Por Gastón M. Luppi para DIB

El precio de los combustibles en las estaciones de servicio se disparó en el último mes. El gobierno anterior se despidió con un incremento del 30%, este gobierno llegó con otro aumento del 37% y 2024 trajo el 3 de enero una nueva suba del 27%. Esos saltos se sumaron a los que hubo en el tramo final del proceso electoral: un 10% tras la primera vuelta y un 15% después de la segunda. Por estos días, la nafta súper en la Ciudad de Buenos Aires ronda los 699 pesos, contra los 158,80 de enero de 2023.

Cuadras de cola para cargar combustible fueron una manera de intentar apaciguar el impacto directo en los bolsillos, al menos una vez. Sin embargo, la suba en los surtidores da de lleno en toda la economía. El aumento “fue abrupto”, pero “toda la industria lo estaba esperando”, le explica Hernán Landgrebe, secretario de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (Fecra), a la agencia DIB.

“Toda la industria estaba esperando estos aumentos porque llevábamos años de precios regulados. Esta recomposición le da un poco de aire a nuestro negocio, que estaba muy complicado”, sintetiza Landgrebe, que advierte que además de los aumentos todavía resta resolver el atraso impositivo de los combustibles. “Estamos hablando de un 18 o 20% de impuestos. No sabemos cuándo los querrá actualizar el Gobierno; imaginamos que pronto, teniendo en cuenta la necesidad de recaudar”.

En la Ciudad de Buenos Aires, la nafta súper de YPF está hoy a 699 pesos el litro y el dólar cerró el viernes su cotización en el Banco Nación a 795,5-835,5 pesos. Referencia repetida en los medios, se dice, el litro de nafta debería costar un dólar. Pero, ¿es así?

Hernán Landgrebe, secretario de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (Fecra). – Web –

“Históricamente fue así, pero esa comparación quedó un poco obsoleta”, opina Landgrebe. “Esa referencia es de cuando no existían los bio [biocombustibles]. Los bio le generan un costo más al combustible; el bio es más caro que el fósil y eso hace que se encarezca el precio. Por eso la referencia de un dólar por litro quedó obsoleta, debería salir más”.

Comportamientos

Con los aumentos ya consumados, las estaciones de servicio cerraron diciembre “un 10% abajo” en ventas la comparación año contra año. “Y en lo que va de enero estamos un poco más abajo, entre un 12 o 13% en los primeros diez días del mes”.

Sin embargo, desde el sector confían en que se actualizarán los salarios y que la demanda se va a recomponer. “Siempre pasa, fue así en los años anteriores, cuando el precio estuvo atrasado y se actualizó. Cuando aumentan los precios, en un mes normal, la primera semana baja, pero después se acomoda. Acá está tardando un poco más en acomodarse, el escenario es totalmente distinto, pero confiamos en que cuando se actualicen los salarios se va a recomponer la demanda. Con una demanda normal y precios actualizados, nuestro negocio vuelve a tomar color; estábamos agonizando, estábamos en un momento muy complicado”. Y a modo de síntesis: “Ahora que en abril viene la cosecha, creemos que con estos valores no debería haber ningún problema de abastecimiento. Nosotros con estos precios y abastecimiento estaríamos bien. Sí necesitamos la demanda”.

En cuanto al comportamiento de los usuarios, hay “migración” de los productos premium a los súper. “Es lo normal, todavía no lo tenemos medido pero hay una migración y se nota”. Sin embargo, Landgrebe también confía en que quienes ahora dejan de cargar los combustibles más caros, pasado un tiempo, volverán. “El argentino es alguien que cuida mucho el auto, está muy pendiente, somos uno de los países con mayor penetración de productos premium en el mercado. Cuando puede, el argentino vuelve al premium”.

– Xinhua / Martín Zabala –

Desactualizados

Las estaciones de servicio marginan sobre el precio de venta de las petroleras. “Cada petrolera les da a sus operadores un porcentaje del precio de venta; si ese precio de venta no se actualiza, mi margen queda chato, estancado. Pero la inflación para el resto de las cosas continúa. Por ejemplo, en la última paritaria acompañamos la inflación y nuestros precios no estaban actualizados. Y lo mismo nos pasa con los costos, como mantenimiento o insumos; muchos de nuestros insumos son importados. Con esta devaluación, era imposible que nuestro negocio se sostuviera si no se actualizaba”.

Cada petrolera tiene su estrategia de precios y su estrategia de márgenes hacia los operadores. Y en momentos de “precios pisados”, “las petroleras tomaron algunas medidas como para darles una mano a los operadores. Por ejemplo, brindaron ayudas como para hacerles frente a los sueldos, o mejoraron la comisión en ciertos productos, o no cobraron determinadas comisiones que se cobran relacionas con el marketing y la publicidad”.

Ahora se transita un nuevo escenario, sin controles y con precios que acompañarán a la inflación y a los valores internacionales. “No creo que sea una complicación”, opina Landgrebe en el diálogo con DIB. “Me parece que este ordenamiento le va a venir bien a toda la industria. Por ejemplo, es importante para tentar a las inversiones. Vaca Muerta es un recurso muy bueno que tenemos ahí y hay que aprovecharlo. O sea, no hay mucho tiempo más para el fósil, pero sí la suficiente cantidad de años como para poder aprovechar Vaca Muerta. Y una manera de tentar a los inversores es tener los precios ordenados”.

Desfasajes

El minuto a minuto del precio de los combustibles y automovilistas prestando mayor atención a las pizarras llevó a identificar desfasaje entre estaciones de servicio de ciudades vecinas, o hasta en una misma ciudad.

– Xinhua / Martín Zabala –

Con respecto a las diferencias entre localidades vecinas, Landgrebe mencionó la aplicación de tasas municipales que encarecen el valor de venta al público. “Desde Fecra hemos hecho presentaciones en la Justicia. Un caso es el municipio de Pinamar, que cobra un 3% por encima del precio y eso no lo paga el operador, lo paga el consumidor”. Pero también tiene su perjuicio para el estacionero porque “redirige la demanda”. “Un intendente pone tasa, otro no, ¿dónde va a cargar la gente”, explica.

Y sobre la diferencia de precios en una misma marca en una misma ciudad, Landgrebe dejó claro: “Los precios son libres, el precio de venta al público está desregulado. Las estaciones de servicio tienen un precio sugerido que cada operador poder respetar como no. Es una decisión de cada estación de servicio, pero me parece que hoy no hay margen para poner un precio por encima del sugerido, se queda muy arriba”. ¿Y para abajo? “Hay algunos que lo hacen, resignan margen para ganar volumen. Pero termina siendo imperceptible para el consumidor y costoso para el operador”.

¿El flete?

La nafta súper de YPF está a 699 pesos en la Ciudad de Buenos Aires, a 775 pesos en La Plata, a 818 pesos en Trenque Lauquen y a 831 pesos en Necochea, por ejemplo. En Rosario y en Córdoba capital, 806 pesos, pero en Mendoza se paga 755 pesos, según la aplicación “Dónde cargAR”.

“El precio más barato de Argentina es en la Ciudad de Buenos Aires, pero eso es una estrategia de precios. Es cierto, el flete es una variable que hace al precio, pero no es tanto. Es más una estrategia de precios que comanda YPF, la dueña del mercado, y todos la siguen”. Y al igual que en el caso de las tasas municipales, esta estrategia a veces redirige la demanda, y va un ejemplo: “Aquella persona que vive en Lomas de Zamora y trabaja en CABA, ¿dónde carga?”. Es un pro y una contra: “Nosotros marginamos sobre el precio de venta, entonces cuanto más alto es el precio de venta, mayor es nuestro margen. Pero si esa estrategia de precios redirige la demanda, hay mayor margen pero menor volumen”. 

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