Si bien en los inicios del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no hubo políticas que impulsaran a las energías limpios y se efectuaron suspensiones de subastas para desarrollos renovables, se vislumbra un cambio de actitud con la creación del Plan Sonora.
El megaproyecto en Puerto Peñasco, que prevé transformarse en la planta solar más grande de Latinoamérica y la séptima en el mundo, con una capacidad de 1GW en su etapa final, es un claro ejemplo de los esfuerzos del Gobierno por una transición energética justa.
Este proyecto busca la soberanía energética del país utilizando los recursos energéticos nacionales en forma sustentable para aumentar el nivel de vida de los sonorenses, mejorar la competitividad económica de la región y atacar la pobreza energética en cualquiera de sus manifestaciones.
En conversaciones con Energía Estratégica, Rafael Cabanillas, director general de la Comisión de Energía del Estado de Sonora, revela: “Con una visión menos mercantilista o comercial el plan Sonora pone más énfasis a lo social con recursos a nivel estatal y participación privada”.
“Vemos como una fortaleza que el plan esté centralizado por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) porque la planeación se hace con tiempo y con suficientes criterios de impactos sociales. No hay una libre competencia, los planes de crecimiento de las plantas tienen que ser aprobados y consensuados por la CFE”, agrega.
Los cuatro ejes principales del Plan Sonora
El experto explica los objetivos principales que persigue el megaproyecto renovable en el estado sonorense.
Impulso a la generación eléctrica con energía solar fotovoltaica.
Desarrollo de la cadena productiva del litio y sus aplicaciones.
Construcción de infraestructura para la comercialización de gas natural.
Movilidad optimizada y sustentable de mercancías a través del puerto de Guaymas teniendo a Cd. Obregón y Hermosillo como infraestructuras de soporte para el hub de transporte vía marítima.
En tanto al primer eje, el plan se inicia con la planta solar fotovoltaica de 1 GW de CFE en Puerto Peñasco en la cual el gobierno del estado participa con un 46%. Actualmente se encuentra en construcción la segunda etapa de cinco.
A su vez, se planea la construcción de una serie de plantas solares de gran capacidad ubicadas cerca de la frontera norte buscando abastecer tanto el mercado nacional como exportar al sur de EU, estas plantas se prevé sean con capital mixto. Se espera que la movilidad en autos eléctricos aumente considerablemente la demanda de electricidad en la próxima década.
Paralelamente, el gobierno de Sonora está implementando el Programa Social de Generación Solar Distribuido, el cual contempla la construcción de 40 plantas solares de 0.5 MW ubicadas en poblaciones vulnerables o con alto potencial de crecimiento. Se tendrán cuatro plantas de este tipo operando para finales del presente año.
Además, el plan integra acciones de ahorro y eficiencia energética implementadas en municipios como: Bavispe Bacerac, Bacadéhuachi y Huachinera y edificios públicos estatales.
“Las 40 plantas fueron planificadas por el gobierno del estado con el interés de mostrar que el impacto es social. Si el plan Sonora fuera un negocio de las grandes compañías y grandes empresarios, estos pequeños poblados no estarían electrificados”, asegura Cabanillas.
“El plan sonora busca conciliar los intereses de la parte comercial con los intereses de desarrollo social del país. La iniciativa privada sigue participando pero de manera más regulada con controles estatales”, agrega.
En tanto a los retos por delante para culminar este ambicioso plan, el funcionario afirma: “Tenemos que avanzar en los esquemas de ese trabajo articulado entre lo público y lo privado. Es un ejercicio que nos va a organizar para la transición energética. Buscar cómo vamos a avanzar en la transición energética es uno de los objetivos del plan Sonora”.
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