El gobierno argentino prepara un proyecto de ley de Economía del Hidrógeno, pero todavía se desconoce qué color fomentará con mayor prioridad, es decir, qué tecnología de generación será la que tome un rol más relevante para la gestión actual. 

Si bien ya hubo guiños hacia el H2 azul (producido a partir de gas natural), la iniciativa todavía no llegó a la Cámara de Diputados de la Nación y sólo se conocen algunos detalles impositivos del régimen pensado a treinta años. 

Ante ello, desde el sector se debate si el hidrógeno de bajas emisiones debe ser azul, rosado (a partir de energía nuclear), verde (mediante renovables) o incluso otro color, con tal de descarbonizar la industria mediante la utilización de energéticos bajos o neutrales en carbono en los próximos años, que permitan mitigar los efectos del cambio climático. 

Marcelo Merli Servidio, Director de desarrollo de negocios y responsable de la unidad de Consultoría & Digitalización de New Energy Business Cono Sur de Siemens Energy, planteó que “los colores que gobiernan el futuro del hidrógeno no constituyen un gran reto respecto de los 59 GW que se reportó para el 2020”. 

“Pero, sin lugar a dudas, en la medida que el hidrógeno pase de ser de uso industrial a uso como vector para producir energía, puede incrementar su peso dentro del balance de emisiones”, agregó durante un evento de la Cámara de Industria y Comercio Argentino – Alemana (AHK). 

Cabe recordar que el hidrógeno destinado a la generación de energía eléctrica representa menos del 1% a nivel, mientras que el H2 “descarbonizado” es sólo el 0,7% según los últimos reportes internacionales. Aunque a futuro, se prevé que aumenten esos porcentajes. 

Y si bien el especialista sostuvo que todos los tipos de H2 pueden jugar su rol, inclusive aquel derivado de centrales nucleoeléctricas, reconoció que dependerá de la regulación interna de cada país y que la producción de hidrógeno verde tomará mayor sentido una vez se incrementen los perjuicios desfavorables por la mayor emisión de gases de efecto invernadero. 

“En la medida que las emisiones tengan externalidades negativas de producir CO2 que generan los distintos colores que no sean el H2V, y que eso se incremente por regulación, se generarán ciertos caminos y abrirá la posibilidad de nuevos desarrollos más profundos”, concluyó en el evento.