El pasado 13 de junio, el Ministerio de Minas y Energía expidió la Resolución 40179 (ver en línea), que pone formalmente en marcha la tercera subasta de energías renovables a largo plazo de Colombia.

Allí se determinó (ver nota informativa) que las adjudicaciones de esta convocatoria se llevarán a cabo a más tardar el 31 de octubre próximo. Los contratos (en pesos colombianos) que se firmarán con los adjudicatarios serán por un plazo de 15 años.

En una entrevista a fondo para Energía Estratégica, Miguel Lotero, Viceministro de Energía de Colombia, cuenta cuáles son las expectativas del Gobierno y responde a los principales interrogantes que se hace el mercado.

¿Qué expectativas tienen en cuanto a presentación de ofertas?

Tenemos buenas expectativas. Existe una capacidad potencial de renovables de cerca de 4.272 MW con fecha de entrada de operación cercana a los plazos que exige la subasta para la entrada en vigencia de las obligaciones: 1 de enero del 2023.

Además, de estos 4,2 GW, cerca de 3,2 GW son proyectos que no requieren de expansión de transmisión, lo cual les proporciona un ventaja adicional frente a los demás proyectos, ya que estarían más cerca del ready to build (listos para construir) después de la adjudicación de la subasta.

Hay algunos actores que plantean que los tiempos son acotados. Señalan que desde la adjudicación de la subasta hasta el inicio de entrega de energía, habrá poco más de 12 meses, y que cumplir con los trámites de licenciamientos ambientales, búsqueda de financiamiento, para luego iniciar construcción es complejo. ¿Qué opina al respecto?

El propósito de la subasta es incentivar la reactivación económica del país: ese es nuestro objetivo principal en el marco de la reactivación que nos proponemos tras la llegada de la crisis por la pandemia.

Por ese motivo nosotros apostamos a impulsar, en el menor tiempo posible, esas nuevas inversiones a través del sector energético, que creemos que es una pieza fundamental en esta estrategia de reactivación económica que tiene el país.

Eso además se combina con nuestra apuesta de transición energética de Colombia: diversificando la matriz, haciéndola más resiliente a la variabilidad climática y aportando a esa reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).

Sabemos el gran reto que tienen los inversionistas de estos proyectos para llegar a la fecha de inicio de suministro al 1 de enero del 2023; pero, como ya mencioné, existe un gran potencial de renovables no convencionales que cuentan con conexión aprobada y unos 3,2 GW que no tienen necesidad de hacer expansiones (de red).

Además, cabe señalar que los contratos son de tipo financieros, y dentro de las reglas que nosotros incluimos en el contrato incorporamos la posibilidad de que los adjudicatarios se tomen una prórroga de dos años desde el inicio de suministro cumpliendo financieramente con la obligación sin que la planta ingresen en operación, para así sortear las dificultades que puedan surgir como contingencias logísticas, retrasos en líneas de transmisión o por cualquier situación adversa que pueda surgir.

En ese sentido, algunos analistas coinciden en que va a ser difícil que aparezcan nuevos actores en esta subasta porque, al tener que buscar coberturas financieras por posibles retrasos, eso encarecería su oferta frente a otros actores que ya estén operando en Colombia y que puedan afrontar esas coberturas con proyectos propios de generen energía barata, como centrales hidroeléctricas o termoeléctricas. ¿Qué opina usted?

Tenemos expectativas de que aparezcan actores nuevos en esta subasta. Porque no hemos cambiado las reglas de la convocatoria anterior en cuanto a la necesidad de un contrato de respaldo, la cual es necesaria siempre y cuando el proyecto no ingrese en operación en la fecha prevista; es decir, el contrato de respaldo no es una obligación sino una posibilidad.

Y si en la convocatoria pasada aparecieron nuevos jugadores, como Trina Solar, pensamos que en esta nueva subasta también podrían aparecer.

Además, creemos que mucho de los sponsors que venían trabajando desde la subasta anterior con sus proyectos podrán presentarse ahora con sus emprendimientos que han alcanzado un estado de mayor maduración.

Pero, además de los nuevos jugadores, por supuesto que los incumbentes también se han ido preparando, desarrollando sus proyectos y seguramente no quieran perder mercado. Eso es algo propio de un mercado como el eléctrico, que está en competencia.

En cuanto a precios, la subasta anterior demostró ser muy competitiva, con valores promedios de adjudicación de 27 dólares por MWh. ¿Consideran que esta vez podría haber adjudicaciones aún más competitivas?

Hemos diseñado reglas para esta subasta esperando precios competitivos, similares a los que vimos en 2019.

Esos precios fueron de talla mundial, casi 30 por ciento inferiores a los que normalmente observan los colombianos en el mercado eléctrico de contratos.

En este caso, a esta subasta la hacemos apostándole a un objetivo de reactivación económica, a un tema de creación de empleos, de la llegada de inversionistas nacionales y extranjeros.

Nosotros creemos que puede haber coyunturas a nivel mundial que afecten a las ofertas, como el aumento de precios de los paneles solares, o restricciones logísticas por el tema de la pandemia, y eso puede afectar un poco el precio de la subasta.

No obstante, esperamos una buena participación y una buena competencia, similar a la que tuvimos en 2019.

Por otra parte, ¿cree que esta vez habrá mayor cantidad de ofertas en el bloque 3 (de 17:00 horas a 00:00 horas) de lo que fue la subasta pasada?

La subasta pasada la participación en ese bloque fue realmente bajo. Por esta razón, nosotros en esta nueva subasta vamos a permitir la participación de proyectos que ya tengan obligaciones en las subastas de largo plazo del 2019 y la de Cargo por Confiabilidad sólo si se presentan para el bloque 3.

En un principio consultamos con el mercado la posibilidad de que los proyectos que participen en el bloque 2 tengan que también hacer ofertas en el 3. Pero la decisión fue no tratar de imponer esa condición porque eso podía terminar por encarecer el producto que estábamos subastando.

Es importante señalar que en esta subasta los proyectos que tenían obligaciones en las subastas de largo plazo y la de Cargo por Confiabilidad no podían participar.

Entonces, al dejarlos competir sólo en el bloque 3, le estamos dando la posibilidad de hacerlo y llenen las necesidades de energía que tenemos en esos bloques y eso va a beneficiar a la demanda, porque van a poder tener una curva mucho más plana y asegurar la oferta necesaria para esas horas del día.