
La Región Caribe de Colombia reúne a Departamentos con gran potencial para la producción de energías renovables. Y quien lidera esa nómina es sin duda La Guajira. Reflejo de ello es que en la subasta de largo plazo de energías renovables y en la de Cargo por Confiabilidad celebradas en 2019 se adjudicaron allí todos los emprendimientos eólicos: 9 por 1.584 MW.
No obstante, el despacho de energía que pudieran producir muchos de esos proyectos dependej de la mega línea eléctrica Colectora, que recorrerá 475 kilómetros desde el centro-norte de La Guajira hacia el centro-sur del Cesar.
Tanto los proyectos eólicos como la línea eléctrica ya deberían haber entrado en operaciones este año. Sin embargo, el proceso de consulta previa con las comunidades étnicas, aunado a otros retos y dificultades, ha demorado este propósito. Por caso, Colectora estaría construida recién en 2024.
Este tipo de antecedentes hace que muchas empresas piensen dos veces el hecho de iniciar inversiones en Departamentos con alta presencia étnica donde se requiere de procesos de participación y consultivos exigentes. De hecho, el anterior Gobierno quiso iniciar una Ley de Consultas Previas para estandarizar este proceso pero no tuvo éxito.
“Es que no necesariamente una Ley resuelve el problema”, advierte María Paula Moreno Torres, ex Jefe de Oficina de Asuntos Ambientales del Ministerio de Minas y Energía.
En diálogo con Energía Estratégica, la experta explica que una normativa sólo busca estandarizar procesos en un marco de negociación donde “todas las comunidades tienen una configuración organizativa y cultural diferente.”.
“Hoy las comunidades están más preparadas que hace 10 o 15 años atrás. Han pasado por más procesos de consultas previas, han fortalecido su conocimiento, cuentan con asesores, entonces si uno reconoce ese perfeccionamiento, sin que haya que ir a una Ley, y al interior de una organización adopta los mejores estándares para poder hacerle frente, seguramente le vaya mejor que uno que no lo haga”, indica.
Moreno se unió con otra ex funcionaria: Diana Cely, quien fuera asesora del Viceministro de Energía, para juntas comenzar a asesorar a las empresas sobre cómo acercarse de manera exitosa a las comunidades.
“Las compañías deben no sólo ocuparse por la viabilidad de sus proyectos de manera técnica y ambiental, sino también desde lo social en el territorio; y aquí es muy importante cómo te relacionas. Para entrar a ciertos sitios hay que conocer su dinámica social y en eso hay muchas empresas internacionales y nacionales que fallan”, indica Cely.
Diana Cely, ex asesora del Viceministro de Energía
Y confía: “Hay que trabajar con mucha delicadeza porque si se cambia alguna forma, se puede dañar toda la relación; lo mismo sucede si cambia la dinámica social de la comunidad”.
Las expertas recomiendan que la clave es desarrollar un proceso de gestión social riguroso en estándares haciendo uso de las herramientas internacionales y nacionales (entre ellas la reciente jurisprudencia de la Corte Constitucional) sobre relacionamiento intercultural, y generar a favor de las comunidades beneficios tempranos, de manera que las comunidades reconozcan la favorabilidad de estos proyectos para si; y que, a partir de esas buenas prácticas, se muestren cada vez más favorables a la llegada de los parques eólicos y solares.
“Desmitificamos la premisa de que las comunidades no quieren los proyectos. Muchas veces hemos escuchado a líderes y asesores de las comunidades decir que no se oponen a los proyectos sino que los apoyan, entendiendo que son centrales no contaminantes para el beneficio de todos los colombianos, pero obviamente saben que están poniendo sus territorios para ello y, en consecuencia, esperan ver revertidos beneficios a su favor por poner a disposición su territorio y soportar los impactos de éstos”, explica Moreno.
Es por ello que una de las propuestas de las especialistas es el relacionamiento temprano con las comunidades, generando inversiones sociales para que perciban beneficios para su vida desde que la compañía comienza a trabajar.
María Paula Moreno, ex Jefe de Oficina de Asuntos Ambientales del Ministerio de Minas y Energía
“Hay empresas que toman a este tema como prioridad baja pero en realidad debería estar en lo más alto de la estrategia, no sólo porque se trata de la licencia social de un proyecto sino porque es el ‘deber ser’; hoy el que no entienda que un proyecto de gran envergadura tiene que tener una relación con la comunidad muchísimo más exigente que antes, se equivoca y lo verá a medida que vaya avanzando infructuosamente en el proyecto”, advierte Moreno.
En definitiva, las asesoras ofrecen a las empresas “atender la conflictividad, fortalecer la gestión, el conocimiento y la capacidad de la empresa para que ella lo haga con su comunidad y con su interventor”, puntualiza Cely.
Iniciativas a tener en cuenta para una gestión exitosa
Consultadas sobre los tips a recomendar a las compañías de energías renovables a la hora de pensar en territorios como La Guajira, Cely señala: “La primera, y que le menciono siempre a las empresas, es entender siempre dónde estás, entender el territorio con su complejidad social, política, económica, que hace que las distintas comunidades tengan unos comportamientos distintas de otras”.
A lo que Moreno agrega que las empresas no deben incurrir en una “gestión social estandarizada como si se tratara de una gestión de calidad donde se hace un check list”, es decir, considerar que las relaciones con las comunidades son todas iguales. “El relacionamiento debe ser adecuado y se debe tener un enfoque territorial en cada proyecto”, sostiene.
Otro aspecto que indica Cely es “conocer con quién hablas y quienes son de verdad tus validadores”. Explica que muchas veces un asesor se puede presentar como líder de una comunidad. Lo que recomienda la experta es hablar con el eslabón más alto de la cadena y tener en cuenta que estos líderes pueden cambiar con el paso del tiempo.
Como tercer consejo, la ex asesora del Viceministerio de Energía recomienda “hacer la gestión social desde el día menos 1 que inicias la factibilidad de tu proyecto. Conociendo dueños del territorio, la vecindad”
Y Moreno complementa: “El relacionamiento con el territorio además debe estar acompañado de la construcción de una relación de confianza desde el día cero de la evaluación de viabilidad del proyecto”.
Además, la ex Jefa de Oficina de Asuntos Ambientales del Ministerio de Minas y Energía insiste en que “la gestión social debe estar en el core del negocio: Desde el presidente de la empresa hasta abajo deben conocer esa gestión y ponerla como parte de los driver esenciales de viabilidad del proyecto”.
Finalmente, Moreno hace hincapié en “la necesaria relación entre empresa e institucionalidad”.
“Es importante acompañarse de los procesos institucionales, porque muchas veces, sea por necesidad, por tiempos, las empresas incurren en malas prácticas que si bien las pueden sacar de un problema inmediato, luego como un boomerang se les devuelve en contra al año, dos o tres años. Y recuperarse de las malas prácticas es súper difícil”, advierte.
“Entonces, si bien los espacios institucionales son más demorados, que hay que esperar y que los procesos toman sus tiempos, es la única garantía que tienen las empresas”.
Para las expertas, de cumplimentar con estas recomendaciones, es posible desarrollar el potencial renovable de la Región Caribe de Colombia.