Como presidente de la nueva Junta Directiva, ¿a qué tema dará prioridad en el inicio de sus tres años de mandato?
En un escenario postpandemia, está el reto de reactivar y repotenciar la energía solar en Panamá; especialmente, la generación distribuida en techos. Esto se debe a que en la red no hay tanto espacio para incluir un volumen importante de renovables por problemas estructurales de oferta y demanda que hay en el país.
¿Ya han delineado su plan de trabajo?
Como parte de la primera reunión de la Junta Directiva nos pondremos de acuerdo en cuáles van a hacer los objetivos principales que tendremos en cada uno de los años de gestión. Lo haremos publico luego de llegar al primer consenso.
Lo que sí tenemos es una lista de «deseos».
¿En qué consiste?
Desde su origen, la Cámara Panameña de Energía Solar tiene una lista que sigue teniendo vigencia y se adecúa año a año, quitando lo que ya fue resuelto y agregando cosas nuevas.
Si tuvieras que destacar tres de estas, ¿cuáles serían?
El principal karma que vive la generación solar en techo es la burocracia y la lentitud en los trámites de permisología. Me imagino que esto es casi universal, pero aquí es absurdo que pasen entre dos a seis meses y que se repitan procesos de un ente a otro. Pareciera que sólo hacen perder el tiempo.
Lo segundo que pedimos es una estimulo al financiamiento privado bancario para estos proyectos que por su concepto pueden ser concebidos como project finance de algún modo, porque es quitar gasto eléctrico para pagar préstamos.
Y lo tercero es revisar normativas y restricciones técnicas como el 10% de fotovoltaica, el 25% máximo de excedentes o el impuesto al lujo.
Yo te diría que esos tres son los temas que en los foros recientes hemos puesto sobre la mesa.
¿Podríamos decir que «afortunadamente» el gobierno está convocando mesas de debate que nuclea a todos los actores participantes del mercado?
Sí. La Secretaría de Energía con Jorge Rivera Staff y Rosilena Lindo a bordo está haciendo un gran trabajo para diseñar el camino multisectorialmente. Todo su equipo está en conversación muy cercana con todo el sector privado. Y estamos encantadísimos por los avances de aquellas mesas de las que participamos.
La administración que arranca ahora y presido tiene una tremenda ventaja por sobre mis colegas previos y es que Panamá tiene una Agenda de Transición Energética con cinco Pilares de los cuales 3 están directa e íntimamente atados a nosotros: el acceso universal a la energía, la estrategia de generación distribuida y la movilidad eléctrica. Lo que cuidaremos es que se ejecuten finalmente todos aquellos consensos que se logren en las mesas para promover aquellos pilares.
¿Hay algo que apene al sector de allí?
Lo malo podría ser que no esperamos respuestas rápido. Pero, sí pretendemos recibirlas en 2021, sino se nos pasa el autobús.
Nos encanta que esto esté sucediendo porque del otro lado tenemos de pronto a una distribuidora que hace unos años nos odiaba y hoy se está adaptando, o grandes generadores que se dan cuenta de los problemas de la red y los beneficios de fondo de las renovables. Entendemos que en estos procesos el gobierno pone sus propios tiempos y esta capacidad de maniobra más lenta es legítima. Es una maravilla a diferencia de lo que teníamos hace unos años atrás cuando constituimos la Cámara.
Como última consulta, ¿el problema estructural que menciona es una barrera para nuevas subastas de renovables a gran escala?
Se mantiene la incómoda situación donde la demanda promedio en Panamá puede cubrirse con unos 1900 MW y la capacidad instalada actual está por encima de los 3000 MW. O sea que en capacidad instalada tenemos un poco menos del doble de lo que estás demandando, eso te da poco espacio para crear subastas de crecimiento de oferta. Es un conflicto serio.
Si sumas a eso la existencia de dos proyectos de gas pendientes de 600 MW, tenemos a un monstruo del que nadie quiere hablar.
¿Porqué?
En teoría, no se tienen que frenar aunque es un problema de ellos el haber incumplido y nadie dice que si hubieran terminado mañana estamos obligados a contratarlos.
¿Se debe liberar esa capacidad para tener mayor disponibilidad en la red?
Hay espacio. A partir de ahí es que muchos privados están actuando con contratos entre privados. Están sucediendo los negocios gracias a la figura de Gran Cliente que permite contratar directamente a un generador. Si el Gobierno se convierte en Gran Cliente tiene derecho a decidir su propio generador y pasa por encima al problema estructural por el cual a las distribuidoras eléctricas no reciben un kWh más porque están sobrecontradas.
¿El horizonte de negocios entonces es el mercado entre privados?
Lo que está pasando es que el sector privado, grandes generadores, están montando parques de 20 y 40 megavatios solares no para no venderle a la red, no para vender merchant, sino para buscar PPAs privados muy agresivos.
¿En qué precios promedio?
Hemos visto contratos de PPA entre 7,5 cvs y 9 cvs el kWh, que al sumarle los costos de «peaje» hasta llegar al Gran Cliente llega a los 10 cvs o 12 cvs el kWh.
¿Qué valor tiene la tarifa de media tensión?
La tarifa de media tensión más barata está alrededor de los 13 cvs o 14 cvs el kWh.
¿Volvemos al comienzo para marcar la necesidad de financiamiento para acompañar las inversiones iniciales?
Así es. Es uno de los tres temas que debemos trabajar. En el mundo está más que demostrado que con el acompañamiento del financiamiento esto despegará.