La Cumbre de Cambio Climático de la ONU en Dubai (COP 28) finalizó con una declaración en la que invita al mundo a comenzar a dejar atrás los combustibles fósiles. Los negociadores acordaron un texto definitivo con un lenguaje a mitad de camino entre las posturas más duras y las más flexibles en cuanto al rol y la necesidad de los combustibles fósiles en la transición energética, estas últimas lideradas por el anfitrión de la cumbre, Emiratos Árabes Unidos. Se acordó remarcar la importancia de los “combustibles de transición”, un guiño al gas natural. También hubo un inédito respaldo para las tecnologías de captura de carbono y la energía nuclear.

El texto fue cerrado en las primeras horas del miércoles, luego de varias negociaciones para incluir algún mensaje sobre los combustibles fósiles. Las presiones para incluir un mensaje de salida definitiva chocaron con la resistencia de la gran mayoría de los países exportadores de crudo y especialmente de naciones africanas. El lenguaje final invita a las naciones a «hacer una transición que abandone los combustibles fósiles en los sistemas energéticos, de manera justa, ordenada y equitativa».

El presidente de la COP 28, Sultan Ahmed Al Jaber, consideró que el mensaje final sintetiza las diversas visiones que el tema genera entre naciones desarrolladas y subdesarrolladas. Un objetivo global para triplicar las energías renovables y duplicar la eficiencia energética, declaraciones sobre agricultura, alimentación y salud, muchas más empresas de petróleo y gas están tomando medidas por primera vez en materia de metano y emisiones, y… tenemos lenguaje sobre los combustibles fósiles en nuestro acuerdo final. Todas estas son primicias mundiales», celebró Al Jaber, que también oficia como presidente de la petrolera estatal emiratí ADNOC.

“Combustibles de transición”

Las declaraciones finales de la COP no son legalmente vinculantes, pero encuadran el estado de la discusión global sobre el cambio climático y marcan tendencias para los gobiernos y el sector privado. La cumbre de este año tuvo como particularidad la elaboración del primer inventario o balance global del Acuerdo de París, un reporte de evaluación del grado de cumplimiento de los objetivos y con propuestas de políticas a implementar. Este balance será revisado cada cinco años.

El inventario aprobado este miércoles incluye un listado de propuestas para los países del mundo que son compatibles con limitar el calentamiento global al 1,5° C. A la cabeza figura triplicar la capacidad instalada de energías renovables en el mundo para el 2030, una iniciativa que fue respaldada por más de 130 países, incluida la Argentina.

En un hecho inédito, el listado también incluye la invitación a acelerar el despliegue de tecnologías de cero o bajas emisiones como la energía nuclear y la captura de carbono y su almacenamiento o utilización. También se incluyó al hidrógeno de “bajas emisiones”, en un guiño para los países que buscan impulsar el hidrógeno azul (reformado de gas natural con captura de carbono).

Por otro lado, la declaración también introduce el concepto de “combustibles de transición”, señalando que “pueden desempeñar un papel a la hora de facilitar la transición energética garantizando al mismo tiempo la seguridad energética”. La referencia implícita es al gas natural.

El rol de la captura de carbono

La inclusión de la captura de carbono surge de un reconocimiento sobre su necesidad para lograr los objetivos de París, aunque el alcance de su contribución es objeto de discusiones. La diplomacia europea y la estadounidense consideran que estas tecnologías no implican en ningún escenario una solución de fondo para las emisiones de los combustibles fósiles.

El enviado especial para el Clima de los Estados Unidos, John Kerry, apuntó contra quienes utilizan la captura de carbono como “una gran fachada” para pretender “continuar con las cosas como siempre”.  “Ningún científico me dice que podemos capturarlo todo. No se puede. ¿Podemos capturar un poco? Sí, y por cierto, estoy a favor”, añadió.

El texto final indica que la captura debe ser promovida «particularmente en sectores difíciles de reducir» sus emisiones. La diplomacia europea insistió sobre ese punto. El comisario de Acción Climática de la Unión Europea, Wopke Hoekstra, reconoció que las técnicas de captura son necesarias en los sectores más difíciles de descarbonizar, pero que son «una parte menor de la solución».

La Agencia Internacional de Energía circunscribe el rol de las tecnologías de captura de carbono a la descarbonización de la industria pesada y del transporte de larga distancia. Pero señala que el progreso en estas tecnologías viene siendo lento:  el nivel actual de captura anual de CO2 de 45 Mt representa sólo el 0,1% del total de las emisiones anuales del sector energético. En un reporte publicado en la antesala de la COP la agencia llamó a “dejar de lado la ilusión de que la solución es capturar cantidades inverosímilmente grandes de carbono” pero instó a la industria petrolera a escalar la inversión en el desarrollo de estas y otras tecnologías como el hidrógeno. Es el caso de Wintershall Dea, que ya está ejecutando proyectos en Europa y evalúa otro en Bahía Blanca.

Por otro lado, sin la captura de carbono no podría haber proyectos de hidrógeno azul. Emiratos Árabes Unidos tiene un particular interés en esto: ADNOC invertirá US$ 17.000 millones en un proyecto que incluirá la capacidad de capturar hasta 4 millones de toneladas de carbono por año, principalmente derivadas de la producción de hidrógeno azul. Pero no es el único. La Ley de Reducción de la Inflación en EE.UU. otorga créditos fiscales para la producción de hidrógeno azul. La Estrategia Nacional de Hidrógeno para la Argentina elaborada por la secretaría de Asuntos Estratégicos también lo incluyó.

Energía nuclear

El reconocimiento de la energía nuclear es otro hecho saliente de esta cumbre climática. Estados Unidos brindó un fuerte respaldo previo con la firma de una iniciativa para triplicar la capacidad instalada de energía nuclear en el mundo para el 2050.

La declaración contó también con las firmas de Bulgaria, Canadá, República Checa, Finlandia, Francia, Ghana, Hungría, Japón, Corea del Sur, Moldavia, Mongolia, Marruecos, Países Bajos, Polonia, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia, Suecia, Ucrania, Emiratos Árabes Unidos y Reino Unido.

La iniciativa contó también con una llamativa felicitación por parte de Rusia. «Sin energía nuclear es imposible alcanzar los objetivos climáticos», dijo el viceministro de Economía ruso, Vladimir Ilyichev, presente en Dubai.

Rusia es el principal exportador de centrales nucleares y proveedor de uranio enriquecido del mundo. Este liderazgo inquieta a EE.UU. y la Unión Europea en lo que respecta a garantizar el suministro de combustible para sus centrales nucleares, sobre todo a partir de la invasión rusa en Ucrania.

El creciente reconocimiento de la energía nuclear en las políticas de financiamiento verde también moviliza el interés en viejas y nuevas tecnologías nucleares, como los reactores modulares pequeños (SMR). Estos cambios están llevando a EE.UU. a dar un renovado impulso al sector. La Ley IRA incluyó fondos para la extensión de operación de las centrales existentes y el desarrollo de tecnologías y combustibles nucleares.

El Congreso estadounidense también acaba de dar media sanción a una ley que prohíbe la importación desde Rusia de uranio enriquecido. El proyecto esta en línea con la intención de fabricar combustibles HALEU (con una concentración de uranio enriquecido de entre el 5 y el 20%), necesarios para los reactores avanzados. Un primer hito tuvo lugar en noviembre con la primera fabricación de combustible HALEU en una planta centrifugadora en Ohio, propiedad de Centrus Energy. Es la primera planta de enriquecimiento de uranio que una compañía estadounidense inaugura desde 1954.

, Nicolás Deza