Ya durante la primera mitad de febrero, CAMMESA compró 25 buques de combustibles líquidos por un total de 800 millones de dólares al mismo tiempo que se busca acelerar el Gasoducto de Vaca Muerta clave para ahorrar al menos u$s1000 millones en importaciones del gas. La semana pasada, IESA llamó a licitación para la adquisición de los caños que deberán unir Neuquén con Santa Fe y Buenos Aires.
El acuerdo con el FMI incluye el compromiso del Gobierno nacional de elaborar un plan de reducción “gradual y permanente” de los subsidios energéticos. Para este año, Economía prometió un recorte del 0,6 por ciento, más un plan de segmentación y un aumento de tarifas del orden del 20% para usuarios residenciales. Pero dentro de esa cuenta, la segmentación no alcanza para reducir esas transferencias.
Los altos precios internacionales marcarán el salto final de las facturas de GNL. Recientemente, Alberto Calsiano, jefe del Departamento de Energía de la Unión Industrial Argentina (UIA), aseguró que el 20% de aumento promedio de las tarifas de luz y gas “no mueven el amperímetro” de lo que reclaman las empresas transportadoras y distribuidoras.
“El precio del gas impacta directamente en el precio de la energía eléctrica. El precio del electrón en el mercado mayorista, tiene una componente importante del gas. Hoy un 64% de la energía eléctrica se genera por centrales térmicas, que deberían funcionar con gas natural. Pero hoy los yacimientos convencionales están decayendo la producción, Bolivia está dejando de enviar gas a la Argentina y lo que queda es el gas no convencional, principalmente con el yacimiento Loma La Lata de Vaca Muerta, pero ahí lo que no tenés es capacidad de transporte. Esa la trampa del oso: ¿cómo vamos a hacer para entregar gas a las centrales térmicas? La única forma será importar”, agregó Casiano. Bolivia, ya estima un recorte de la exportación del gas al menos en un 30%.
El ex secretario de Energía Emilio Apud consideró el 20% insuficiente, sino que también desechó el 30% promedio que tiene intenciones de ajustar Martín Guzmán. “Para reducir el déficit del sector o los subsidios que lo sostienen al 1,9% del PBI que permitiría alcanzar el acuerdo con el FMI, las tarifas de luz y gas en promedio tendrían que subir un 90% más la inflación en 2022, es decir, no menos de 150% en este año”.
Esta mañana, los contratos de futuros del gas natural negociados en la plataforma holandesa TTF tuvo una suba del 60% y llegó a rozar los u$s194,72 euros el megavatio hora (MHh) en el marco de una fuerte volatilidad.