en implementar generación distribuida comunitaria/colectiva para que varios usuarios se asocien, o en tener un marco normativo mexicano que le dé un mayor rol al storage, con tal de cumplir con los objetivos plasmados en la Ley de Transición Energética y el Acuerdo de París, sin tener gastos millonarios en las redes.
“A futuro, transmitir y distribuir la electricidad será más cara que generarla en el sitio, porque seguirán bajando los costos de los módulos fotovoltaicos y de las baterías. Eso nos lleva a pensar que los costos, de aquí al 2030, será trivial instalar un sistema solar con almacenamiento. Tenemos que pensar en convivir con un sistema de generación distribuida”, concluyó Jorge Musalem Rubén.