La Mesa Redonda de Energía de América Latina y el Caribe se llevó a cabo con éxito esta semana.
En este evento organizado por Agencia Internacional de Energía (IEA), la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), expertos disertaron sobre los retos y oportunidades para alcanzar las cero emisiones netas en la región.
Se puso especial énfasis en las energías renovables y el hidrógeno verde para cumplir con los compromisos internacionales en torno al Acuerdo de París y se llamó a los gobiernos profundizar estos temas en su Agenda 2030.
Según las reflexiones de ponentes destacados, algunos países de América Latina partirían de una posición desventajosa en la carrera hacia las emisiones cero, mientras que otros quizás de una más «privilegiada», no sólo por los abundantes recursos renovables de alta calidad disponibles en su territorio sino por el trabajo público y privado de años que los habría llevado a tener los porcentajes más altos de energías renovables en la generación de electricidad.
Tal puede ser el caso Uruguay y Costa Rica, que han demostrado que una matriz energética con base en energías renovables se puede lograr en Latinoamérica por varios meses al 100% de cobertura.
Al respecto, Alfonso Blanco, secretario ejecutivo de la OLADE, consideró que “el avance de la transición energética no tiene el mismo ritmo en los distintos países” y de allí propuso alinear los esfuerzos para que la región pueda contribuir a bajar la temperatura media global al 1.5°C.
«Las brechas entre países son amplias, sino quebramos la tendencia natural para acelerar la transición de la energía sostenible en la región no vamos a cumplir los compromisos climáticos asumidos”, reflexionó.
Y, para lograrlo, valoró como necesario acentuar y redoblar los esfuerzos desde distintos flancos:
«Surge la necesidad de ampliar la inversión en el sector, modernizar los marcos regulatorios que fueron concebidos para un mundo diferente, lograr aprovechar las oportunidades a partir de una recuperación sostenible creando empleos y recuperando las economìas domésticas pospandemia”, indicó.
De ir en este camino sincronizando los esfuerzos de los distintos gobiernos, el referente de OLADE consideró que la región podría ampliar su parque de generación con energías renovables y que su porcentaje de participación sea significativo a finales de la década.
“Latinoamérica y el caribe posee el 25% de energías renovables en su matriz primaria de energía, un 59% de la generación de electricidad proviene de energías renovables y tenemos la ambición de llevar este indicador al 70% antes del 2030”, aseguró.
En adhesión a aquello, Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía (IEA), llamó al sector público y privado a prepararse para recibir a otras tecnologías que se están desarrollando, como el hidrógeno verde.
Por su parte, Ariel Yépez, Jefe de la División de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) advirtió que hará falta un liderazgo político determinado y una colaboración pública privada que lo impulse. De lograrlo, indicó que en ese eventual escenario será más barato generar con renovables que con combustibles fósiles y se integrarían más renovables variables no solo en las redes locales sino también en las interconexiones internacionales.
Acceda a los testimonios completos en el siguiente enlace al video en español.