Guatemala debe convocar próximamente a un proceso de licitación competitivo para adjudicar nuevos contratos de generación a partir del 2030, ya que en ese año se vencen acuerdos previos por más de 1065 MW que cubren el suministro eléctrico de las tres distribuidoras más grandes del país.

Tal es así que, en el sector eléctrico pareciera inminente, durante este año, el lanzamiento de la Licitación PEG-5 que se perfila como la más grande de su historia, en caso de que se cumpla el supuesto de contratarse entre 1000 MW a 1400 MW.

Ahora bien, algunas preguntas que empiezan a resonar son: ¿habrá cuotas de participación por tecnología? ¿Existen los recursos para llevar a cabo ese volumen de centrales? ¿Se eliminarán las barreras para ejecutar nuevos proyectos?

Al respecto, un profesional del sector energético guatemalteco consultado por Energía Estratégica destacó que el nivel de recursos humanos formados para llevar a cabo estos proyectos es alto y que los desafíos no correrán por el lado de la fuerza laboral y su capacitación sino por la necesidad de ser más eficientes en el consumo para disminuir los requerimientos de energía y para generar las condiciones llevar a cabo nuevos proyectos sostenibles.

De allí, en conversación con este medio, el profesional subrayó la importancia de la participación de las energías renovables no solo variables sino también de base para ampliar el parque de generación actual. Y, al respecto, advirtió que tecnologías como la hidroeléctrica, geotérmica y biogás cuentan con amplio potencial aún no aprovechado del todo en el país.

Las problemáticas que enfrenta cada tecnología mencionada serían singulares y se requeriría de la acción del estado para garantizar el porvenir de los proyectos.

En el caso de hidroeléctricas, se indicó que existen proyectos con concesiones aprobadas que aún no pueden iniciar operaciones por conflictos con comunidades locales.

“Han habido iniciativas privadas en las cuales quieren colocar generadoras hidroeléctricas, pero las comunidades cercanas no dejan avanzar a los proyectos; o sea, las empresas empiezan a trabajar y hay ocasiones en las cuales las comunidades han quemado los equipos que se han llevado al sitio”, cuestionó el referente del sector energético.

Ahora bien, también agregó que existen problemas de fondo ya que “algunos proyectos ya instalados han dejando a comunidades cercanas a las hidroeléctricas con poca o nulo acceso agua y, sumado a ello, el hecho de que esas comunidades no tengan acceso a la electricidad las hace ajenas a los beneficios de los proyectos, eso es lo que la gente ha peleado. Pero no son todas víctimas, en algunos casos hay revoltosos que les gusta sacar ventaja de todo lo que se está haciendo, promoviendo marchas para que las comunidades se enfrenten a la iniciativa privada”.

Por otro lado, está la geotermia. Guatemala rica en potencial geotérmico por sus más de 30 volcanes y recurso excepcional, ya registra sus primeras experiencias de centrales geotérmicas. Sin embargo, el profesional consultado llamó a generar más transparencia y competencia, generando las condiciones para una participación privada activa en la generación geotérmica.

“El problema es que la concesión la tiene el Estado. El Estado también es un participante del mercado, han hecho cosas no tan claras y los proyectos han quedado como en el aire y aunque han venido entidades que quieren apoyar la exploración y después explotación, sólo se quedan en instancias de estudios”, observó.

En el caso de bioenergías, el potencial también sería enorme. Mientras que los ingenios para biomasa cuentan con aproximadamente un 30% de participación de la matriz energética local, los vertederos para biogás se toparían con barreras adicionales para contribuir a la red.

“Tenemos ya instalados 5 MW de biogás aquí en la ciudad Capital, pero tenemos muchos vertederos municipales y algunos otros que son clandestinos, pero ¿cuál es el problema? quien administra es la Municipalidad -porque la Municipalidad de cada municipio es que administran los basureros y los vertederos-, pero los que mandan son los pepenadores o los guajeros, las personas que están recolectando la basura en los vertederos. Entonces a los proyectos le da la concesión y le da el permiso la municipalidad pero al final de cuentas también hay que pedirles permiso a los recolectores y si, por ejemplo, alguna tubería de gas se quiebra por cualquier razón, hay que pedirles permiso a ellos para poder hacer el trabajo. Eso debe terminar”, declaró.

Retomando la idea de que la Licitación PEG-5 podría ser la más grande de la historia de Guatemala, el profesional consultado advirtió la necesidad de no sólo seguir sumando nueva generación, sino además atender medidas de eficiencia energética.

En tal sentido, señaló que la figura del gestor de energía certificado se vuelve central para acompañar la eficientización de procesos productivos de alta demanda energética para el país.

En adición, socializar conceptos y procesos del sector energético a las comunidades resultaría clave, no sólo para que los usuarios mejoren su consumo sino además que se logre una mayor aceptación de proyectos de generación renovable.

La entrada Preocupación por barreras a energías renovables de base en Guatemala se publicó primero en Energía Estratégica.