La Secretaría Nacional de Energía de Panamá puso a disposición del público en general la versión preliminar de la Estrategia Nacional de Innovación del Sistema Interconectado Nacional (ENISIN).

Entre las metas que se fija el ENISIN, destacamos aquellas destinadas a incorporar una capacidad de almacenamiento en energía del 5% de la demanda total prevista para el 2030 y superar el 20% de generación renovable no convencional también al 2030.

Para lograrlo, se plantea en el Anexo 1 de la Resolución N.°MIPRE-2022-0032724, la creación de nuevos modelos de negocio que permitan lograr una mayor eficiencia en el uso de los recursos, en la formación de precios y en el acceso a la energía.

“Estos nuevos modelos de negocio estarán en la comercialización de la energía y en los servicios auxiliares para garantizar la calidad, seguridad y flexibilidad en la operación del sistema eléctrico”, adelanta el ENISIN.

¿Cuántas energías renovables se podrán sumar en esta década? De acuerdo con escenarios diagramados en el Plan de Expansión del Sistema Interconectado Nacional (PESIN) la descarbonización hasta el 2030 deberá darse con integración de Fuentes de Energía Renovable no Convencional (FERNC), plantas de gas y retirando plantas térmicas que usan combustibles fósiles líquidos:

“En el escenario de referencia del PESIN se plantea instalar al año 2030, 2510,94 MW adicionales a la capacidad actual instalada, de los cuales el 14,55% corresponden a plantas hidroeléctricas (365,42 MW), el 44,92% a plantas termoeléctricas a gas natural (1128,1 MW) y 40,53% lo componen plantas renovables no convencionales (1021,3 MW), con eólicas (399,49 MW) y plantas solares (621,81 MW).

Se tiene un retiro de 513,52 MW en plantas térmicas (413,2MW Bunker y 100 MW Diesel). Tomando en cuenta la potencia instalada actualmente y los retiros programados, el resultado sería un total de 5707 MW de capacidad instalada al final del 2030”.

“En el escenario de alta penetración de fuentes renovables del PESIN se plantea instalar al año 2030, 3531,61 MW adicionales a la capacidad actual instalada, de los cuales el 10,35% corresponden a plantas hidroeléctricas (365,42 MW), el 43,27% a plantas termoeléctricas a gas (1528.1 MW) y 46,38% lo componen plantas renovables no convencionales (1638,08 MW), con eólicas (606,6 MW) y plantas solares (1031,48 MW).

Se tiene un retiro de 934,67 MW en plantas térmicas (500.52MW Bunker, 268 MW Diesel y 166,15 carbón). Tomando en cuenta la potencia instalada actualmente y los retiros programados, el resultado sería un total de 6307 MW de capacidad instalada al final del 2030”.

En adición, también se indica que de acuerdo con la Estrategia Nacional de Generación Distribuida se definió una meta que al 2030 el país cuente con por lo menos 1700 MW de generación distribuida, o un 14% de la demanda de energía eléctrica. 

Visto aquello, el documento aclara que el objetivo general que persigue la estrategia es lograr la integración de las energías renovables en el sistema de generación, así como la inteligencia en el control de las redes y la futura entrada de almacenamiento de energía a gran escala. Y en concreto, la ENISIN se propone como objetivos específicos:

Mejorar los servicios ofrecidos de energía eléctrica para los usuarios finales.
Promover la descarbonización de la matriz energética mediante la adopción de tecnologías renovables y la electrificación del consumo final.
Incentivar la creación de nuevos modelos de negocios sostenibles.
Fomentar la competitividad en el mercado eléctrico.
Promover la implementación de nuevas tecnologías y procesos para mantener la seguridad y confiabilidad del SIN.

Al respecto, es preciso señalar que dentro de las 19 líneas de acción que se plantean, no se contempla un mecanismo de licitaciones concreto para fomentar una mayor adopción de energías renovables pero sí se explicita que se revisará el proceso y responsables del desarrollo de las licitaciones de compra de energía y potencia, y se incorporará el diseño por parte de ETESA licitaciones para sistemas de baterías para prestar servicios auxiliares y soporte en transmisión.

Hasta que aquello suceda, entre los hallazgos que se obtuvieron en diferentes talleres que se han realizado para formular las estrategias,desde Energía Estratégica destacamos tres barreras a resolver identificadas en diferentes estudios que llevó a cabo la Secretaría de Energía (ENGED, ENUREE, DSM y otros) y que son nuevamente advertidas en el ENISIN:

La metodología de cálculo de potencia firme vigente limita a las renovables no convencionales en su capacidad de innovación para adaptar soluciones tecnológicas que permitan incrementar la firmeza de los recursos variables.
El desarrollo de nuevos modelos de negocio como la comercialización independiente y los conexos a ésta brindan oportunidades de empleo, incrementan la eficiencia en el uso de los recursos y se incrementa la competencia
La no existencia de un mercado de servicios complementarios dificulta enfrentar las necesidades de flexibilidad y seguridad en la operación y por tanto la adopción de nuevas tecnologías y la creación de nuevos modelos de negocio que incrementen la competencia y permitan una mayor eficiencia en la formación de precios

Aquello podría llevar a que Panamá plantee cambiar la metodología de cálculo de potencia firme para renovables variables, incorporar la figura del comercializador y abrir un mercado de servicios complementarios.

Los interesados en realizar sugerencias o pedidos de cambio al documento que fue publicado el pasado lunes 5 de septiembre, contarán con 30 días de calendario desde la fecha de publicación para enviar sus comentarios al correo electrónico: infoenergia@energia.gob.pa