En el transcurso de los últimos meses, tanto de desde las autoridades del Gobierno Nacional, como del ámbito privado, se han hecho una catarata de anuncios que consisten en récords de producción de gas natural, récords de producción de petróleo, el inicio de las obras del Gasoducto Néstor Kirchner, la reversión de parte del gasoducto TGN para abastecer de gas natural al norte de nuestro país, de la misma manera que luego de la visita del presidente Lula ya se da por hecho otro crédito a cargo del Bndes, y la seguridad de que Brasil será un tomador firme del gas argentino.
En lo que a proyectos se refiere hemos escuchado los anuncios de dos plantas de licuefacción, uno a cargo del Consorcio YPF – Petronas y otro a cargo de Excelerate con TGS que permitirían en dos o tres años convertir a la Argentina en un neto exportador de gas y luego de las ampliaciones del Oleoducto Trasandino y de la empresa Oleoductos del Valle en exportadores de petróleo en cifras que jamás hubiésemos pensado un par de años atrás.
Los pozos de Vaca Muerta especialmente han logrado niveles de productividad igual o mejores a los que se obtienen en los yacimientos estrella de EEUU, todo esto sin el ingreso de un solo dólar del exterior.
Ahora bien, suponiendo que todo lo anteriormente expuesto se cumpla en tiempo y forma, dado que la obra del gasoducto lleva un atraso de aproximadamente 60 días.
Además, Energía Argentina publicó un llamado a licitación para asistencia técnica y revisión de la ingeniería para la construcción de las plantas compresoras Tratayén y Salliqueló del gasoducto presidente Néstor Kirchner, dando a entender que esta empresa no tiene personal idóneo como para efectuar esta tarea siendo por ahora la dueña del proyecto.
Según las fuentes del mercado, para acelerar los tiempos de la puesta en marcha del ducto se quitó el control burocrático del Estado y se reemplazó por una declaración jurada del servicio de las empresas intervinientes haciéndose cargo de la inspección con implicancias penales y civiles. Asimismo, se nombró un gerente de Ingeniería de Energía Argentina que no es ingeniero, un gerente de legales que no es abogado; y otros nombramientos con similares características, que aún no se sabe quién va a estar a cargo de la operación y mantenimiento del ducto una vez finalizado.
De la misma manera no se está teniendo en cuenta que todo el mundo está mirando la construcción del GNK, pero si no existe la capacidad evacuar los condensados y el crudo asociado a ese aumento de producción de gas natural, va a ocurrir nuevamente otro cuello de botella para la producción y exportación de ese petróleo.
Es así que se llegaría a septiembre / octubre con:
1) un gasoducto a un 25% de su capacidad de transporte habilitada;
2) un volumen de producción totalmente restringido por la falta de capacidad de transporte;
3) precios internos totalmente desfasados de los internacionales;
4) entes de control intervenidos;
5) imposibilidad de ingresar nuevos equipos a causa de la escasez de dólares que tiene paralizada a parte de la industria y que se refleja en la baja de la cantidad de fracturas durante enero y que van a seguir disminuyendo. De hecho, desde una empresa de servicios internacional informan que todos los nuevos proyectos los están pasando para después de octubre y se están preparando para un escenario posible de actividad igual o menor a la del año anterior.
Suena muy atractivo poder modificar la matriz exportadora del, soñando poder ser líderes en la región de la exportación de hidrocarburos y revertir la balanza comercial energética negativa.
Pero para ello se necesita, además de la infraestructura cuya construcción está en curso, de reglas claras para toda la cadena de valor de la energía, no pueden existir restricciones al mercado de cambio para la salida de dólares, para la compra de equipos, Secretaría de Energía, Energía Argentina -ex Enarsa- y Cammesa deben tener comunicación permanente y tomar decisiones en conjunto proyectando un escenario de oferta y demanda por lo menos a un año para adelantarse a posibles faltantes y a no tomar acciones que innecesariamente confunden al mercado.
Si se va a exportar un porcentaje determinado de la producción, deben estar muy bien definidos los precios internos y externos, eso se logra con la firma de contratos a largo y mediano plazo que dan seguridad jurídica a los actos y un horizonte de demanda por el cual las empresas operadoras puedan hacer sus pronósticos de producción.
Si ya existe una decisión tomada de exportar gas natural a Brasil, se debe analizar muy bien cuál es la opción más conveniente, es decir, tomar la vía de Uruguayana o bien aprovechar la infraestructura ya existente en Bolivia y que de acuerdo a los últimos pronósticos estaría sin fluido para el año 2030.
Son todas decisiones que se tienen que tomar hoy, no se puede esperar a tener parte de un ducto terminado y ver qué pasa. Las provincias de Neuquén y Río Negro en algún momento se van a tener que poner de acuerdo y van a tener que evitar boicotearse los proyectos de transporte una a la otra como sucede en la actualidad, el mercado de exportación de gas natural y petróleo debe ser transparente y dar la oportunidad a todas las empresas de participar en las licitaciones sin condiciones preexistentes que lo único que hacen es dejar el camino libre a dos o tres empresas únicamente.
Como conclusión, todos los proyectos enunciados deben tener como base principal infraestructura adecuada, precios lógicos y justos y una macroeconomía que tiente a inversores a poner su dinero en el país. Por ahora, esas son asignaturas pendientes.
Fuente: https://www.infobae.com/opinion/2023/02/05/la-argentina-se-encuentra-preparada-para-ser-la-qatar-de-sudamerica/