En abril próximo entrará en operación la primera fase de la planta fotovoltaica de Puerto Peñasco emplazada en tierras de temperaturas extremas del norte de México. En esta primera fase sólo se encenderán 120 megawatts. La planta, la séptima más grande del mundo y la mayor de América Latina, cuenta con una inversión de 1.644 millones de dólares y será propiedad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y del Estado de Sonora. La etapa uno contempla, además, la edificación de una línea de transmisión asociada de 25 kilómetros a través de la que se entregará la electricidad generada a los Estados de Sonora, Chihuahua y Sinaloa.

En el proyecto se han incluido también 648 kilómetros de líneas de transmisión, cuatro subestaciones eléctricas y 192 megawatts de capacidad instalada de baterías para dar servicios de respaldo. Con una capacidad de generación de 1.000 megawatts, la central se construyó en una superficie de 2.000 hectáreas, terreno en el que cabrían 315 estadios Azteca (el estadio más grande de México y uno de los más amplios del mundo).
Su capacidad de generación es suficiente para alumbrar 100 millones de lámparas ahorradoras de 10 watts, y beneficiará a una población de 1,6 millones de habitantes o 536.000 hogares promedio, de acuerdo con datos del Gobierno mexicano.

En el proceso de producción de electricidad se emplearon más de 278.000 paneles solares instalados sobre un sistema integrado por más de 2.000 seguidores solares para maximizar la producción de energía.