Argentina cuenta con una serie de barreras que dificultan la entrada de mucha más generación renovable. A pesar que recientemente se lanzó la licitación RenMDI (cierra el 27 de abril) y que se lanzaron créditos para generación distribuida, la falta de capacidad en las redes de transmisión o de financiamiento para grandes proyectos como dos de los principales obstáculos a sortear.

Pero a ello se suma que el presidente de la Nación, Alberto Fernández, priorizó a los hidrocarburos y al gas natural por sobre las renovables e hidrógeno verde, durante su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, a tal punto que no mencionó a estas últimas dos fuentes de generación. 

“El gobierno en su último año se encuentra con una situación de poco poder político, poco financiamiento y una restricción externa por la falta de dólares. En ese contexto, es difícil impulsar políticas de largo plazo de descarbonización y de transición energética hacia fuentes renovables”, sostuvo Marcelo Álvarez, secretario del board del Global Solar Council y co-coordinador del Task Force Latam (junto a Rodrigo Sauaia)

Por ello, explicó que el fomento a los sistemas agrovoltaicos y equipos de bombeo solar de agua pueden resultar dos alternativas ante la falta de infraestructura eléctrica y en pos de alcanzar la meta de carbono neutralidad en el futuro y de reducir el uso de combustibles fósiles. 

“El gobierno deja pasar la oportunidad, tanto en GD como nichos intermedios como los mencionados anteriormente, por lo que podría impulsar políticas que arranquen ahora mismo y se potencien con la próxima gestión de gobierno”, agregó. 

Ambas alternativas sólo requerirían modificaciones de los decretos reglamentarios ya que la Ley N° 27424 le permiten a la autoridad de aplicación establecer los mecanismos de incentivo que considere adecuados sin la necesidad modificar la propia ley. 

Y su implementación no sólo podría desplazar combustibles fósiles de alto costo, sino que también tendría un impacto favorable en términos de divisas netas, emisiones y generación de empleo a nivel nacional. 

“El tema es que como parte de la cadena de valor es importada (sólo del 68% al 55% son elementos locales) salen más dólares de lo que entran por lo que ata al gobierno de manos en cuanto a autorización de SIRA. Aunque dependiendo qué desplace y en qué región, es la cuenta de dólares que se evitará salir en el primer año y son alternativas para sortear la necesidad de grandes inversiones en la infraestructura eléctrica”, detalló Álvarez. 

¿Qué otra alternativa se presenta?

Desde el sector energético se presentaron propuestas para replicar el modelo chileno de Pequeños Medios de Generación Distribuida (PMGD), de hasta 9 MW de potencia, y así impulsar las renovables bajo proyectos de baja y mediana escala. 

“Podríamos aprender de ahí ya que se generan dos mercados: uno de primer piso donde se generan PyMES locales y otro de empresas locales o extranjeras que compran varios proyectos juntos y hacen economías de escala entre utility scale y GD tradicional en la compra de los componentes principales”, concluyó el  secretario del board del Global Solar Council y co-coordinador del Task Force Latam.