En los últimos años, la Autoridad de los Servicios Públicos (ASEP) ha emitido diversas resoluciones que buscan integrar los sistemas de almacenamiento de energía en la normativa panameña. Esto fue bien visto por la iniciativa privada.
Desde la Cámara Panameña de Energía Solar (CAPES), su vicepresidente Félix Eugenio Moulanier, destacó dos resoluciones clave aprobadas en 2024: «Una es la incorporación de los sistemas de almacenamiento en el sistema de transmisión, que viene siendo la resolución 19.248 de mayo del 2024», introdujo. Esta normativa tiene como objetivo incluir los sistemas de almacenamiento en el plan de expansión de la red de transmisión, lo que permitiría mejorar la estabilidad de la red, minimizar riesgos de contingencia y aliviar congestiones.
La otra regulación es la 19.112 aprobada en abril del 2024, que modifica las reglas comerciales del mercado mayorista para incorporar estos sistemas a las centrales de generación renovable. De acuerdo con el referente de CAPES, esto permite que las plantas solares y eólicas integren baterías a su operación, fortaleciendo la capacidad de estas fuentes para gestionar la intermitencia en la generación.
No obstante, uno de los mayores obstáculos parte desde la Ley 6 de 1997, que regula el sector eléctrico en Panamá. «La regulación tiene ciertos límites en derecho», explicó Félix Moulanier, al referirse a la jerarquía definida en la pirámide de Kelsen, en la que las leyes tienen mayor peso que las resoluciones. La Ley 6 define a las generadoras, comercializadoras, distribuidoras y la empresa de transmisión como agentes de mercado. Sin embargo, «no incluye a los sistemas de almacenamiento», subrayó.
Esta omisión tiene consecuencias directas para los inversores interesados en desarrollar proyectos de almacenamiento de energía independientes, conocidos como «stand alone». Según Moulanier, «cuando no se incluyen los sistemas de almacenamiento como un agente de mercado, esto le impide al inversionista realizar transacciones en el mercado ocasional o firmar contratos con otros agentes». Además, sin la capacidad de formalizar contratos, es difícil garantizar a los bancos que las inversiones en estos sistemas tendrán un retorno seguro.
El vicepresidente de CAPES afirmó que, hasta la fecha, «no existe en Panamá un proyecto de sistema de almacenamiento de energía stand alone». Aunque el potencial está presente, los sistemas de almacenamiento sólo se conciben actualmente como parte de plantas de generación renovable, como las solares y eólicas.
A pesar de estos desafíos, el referente cree que las baterías tienen un papel fundamental en el futuro energético del país: «Con el potencial que tiene Panamá en irradiación solar y en energía eólica, podríamos tener producción de energía renovable respaldada con plantas de almacenamiento», indicó. Estas baterías no solo ayudarían a acumular la energía generada, sino que también podrían contribuir a la descongestión de la red eléctrica.
Actualmente, Panamá está en proceso de construir una cuarta línea de transmisión para satisfacer la creciente demanda de energía. No obstante, Félix Moulanier señaló que «los sistemas de almacenamiento vendrían a reducir costos de inversión en la red de transmisión y brindar servicios a los sistemas de distribución».
Con la integración de las baterías en la regulación, los proyectos de almacenamiento podrían convertirse en un pilar clave para mejorar la eficiencia energética del país. Sin embargo, Moulanier insistió en que lo que falta son «definir los procedimientos» necesarios para hacer operativos estos avances.
El marco regulatorio actual permite que los inversionistas que operan plantas fotovoltaicas soliciten a ASEP la modificación de sus licencias para incorporar sistemas de almacenamiento en sus operaciones. «Estos son avances importantes», reconoció el vicepresidente de CAPES, pero enfatizó que los verdaderos retos están a nivel de ley.
Para que los proyectos de almacenamiento sean viables, el referente del sector solar señaló que el gobierno debe ir más allá de definir políticas. «El gobierno tiene que meterle un empuje importante a lo que son incentivos», afirmó. Desde su óptica, es crucial generar confianza en el sistema financiero para que participe en proyectos de almacenamiento, así como definir de manera clara la remuneración de estos sistemas dentro del marco regulatorio.
Por lo pronto, Félix Moulanier destacó la voluntad del nuevo secretario de Energía para impulsar cambios importantes en la Ley 6 de 1997: «Existe la iniciativa y la disposición en crear cambios para tener una matriz energética más eficiente».
El contexto panameño marca la urgencia de la diversificación
Panamá utiliza el agua dulce con tres fines prioritarios, para el consumo humano, para el paso de barcos en el canal de Panamá y para la generación de energía eléctrica.
Con el paso del fenómeno del Niño, la escasez de agua ha puesto en evidencia la urgencia de una gestión del recurso más óptima y sostenible de manera que su uso más vital no disminuya.
En respuesta, el Canal de Panamá ya tuvo que optar por restricciones al transporte marítimo para disminuir el uso de agua de ríos y de lluvia acumulada que el fenómeno del Niño ha restringido, para su sistema de paso de barcos.
Desde el sector eléctrico evalúan como solución de largo plazo la incorporación de baterías y diversificación de su matriz para no depender y ni acaparar tal recurso.
“Los sistemas de almacenamiento de energía por medio de batería ya se están volviendo una necesidad”, consideró Félix Eugenio Moulanier, vicepresidente de la Cámara Panameña de Energía Solar (CAPES).
Y concluyó: “Hemos visto que Costa Rica y Honduras tuvieron restricciones importantes en estos últimos meses en cuanto a la generación de energía por la falta de agua. Nosotros sabemos ya como panameños que no podemos seguir dependiendo de una sola fuente de generación de energía que utilizamos en gran medida para suplir nuestra demanda.
Tenemos distintas fuentes generaciones, nos estamos convirtiendo en un hub de gas natural y demás, pero en Panamá tenemos un potencial importante en irradiación solar, tenemos buenos vientos por ser un país que tiene costas en ambos océanos, en el litoral del Atlántico y en el Pacífico, y si utilizamos ese potencial no solamente para usar la energía en tiempo real, sino también para poder hacer uso de esa energía y almacenarla cuando tengamos excedente para usarla cuando nos haga falta, podríamos tener una matriz energética más sostenible”.
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