De acuerdo con datos del Ministerio de Energía de Chile, las energías renovables representaron durante los primeros tres meses de 2024 un 41% de la generación eléctrica en el país vecino. Esto significa un crecimiento de un 4% en comparación con el primer trimestre de 2023.
Sin emabrgo, Juan Pablo Tapia, miembro de la firma Broker & Trader Energy Chile, precisó que en base a información compartida por el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN) los vertimientos de energía eólica y fotovoltaica —es decir, la energía que se pierde debido a la falta de capacidad de transmisión y almacenamiento— se situaron en 1.455 gigawatts-hora (Gwh) a finales de marzo.
Esta cifra representa un crecimiento de un 317,69% con respecto al mismo periodo del año pasado, y un aumento de un 551,14% si se lo compara con los números de 2022. “Es importante señalar que nuestra estimación de los volúmenes de vertimientos para el cierre del presente año pudieran alcanzar valores de entre 3.500 y 4.000 Gwh”, indicó el experto.
En diálogo con EconoJournal, el Senior Advisor Energy de la consultora destacó que este curtailment —hecho que se produce cuando el organismo de despacho paraliza por falta de demanda la producción de energía de un parque eólico o fotovoltaico pese a que existen condiciones meteorológicas para operar correctamente— se acerca peligrosamente a lo acumulado durante todo 2022; es decir, 1.471 Gwh. Si se analiza 2023, en tanto, hay que sumar los primeros nueves meses para obtener una cifra superior (1.463 Gwh).
Estos vertimientos, que en su mayoría son fotovoltaicos, se deben a que la oferta de generación disponible crece más fuertemente que la demanda, en especial cuando el recurso está más presente durante las horas de mayor producción solar (entre las 08:00 y 18:00 horas) y su costo pasa a ser “despreciable”. Alrededor de un 95% de los vertimientos se está produciendo en ese periodo.
El almacenamiento como factor clave
Tapia señaló que desde el Gobierno chileno se han tomado ya algunas medidas para atenuar los vertimientos renovables en el corto y mediano plazo, incluyendo la adecuación de la actual regulación y normativa eléctrica con el propósito básico de facilitar la incorporación de nuevas tecnologías como los sistemas de almacenamiento, aparte de generar una manera más efectiva de planificar y expandir los sistemas de transmisión. “Sin duda que el desarrollo del almacenamiento energético será importante en varios aspectos en nuestra red eléctrica, ya que permitirá evitar distorsiones en la operación económica del sistema”, remarcó.
Por otro lado, detalló, el “storage” energético promoverá la competencia con tecnologías que operan con combustibles fósiles, principalmente en horarios donde se produzca la ausencia de la operación de las energías renovables, lo que permitirá alcanzar la meta de carbono neutralidad que tiene Chile para 2050.
En la actualidad, dentro del sistema eléctrico trasandino se encuentran en operación alrededor de 364 megawatts (Mw), volumen compuesto por 54 Mw de tecnologías stand-alone, 60 Mw de proyectos híbridos hidroeléctricos y 250 Mw de unidades de generación solar fotovoltaica. Adicionalmente, hay otros 240 Mw en etapa de pruebas: 32 Mw de proyectos híbridos eólicos y 208 Mw de iniciativas solares fotovoltaicas. “Además, unos 1.048 Mw se encuentran en fase de construcción, otros 2.234 Mw esperan la aprobación del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) y también hay 6.233 Mw en proceso de calificación”, puntualizó Tapia.
En definitiva, resumió el especialista, hoy se observa un gran interés por parte de los desarrolladores e inversionistas en implementar este tipo de tecnologías. “La idea es diversificar nuestra matriz energética con una operación segura, económica y sustentable”, completó.
, Julián García