En el marco del V Congreso Iberoamericano de Energía organizado por la Asociación Iberoamericana de Derecho de la Energía (ASIDE), Rodrigo Rodríguez, presidente de la Comisión Regional de Interconexión Eléctrica (CRIE), brindó una reveladora ponencia para arrojar luz sobre la actualidad del mercado eléctrico en Centroamérica y la dinámica de las transacciones regionales.

En la actualidad, la región contaría con 17,727 MW de capacidad instalada entre los seis países miembro del mercado, siendo los agentes autorizados a participar de sus transacciones unos 302 (cifra al cierre del 2022). Ahora bien, Rodríguez advirtió la necesidad de un fortalecimiento de la transmisión para una mayor integración.

Hasta el momento, la interconexión en 1796 kilómetros de líneas de transmisión en 230 kV con capacidad de 300 megavatios ha garantizado un suministro seguro y promovido la integración de más generación, principalmente de fuentes de energía renovable en un primer circuito.

Un segundo circuito estaría en marcha. Con 198.8 km ya están construidos, en el mediano plazo extendería la capacidad disponible y ampliaría las oportunidades de transacciones en el mercado regional. Pero no sería la única iniciativa. Pronto se darían a conocer nuevos proyectos necesarios para el mercado regional.

Según adelantó Rodríguez, el plan de expansión en transmisión y generación regional será publicado a finales del mes de diciembre de este año.

¿Qué lugar ocuparán las renovables? De no ser afectadas por factores externos, estas deberían ir en aumento. De acuerdo con cifras de la CRIE, en 2022, América Central logró una asombrosa generación renovable del 79%, que ha enfrentado una disminución en el último tiempo debido a la pandemia de COVID-19 y el fenómeno de El Niño. Esto destaca la urgencia de abordar la resiliencia climática como una prioridad para poder continuar creciendo.

Camino hacia una mayor integración energética en Centroamérica

Para comprender la relevancia de la integración, el presidente de la CRIE delineó el mercado energético regional de América Central. Seis países, incluyendo Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, conforman este mercado, donde cuatro de ellos lideran en capacidad instalada y demanda. La historia de esta integración se remonta a los años 80 y se materializó en un tratado en 1996, el cual ha evolucionado con dos protocolos y un reglamento que entró en vigor en 2005, con una última actualización en 2019.

Partiendo de aquella introducción, Rodríguez planteó la necesidad de dar un paso más y avanzar del mercado de excedentes actual hacia una mayor integración regional en el sector energético. De allí, propuso la idea de un «séptimo mercado» que optimice aún más la energía generada en la región.

Bajo este concepto se buscaría maximizar los recursos energéticos disponibles en cada país y superar los desafíos operativos y regulatorios para garantizar una mayor resiliencia local y regional frente a eventos climáticos extremos.

Así mismo, Rodríguez subrayó que la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles debe adaptarse a las necesidades únicas de cada país y región. A pesar de tener un punto de partida elevado en comparación con otras regiones, América Central debe seguir fortaleciendo su red de transmisión y abordar desafíos regulatorios y operativos para mejorar la resiliencia y la eficiencia.

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