La soda ash, conocida también como carbonato de sodio, es un químico alcalino que se presenta en forma de una sal blanca y soluble en agua. Es un componente crucial en la fabricación de vidrio, baterías de litio, detergentes y diversos productos químicos. La Argentina enfrenta desafíos significativos en este mercado, principalmente debido a su limitada capacidad de producción y a la falta de reservas de trona, el mineral del que se obtiene el carbonato de sodio natural. En este contexto, se destacó el anuncio de Álcalis de la Patagonia (ALPAT) de invertir 250 millones de dólares para expandir su capacidad de producción a 550.000 toneladas anuales para 2027.
Desde 2005, Álcalis de la Patagonia (ALPAT) se ha consolidado como el único productor de soda ash en Sudamérica, con una planta ubicada en Punta Delgado, provincia de Río Negro. En un informe difundido por ALPAT y Grupo Indalo se destacó que la empresa utiliza el proceso Solvay para producir 250.000 toneladas anuales de soda ash, abasteciendo principalmente a la industria del vidrio local y ahora apuesta e incrementar su capacidad productiva.
Soda ash en la Argentina
Desde 2018, la Argentina incrementó tanto el monto como el volumen de importación de soda ash, con empresas como ANSAC y Solvay como principales proveedores. En 2023, el país importó 393.000 toneladas, un valor que ascendió a 190 millones de dólares, destinándose principalmente a los sectores productivos del litio y el vidrio.
La dependencia de las importaciones plantea varios desafíos para la industria argentina. Por un lado, el precio de la tonelada importada de soda ash ha aumentado considerablemente en los últimos años (de 260 dólares en 2018 a 485 dólares en 2023) generando un encarecimiento de la cadena de suministro.
Este incremento se debe, en parte, a factores externos como el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que elevó los costos logísticos y energéticos a nivel internacional. Además, la implementación del régimen de admisión temporal en la Argentina permite que empresas multinacionales importen insumos a precios reducidos, generando una desventaja competitiva para productores locales como ALPAT.
Desafíos
La soda ash es fundamental en la cadena de valor del litio. Durante el proceso convencional de producción de litio, la soda ash se utiliza para extraer calcio de las salmueras ricas en sales de litio y convertir el mineral en carbonato de litio, una forma más soluble y fácilmente procesable. Los reactivos, incluida la soda ash, representan el 41% de los costos de producción del litio.
Dado que la Argentina es uno de los principales productores de litio a nivel mundial, la demanda local de soda ash está en constante aumento. Se estima que solo en Argentina se consumirían un millón de toneladas anuales de soda ash para 2030 si se concretan todos los proyectos de litio en marcha, multiplicando así la necesidad de este insumo en Sudamérica a tres millones de toneladas anuales.
A nivel mundial, la producción de soda ash -que se divide entre carbonato de sodio (30%) y sintético (70%)- alcanzó un récord histórico de 58 millones de toneladas en 2022. Estados Unidos es el principal productor de soda ash natural, mientras que China lidera la producción de soda ash sintética.
Sin embargo, la capacidad actual de producción nacional no es suficiente para satisfacer esta creciente demanda, lo que refuerza la necesidad de incrementar la producción local para reducir la dependencia de las importaciones y mejorar la competitividad de la industria.
La demanda global de soda ash se proyecta que crecerá a una tasa del 6% anual hasta 2032, impulsada por su uso en la fabricación de vidrio, baterías de litio y detergentes.
En este contexto, la expansión de la capacidad productiva de ALPAT y la potencial instalación de nuevas plantas de soda ash en Argentina representan una oportunidad estratégica para reducir la dependencia de las importaciones, fortalecer la cadena de valor local y mejorar la competitividad de las industrias vinculadas al litio y el vidrio.
, Mauricio Luna