A fines de septiembre, la CNE publicó la aprobación del Informe Final de Licitaciones (ver en línea). Allí el organismo determinó que se necesitarán 2.167 GWh de energía durante el año 2026 y 5.902 GWh para el 2027. En efecto, para cubrir esa demanda se llevarían a cabo dos subastas en etapas separadas.
En diálogo con Energía Estratégica, Ana Lía Rojas, directora de la consultora energética EnerConnex, hace dos tipos de observaciones posibles sobre este tema.
Por un lado, considera que las subastas debieran fusionarse en una sola. Opina que una convocatoria el año que viene por 2.167 GWh “es demasiado pequeña como para traer nuevos agentes”.
Pero en cuanto a ofertas advierte que podrían aparecer “precios depredadores” que concentren el mercado en los grandes jugadores, como los incumbentes.
Sin embargo, otro punto de vista distinto podría llegar de acuerdo a cómo se aplique la figura del Comercializador de energía que crea la Ley de Portabilidad Eléctrica (actualmente en debate en el Congreso).
Una gran preocupación, ya planteada por la industria de las renovables, es que un buen volumen de clientes regulados podría migrar de la compra de energía de las distribuidoras al de los Comercializadores, seducidos por mejores precios o mejor servicio.
Si bien eso es positivo para el mercado, lo negativo es que las distribuidoras, por necesitar menos energía, podrían dejar de consumir lo comprometido en Licitaciones de Suministro pasadas. El precio se respeta pero “el volumen es ajustable y no compensable en caso de que haya una disminución de clientes por parte de una distribuidora”, explica Rojas sobre el marco legal.
Por ejemplo, si una distribuidora compraba por contrato 250 GWh a un generador adjudicatario de la Licitación de Suministro del 2015 y el año que viene sólo necesita de 100 GWh porque muchos de sus usuarios se traspasaron al sistema de compras por comercialización, el generador quedará con un remanente de 150 GWh.
¿Se podrá vender ese remanente a un comercializador a un precio más bajo que el adjudicado en 2015? Rojas dice que sí pero observa: “entendemos que es importante agregar agentes que dinamicen la competencia en el mercado, pero no que esos agentes terminen canibalizando el propio mercado para en el fondo desplomar el precio”.
“Esto debilita esa señal que se llama seguridad jurídica de las empresas que suscribieron un contrato con el Estado para vender un cierto volumen de energía a las distribuidoras”, advierte la economista.
De darse este escenario, los generadores pensarán dos veces antes de presentarse a la Licitación de Suministro del próximo año. “La incertidumbre nunca ayuda a dinamizar el mercado”, remata la directora de la consultora energética EnerConnex.
No obstante, ofrece una solución: que el Estado otorgue una compensación para las generadoras por la energía que las distribuidoras ya no le compren debido a la nueva dinámica de comercialización.
“En curso de la discusión parlamentaria, estos temas se van a discutir en los próximos meses. Pero plantear una compensación a los generadores iría asociada al cambio de las regulaciones que afectarían el perfil de riesgo de los contratos existentes. Y eso es lo que hay que arreglar, no puede introducirse una figura como el comercializador ignorando la erosión que provoca a los contratos ya suscritos, sobre todo de aquellos nuevos agentes, justamente que han aportado la generación renovable y la baja de precios esperada a partir de los próximos 2 años, sin una compensación por este cambio de organización del mercado”, sostiene Rojas.
Y cierra: “con la ley de la portabilidad y si baja la potencia exigida, se beneficiarían más clientes no regulados y también los comercializadores, incluyendo incumbentes, pero los generadores nuevos que le agregaron competencia y sustentabilidad a este mercado, serán nuevamente debilitados en su posición”.