La Unidad de Gestión de Proyectos Nucleares, creada por Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA), reactivó los trabajos de construcción de la obra civil (edificio) correspondiente al proyecto CAREM 25, que alojará al primer reactor nuclear de (baja) potencia íntegramente diseñado en la Argentina, y pensado, por caso, para abastecer energía eléctrica en zonas alejadas de los grandes centros urbanos.
La referida obra civil comenzó en 2014 en un predio aledaño a las centrales nucleares Atucha I y Atucha II, en la localidad bonaerense de Lima.
Estuvo en manos de NA-SA hasta que el gobierno de Mauricio Macri decidió cambiar el esquema, y los trabajos quedaron a cargo de Techint, pero en 2019 esta empresa desistió de continuarlos argumentando “la entrega tardía de la documentación técnica apta para construir, la existencia de permanentes cambios a la obra, y un atraso en los pagos por parte de la Comisión Nacional de Energía Atómica”.
Fuentes de la operadora de las tres centrales nucleares que tiene el país (faltó mencionar la usina de Embalse) refirieron que en abril último se decidió reactivar dicha Unidad de Gestión para retomar los trabajos en forma conjunta con la CNEA. El grado de avance de estas obras es del 60 por ciento, se indicó a E&N.
En consecuencia, se firmó un convenio con la UOCRA para contar con un plantel de 300 trabajadores que se irán incorporando paulatinamente a la obra, de los cuales 75 ya lo han hecho, siguiendo los estrictos protocolos sanitarios que impone la Pandemia del Covid-19.
El edificio que contendrá al prototipo CAREM 25 (Central Argentina de Elementos Modulares) comprende una superficie de 18.500 metros cuadrados, y contendrá al reactor, la sala de control y los sistemas de seguridad y de operación de la central.
Las centrales Carem prevén que al menos el 70% de sus insumos, componentes y servicios vinculados sea provisto por empresas argentinas calificadas bajo los estándares internacionales de calidad supervisados por la CNEA.
La misma Unidad de Gestión tiene a su cargo el proyecto de construcción del edificio para el Almacenamiento en Seco de los Elementos Combustibles Quemados (ASECQ), el referido a la Extensión de Vida Util de Atucha I, y los futuros proyectos de construcción de nuevas centrales.
Una cuarta usina nuclear está pensada para encarar en 2023, con tecnología (uranio enriquecido y agua liviana) y financiamiento de China.
No obstante, trascendió que las autoridades de Energía de la Nación han encomendado analizar el estado de situación en el que se encontraba el proyecto de construcción de una central previa a la ofrecida por China, en base a un reactor de uranio levemente enriquecido y Agua Pesada, cuya tecnología es plenamente conocida por los técnicos e ingenieros nucleares argentinos.
Esta semana autoridades de Nucleoeléctrica Argentina y de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) recorrieron, en el Complejo Nuclear Atucha, las obras en el reactor CAREM 25 y en el edificio para el ASECQ. Estuvieron el vicepresidente de Nucleoeléctrica, Rubén Quintana y los directores Lucas Castiglioni e Isidro Baschar, junto al gerente de la CNEA, Juan Ferrer, y el secretario general de UOCRA filial Zárate, Julio González.
De acuerdo a la ley nacional 26.566, promulgada en diciembre de 2009, se declaró de interés nacional el diseño, ejecución y puesta en marcha del Prototipo de Reactor CAREM bajo la órbita de la CNEA y se facultó al organismo a celebrar los contratos que resulten necesarios con Nucleoeléctrica.
A su vez, el edificio del ASECQ es una obra clave para la continuidad de la operación de las centrales nucleares Atucha I y Atucha II.
SM