El presidente de Rusia, Vladímir Putin, firmó este martes el decreto de la respuesta de Moscú al tope al precio del petróleo ruso impuesto por los países del G7, la UE y Australia. Tras el decreto, dejará de vender crudo a las naciones que se han sumado a la medida.
Los países del G7, la UE y Australia acordaron a principios de diciembre establecer un límite de 60 dólares por barril al precio del crudo ruso. Disparada del precio.
El decreto entrará en vigor el 1 de febrero de 2023 y permanecerá vigente hasta el 1 de julio de 2023.
Menos de una hora después de la publicación del documento, los precios del petróleo se han disparado. Así, el crudo Brent subió a 86 dólares el barril por primera vez desde el 5 de diciembre, según datos de la bolsa londinense ICE.
A principios de diciembre, los países del G7, la UE y Australia acordaron imponer un tope de 60 dólares por barril al precio del petróleo ruso transportado por mar. Los promotores de la medida pretendían “restringir la principal fuente de ingresos” de Rusia para su operativo militar en Ucrania, “preservando al mismo tiempo la estabilidad del suministro energético mundial”, según indicó la secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen.
El Gobierno ruso ha calificado en reiteradas ocasiones la iniciativa occidental como una “medida antimercado” que “puede complicar considerablemente la situación en los mercados energéticos mundiales”, y advirtió que “no planea suministrar” petróleo a los países y compañías que se unan a la limitación de su precio.