El pasado miércoles 2 de octubre, la Asamblea Nacional de Panamá aprobó en primer debate un anteproyecto de ley que establece la promoción e implementación del hidrógeno verde como combustible y vector energético en el país. Este avance representa un hito en la búsqueda de fuentes de energía sostenibles y diversificadas en la República de Panamá, en línea con su Agenda de Transición Energética.
Esta iniciativa propone otorgar a la Secretaría Nacional de Energía (SNE) la responsabilidad de ejecutar y aplicar la normativa, así como de desarrollar estrategias para la promoción, investigación, producción, transporte y uso del hidrógeno verde. Este enfoque integral busca no solo incentivar la producción de hidrógeno verde, sino también establecer un marco regulatorio que garantice su uso seguro y eficiente.
Aquellas estrategias deberían realizarse desde cero. En Panamá ya se sentaron las bases para su constitución como un polo de transformación del hidrógeno verde, mediante su Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde y Derivados que contempla la producción de 500,000 toneladas de hidrógeno verde y/o sus derivados al 2030 y cuatro veces esa cantidad para el 2040.
Como gran novedad, uno de los aspectos destacados de la ley es que la SNE además será la encargada de expedir o cancelar los permisos necesarios para el desarrollo industrial del hidrógeno verde. Esto incluye la inversión, desarrollo, implementación, producción, importación de equipos y tecnología, almacenamiento, transporte y comercialización en todo el territorio nacional.
El anteproyecto también establece que los permisos otorgados por la SNE permitirán a los poseedores construir, instalar y operar plantas de generación de hidrógeno verde, brindando un marco legal que facilitará el desarrollo de esta industria emergente.
Estas disposiciones que evitan hacer mención de la Autoridad de los Servicios Públicos (ASEP) como parte del proceso de permisología para proyectos de hidrógeno, buscarían simplificar los pasos burocráticos y atraer inversión tanto nacional como extranjera, fomentando el crecimiento de la industria del hidrógeno verde en Panamá.
Aquello es prioritario. De hecho, mediante uno de sus artículos se declararía de interés nacional la producción e industrialización del hidrógeno verde, así como la generación y cogeneración de energía eléctrica a partir de este recurso.
Además, las empresas de capital nacional o extranjero que promuevan la producción, comercialización y uso de hidrógeno verde podrán beneficiarse de incentivos establecidos en la Ley 76 de 2009, que dicta medidas para el fomento y desarrollo de la industria. Esta medida es un aliciente adicional para atraer a inversores y fomentar el crecimiento de un sector que promete ser clave para la transición energética del país.
Para asegurar que el desarrollo de esta nueva industria se realice de manera segura y responsable, el anteproyecto de ley también contempla condiciones para el manejo y la seguridad del hidrógeno verde, requisitos que serían establecidos nuevamente por la Secretaría Nacional de Energía pero en coordinación con otras entidades, como el Cuerpo de Bomberos de la República de Panamá.
Lo que sigue
Tras haberse realizado el prohijamiento y la aprobación en primer debate, esta propuesta legislativa deberá seguir avanzando en la Asamblea Nacional en un segundo debate y hasta un tercero para llegar a su promulgación.
Posteriormente, el Órgano Ejecutivo tiene un plazo de 150 días, a partir de la entrada en vigencia de la ley, para reglamentarla, lo que permitirá la pronta implementación de este marco regulatorio.
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