El jueves pasado, la provincia de Buenos Aires dio un paso histórico para el avance de las renovables con la adhesión a la Ley Nacional N° 27424, que establece el régimen de fomento a la generación distribuida. 

Y si bien fue una adhesión parcial a los beneficios promocionales, impositivos, fiscales y de financiamiento establecidos en la normativo, no quita que ello sirva de puntapié para que crezca mucho más a la GD en el país, teniendo en cuenta la provincia de Buenos Aires (principalmente el AMBA) concentra el 40% de la demanda eléctrica nacional. 

Sin embargo, todavía resta un paso fundamental para que realmente se pueda implementar en el territorio bonaerense: la reglamentación. Regulación que el Poder Ejecutivo debe realizar dentro de los 180 días subsiguientes, según lo establecido en la adhesión. 

“Hasta que la ley no esté reglamentada, no tiene aplicación. Desde estarlo para que tenga efecto concreto sobre la demanda y los usuarios hagan el proceso con sus distribuidoras o cooperativas, porque sino estas últimas pueden manifestar que no saben cómo hacer el procedimiento”, explicó Marcelo Álvarez, especialista en temas energéticos y co-coordinador de LATAM del Global Solar Council junto a Rodrigo Sauaia, en diálogo con Energía Estratégica

“Se estima que no se tome mucho tiempo para ello y que, mediante una convocación a los distintos actores del sector, se haga una mesa técnica de discusión. Creo que la reglamentación terminará saliendo, aunque habrá que esperar si se da en los plazos que se mencionaron. Pero la generación distribuida llegó para quedarse y la provincia de Buenos Aires debería liderar y no resistirse a ella”, agregó. 

Justamente, la propia regulación también es la que marcará lo que verdaderamente significa la adhesión parcial respecto a la total, que según comentó el especialista, a priori parece que el procedimiento sea diferente en términos de inscripción y registros. 

De todos modos, Marcelo Álvarez reconoció que hay oportunidades en la evolución de la distribuida en PBA, sobre todo en el sector industrial ya que les permitirá realizar una inversión en infraestructura a valor dólar oficial, pagando en pesos con un stock que posean.

“Hay una coyuntura que posibilitaría un crecimiento rápido de la demanda: hay muchas empresas argentinas que tienen un stock de pesos en un contexto inflacionario y que no quieren o no pueden ir al dólar oficial, y por ende podrían adquirir capital durable que ayuda a bajar los costos operativos, si es que saben que lo harían con un modelo que las ampare”, explayó. 

Pero por otro lado, un hecho que tomará relevancia en la evolución de la GD en el segmento residencial de la provincia PBA es lo que ocurrirá con los valores a tarifas eléctricas y los subsidios existentes, que dificultan un poco el cierre económico. 

“Mientras en Córdoba un sistema se puede amortizar en 6 o 7 años y hay financiamiento que cubre ese período, en algunos lugares de Buenos Aires con las tarifas residenciales más subsidiadas, puede que tarde más de 20 años en recuperar la inversión. Aunque eso cambiaría de un día para otro si se sinceran las tarifas de electricidad”, concluyó Álvarez.