La serie de Netflix “Lyllihammer” es una ventana franca para conocer la vida y hábitos del noruego común y un fiel espejo en donde se refleja la imagen que los noruegos tienen de sí mismos.
Sin espoliar la serie, lo primero que nos muestra es una vida apacible en un pueblo del centro de Noruega –Lillyhammer—donde su gente vive sin mucho estrés en comparación con las grandes capitales de Europa y donde pocos trabajan mucho: un alto porcentaje vive de la distribución de las rentas del estado noruego.“El subsidio sólo me alcanza para pagar la vivienda, la comida, el transporte y el celular” dice uno de los más haraganes protagonistas de la serie. La pregunta que surge es ¿cómo es que esta sociedad puede sostener ese ritmo y calidad de vida sin que la declaren populista?
La clave está en el petróleo. Con una población de 5,3 millones de habitantes la producción de crudo en 2020 se estima en 1,74 MMbb/d, mientras que la producción de gas natural superó los 117,100 MMm3/d.
Ese volumen de producción y los enormes ingresos que generan, los aprovechan para mantener y reforzar su fondo soberano, el mayor del mundo.
El estatal Norges Bank Investment Management (NBIM) es la unidad del Banco de Noruega que gestiona el fondo, que invierte en más de 9.000 compañías en 73 países, y que al 30 de septiembre pasado tenía un patrimonio de 950.000 millones de euros.
El Norges Bank, obtuvo el año pasado un beneficio de 101.702 millones de euros a pesar de obtener una rentabilidad media del 10,2%, frente al 19,95% de 2019.
La inversión en acciones, que representó el 72,8% de la cartera del fondo noruego al cierre del ejercicio, reportó a la entidad una rentabilidad del 12,1% en 2020, mientras que las posiciones de renta fija, el 24,7% del total, permitieron gana un 7,5%. Por su parte, las inversiones inmobiliarias del fondo, que suponen el 2,5% del total, ofrecieron una rentabilidad negativa del 0,1%.
“Pese a que la pandemia ha dejado su marca en 2020, ha sido otro buen año para el fondo. El retorno en 2020 ha sido el segundo más alto desde 1998”, dijo el presidente del consejo de Norges Bank, Oystein Olsen. Al 31 de diciembre, el valor del fondo era de 1,037 billones de euros, frente a los 959.424 millones de euros de un año antes. “Las empresas de tecnología tuvieron el mayor retorno en 2020, con un 41,9%. Esto se debe principalmente a que la pandemia ha resultado en un incremento masivo de la demanda de productos ‘online’ para trabajar, educativos, de comercio y de entretenimiento” subrayó Oysten.
Los impuestos en Noruega
A pesar de la riqueza exhorbitante de Noruega y frente a una relativa exigua población, los militantes de la resistencia fiscal encuentran en Noruega un verdadero Waterloo. Las sociedades comerciales abonan un 28% de impuestos sobre las ganancias y las compañías petroleras –estatales están sometidas a un gravamen del 50% sobre los ingresos derivados de la extracción, procesamiento y transporte del crudo. Al final, las ganancias de capital están también gravadas con otro 28%.
El impuesto a la renta varía según el nivel de ingresos: generalmente es de un 28% sobre la renta ordinaria, más un 7,8% sobre los ingresos brutos (para la seguridad social). Además, se paga un 9% sobre los ingresos personales por encima de 45.000 euros anuales y un 12% extra sobre los ingresos superiores a los 71.00 euros.
El porcentaje del IVA es del 25% para los bienes y servicios. Existen, sin embargo, porcentajes reducidos del 15%, el 8% y hasta el 0%, dependiendo de la función social del bien.
Riqueza
Hasta 1970, Noruega era considerado un país pobre muy incluso por debajo de la Argentina cuyo sector más poderoso era la pesca. Sin embargo, cincuenta años después Noruega es el país más rico del mundo con una renta per cápita de más de 67.000 dólares.
Petróleo y una gestión excelente son las claves que han conducido a este país a convertirse en un modelo para otras naciones. Según destacan los expertos de Credit Suisse en uno de sus últimos informes, “Noruega fue una vez un país pobre, con un clima muy duro y cuya principal fuente de ingresos procedía de la exportación de pescado”.
Hoy Noruega es uno de los mayores exportadores de petróleo y gas del mundo, y gracias a ello ingresa miles de millones de euros cada año. En 1969 se perforó el primer pozo off shore y ningún noruego sospechaba que el hallazgo se convertiría en un negocio tan grande. Atinadamente, las autorides crearon el Government Pension Fund Global, un fondo soberano de riqueza con el que el gobierno inviertió los ingresos del petróleo en acciones, bonos e inmuebles para diversificar la riqueza del país.
De este modo, Noruega devino en un referente para muchos países que cuentan con grandes recursos naturales pero que no supieron gestionarlos.Enfermedad HolandesaNoruega ha sido capaz de esquivar el “mal holandés”.
Una enfermedad que puede hundir a varios sectores de una economía por la apreciación de la divisa local. Cuando un país comienza a exportar una materia prima de forma masiva, el influjo de capitales aprecia la divisa, esta situación suele erosionar la ‘competitividad’ de otros sectores de la economía que dejan de exportar.
Holanda fue el protagonista de este mal después de encontrar grandes reservas de gas natural en 1960 y ta vez por eso, Noruega mantiene su moneda, la corona noruega, como instrumento de poder cancelatorio. Es por eso que gran parte de los ingresos obtenidos por el petróleo son rápidamente convertidos en divisas extranjeras, lo que mitiga en parte el efecto.
Una muestra de la fortaleza y presencia del estado noruego en todos los ámbitos de la vida noruega es la televisión abierta, totalmente pública y del estado —no está permitida la televisión privada en canales abiertos— así como también las comunicaciones como Internet, la radio o los trenes, que pertenecen al Estado.
Del mismo modo sucede con la educación, que también es controlada por el Estado y totalmente gratuita en todos los niveles, con sólo unas pocas escuelas privadas. En total, el gobierno controla el 31,6 % de las empresas que cotizan en bolsa y es habitual que tenga alguna participación en el resto.