Pocos días después de los serios inconvenientes que tuvo Cammesa para abonar con yuanes un cargamento de gasoil importado a la norteamericana Chevron —dificultades que finalmente se solucionaron a fines de la semana pasada—, el pago de un buque de combustible importado volvió a generar problemas dentro del gobierno. Concretamente, el viernes pasado el Banco Nación no autorizó la transacción de un cargamento de Gas Natural Licuado (GNL) despachado por Gunvor, un trader internacional, que esperaba en la rada del Río de la Plata para descargar el sábado 15 de julio en la terminal regasificadora de Bahía Blanca.
La entidad observó la operación financiera al constatar que el buque estaba cargado con gas producido originalmente en Rusia, un tipo de operación que está prohibida en la mayor parte del mundo occidental por las sanciones que se aplicaron contra Moscú tras la invasión unilateral sobre Ucrania.
Gunvor había recibido el aval del sistema de importaciones (SIRA) de la Secretaría de Comercio al declarar que el buque Flex Artemis provenía de Francia, pero al revisar con mayor detalle la documentación para habilitar la transferencia a una cuenta internacional, el Banco Nación certificó que, en realidad, la embarcación había realizado previamente un trasvase desde el buque Boris Davydov que había partido de una planta de licuefacción rusa.
Enarsa canceló la descarga del buque Flex Artemis por estar cargado con GNL ruso.
“El Banco Nación es emisor nacional del pago, pero en el medio siempre existen bancos americanos o europeos que generan la transferencia y son los que aplican estrictos controles para evitar el pago de mercadería rusa”, explicaron allegados al área energética del gobierno consultados por EconoJournal. “Unos vivos los de Gunvor. Compraron gas ruso super barato (porque a raíz de las penalidades el GNL ruso se vende a precio de descuento), hicieron trasvase en Francia y lo revendieron al precio spot a la Argentina a valores de mercado”, criticaron.
Responsabilidades
La estatal Enarsa, que está cargo de la importación de GNL, ordenó la cancelación de la operación. Como correlato, Gunvor podría iniciar un arbitraje contra la compañía argentina en reclamo de una indemnización. Es poco probable, sin embargo, que decida avanzar por esa vía porque, en caso de hacerlo, Enarsa y Cammesa lo excluirían de futuras licitaciones para importar GNL y combustibles líquidos.
Dos fuentes privadas sin contacto entre sí coincidieron en que Enarsa podría haber trackeado con más profundidad el origen del gas transportado en el buque de Gunvor. “Se sabe que ese trader que suele operar con productos de Rusia. Aunque provenía desde Francia, podrían haber chequeado mejor cuál era el origen del gas”, señalaron. Allegados a la Secretaría de Energía respondieron que la empresa estatal está en condiciones de saber cuál es el último puerto desde donde zarpó un buque, pero no cuenta con el sistema informático para conocer qué transacciones realizó de forma previa. “Esa verificación la hacen bancos internacionales, que son los que advirtieron sobre el trasvase realizado por Gunvor, que es el responsable, sobre todo después desde que se aplicaron las sanciones económicas contra Rusia, de decir cuál es la procedencia del producto”, afirmaron.
Sobre ese punto en particular, el pliego licitatorio de Enarsa no explicitaba ninguna limitante para ofrecer GNL de procediencia rusa. Pero en la compañía pública interpretan que como la Argentina está adherida a tratados internacionales bajo la órbita de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que fijó reiteradas sanciones económicas contra Rusia, es tácito que la responsabilidad de informar que transportaba gas ruso recae exclusivamente sobre Gunvor. “Incluso podrían haber comunicado que compraron GNL a precio regalado y ofrecerlo a la Argentina a un precio similar, pero ocultaron la información para revenderlo mucho más caro”, explicaron en un despacho oficial.
En alerta
Si la cancelación del Flex Artemis operado por Gunvor hubiese transcurrido 10 días antes, con temperaturas templadas la mayor parte del país, casi con seguridad habría pasado desapercibido en materia de despacho de gas. Pero como ocurrió justo al inicio de la ola de frío en Buenos Aires y en la zona del Gran Rosario, la situación obligó a consumir más combustibles alternativos (fundamentalmente gasoil) en las centrales termoeléctricas, que son más caros.
Al quedarse sin stocks de reserva, este martes la terminal regasificadora de Bahía Blanca no pudo inyectar gas en el sistema troncal. El lunes había inyectado 4 millones de metros cúbicos (MMm3) y el domingo, 3,1 millones, siempre por debajo de los 8,5 millones que puede regasificar la planta operada por Excelerate Energy.
Este miércoles tampoco podrá operar, por lo que ayer a última hora TGS envío una notificación a los principales actores del mercado de gas (YPF, TGN, PAE. Pecom, Metrogas, Camuzzi y Naturgy, entre otros) para informarles que el sistema empezaba a operar en estado de “alerta”. En las observaciones aclaró que la decisión obedecía a “falta de inyección en la terminal de Bahía Blanca”.
Como se observa en el cuadro, la terminal de Bahía Blanca no despachó gas ayer. Tampoco lo hará este miércoles pese a que esté programado que inyectará 8,5 MMm3 al sistema.
Para corregir esa faltante, Enarsa reprogramó el despacho de GNL, de forma tal que un cargamento de BP, que tenía como destino la terminal de Escobar, finalmente descargará en el puerto de Bahía Blanca. Se espera que la maniobra se concrete el jueves o viernes de esta semana. Mientras tanto, el sistema continuará quemando más líquidos de los previstos.
Durante el lunes y martes de esta semana, el parque de generación consumió unos 22 MMm3 de gasoil por día, el doble de lo que estaba programado. Como el costo de reposición del gasoil de Cammesa supera los 20 dólares por millón de BTU y el GNL cargado en el buque de Gunvor cotizaba a 12,50 US$/MMBTU, se desprende que el sistema energético operará durante esta semana con una sobrecosto.
Fuentes del área energética sostuvieron que la cancelación del buque de GNL de Gunvor no había afectado el despacho al sostener que sólo se consumieron los stocks de gas de las terminales regasificadoras, pero los números del Enargas y de Cammesa no respaldan esa lectura. El costo final dependerá de cuándo ingrese el buque de BP en la terminal de Bahía. En un mal escenario podría ascender a unos US$ 20 millones.
La buena noticia para el Estado es que para el fin de semana se esperan que las temperaturas superen nuevamente los 20 grados en la zona centro del país por lo que lo más probable es que el sistema vuelva a operar con sobrantes de gas.
La entrada Por las sanciones contra Moscú, cancelan un buque de gas ruso que estaba por descargar en Bahía Blanca se publicó primero en EconoJournal.
, Nicolas Gandini