La licitación PEG-5 podría convertirse en un punto de inflexión para el desarrollo del sector energético en Guatemala. Este proceso promete ser la mayor licitación en la historia del país, con la contratación de entre 1200 MW y 1500 MW, de acuerdo con lo señalado por las autoridades locales.

Alejandra Maldonado, profesional experta en comercialización de energía, consideró que la capacidad de contratación prevista para la PEG-5, comparada con su predecesora la PEG-4, podría producir cambios favorables en el mercado.

“Definitivamente, la PEG-5, generará un impacto positivo en el mercado”, aseguró Alejandra Maldonado en conversación con Energía Estratégica.

No obstante, la ejecutiva comercial aclaró que los resultados obtenidos de licitaciones de largo plazo, no suelen modificar directamente las condiciones de las transacciones entre privados. “Los resultados de la Licitación PEG-4 no repercutieron de forma inmediata a la comercializadora durante los procesos de renovación, seguramente en el futuro lo harán”, mencionó la especialista. Esto se debe a que estos procesos competitivos están más orientados a cubrir la demanda regulada que a influir directamente en el mercado de contratos entre privados.

Ahora bien, una vez que entren en operación tanto los proyectos adjudicados de la PEG-4 como los de la PEG-5, el beneficio no solo se reflejaría en la demanda regulada, sino también en las transacciones comerciales entre privados, quienes aprovecharían los excedentes de energía.

“Se espera que, con la entrada de nuevos proyectos, que reduzcan la necesidad de utilizar tecnologías más costosas, el precio spot tenga cierta estabilidad”, mencionó Maldonado, quien además tiene expertise en el mercado como analista de proyectos de energía.

Aquel no sería el único efecto positivo de aumentar el parque de generación. Primeramente, la entrada de proyectos de gran escala a partir de la PEG-5 aliviaría la actual escasez de energía y potencia en el país. Al respecto, la ejecutiva observó que “estamos atravesando un período de escasez de energía y ahora también enfrentamos una falta de potencia” y comentó:
“En años anteriores, las comercializadoras no tenían problema al buscar potencia en el mercado para cubrir Demanda Firme, no siempre se encontraba energía pero al estar cubiertos con potencia, se cumplía con la normativa; sin embargo, en la actualidad nos enfrentamos al gran problema de déficit tanto de energía como de potencia”, resaltó la analista de proyectos de energía y experta en comercialización.

La licitación PEG-5 es vista como una oportunidad para aportar una mayor firmeza al sistema eléctrico, especialmente ante la creciente participación de renovables en la matriz energética del país.

“Definitivamente creo que la incorporación de más energía renovable nos ayudará, como país, a reducir nuestra huella de carbono. Sin embargo, también necesitamos firmeza, y es aquí donde el almacenamiento de energía juega un papel crucial para complementar”, añadió Alejandra Maldonado.

En este sentido, el almacenamiento de energía podría ser una solución para enfrentar la intermitencia de las fuentes renovables y asegurar la estabilidad de la oferta, aunque su implementación aún presentaría desafíos regulatorios y económicos, según la óptica de Maldonado.

Dicho esto, la licitación PEG-5 no solo podría apuntar a solucionar el déficit de potencia y energía en el mercado, sino que podría estimular la inversión en tecnologías de almacenamiento, proporcionando una vía para que Guatemala afronte los desafíos de una transición energética hacia fuentes renovables.

La esperada entrada de los proyectos adjudicados a mediano plazo no solo aliviaría la presión del mercado de oportunidad, sino que también abriría una nueva etapa para la comercialización de energía entre privados, aportando más estabilidad al precio spot y dinamizando el mercado mayorista en su conjunto.

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