El escenario planteado por la actual crisis del coronavirus, en un sector como el petrolero muy impactado por la pandemia, obligó en marzo a la compañía a aplazar el lanzamiento del plan, previsto en un principio para mayo, pero ahora Repsol presentará una “hoja de ruta” todavía más ambiciosa de la que podría haberse podido pensar entonces, ante la aceleración provocada por el Covid-19.

Según precisa el medio expansion.com, a finales del año pasado, el grupo ya dio un viraje importante en su estrategia al convertirse en la primera empresa del sector en asumir esa meta de cero emisiones netas en un horizonte a tres décadas, en concordancia con el Acuerdo de París, y llevó a cabo también una reducción en el valor de sus activos de 4.800 millones para adaptarse a esa transición “verde”.

De esta manera, los próximos cinco años para Repsol estarán marcados por «una aceleración en el desarrollo de proyectos de energía renovables con el objetivo de no ser tan dependiente de los combustibles fósiles», señala Joaquín Robles, analista de XTB, quien subraya que, ya en esta senda, en lo que va de año la compañía ha gastado 199 millones en nuevas explotaciones petroleras, frente a los 300 millones en proyectos relacionados con energía limpia.

Este paso en renovables, dando así continuidad a lo que supuso su entrada en el negocio de electricidad con la compra en 2018 de activos de Viesgo para consolidarse como un actor relevante, lo constató a finales del año pasado incrementando en 3.000 megavatios (MW) su objetivo de capacidad de generación de electricidad baja en carbono, hasta los 7.500 MW en 2025.

De hecho, el grupo presidido por Antonio Brufau cuenta ya con una cartera de siete proyectos renovables en la Península Ibérica que, en distintas fases de desarrollo, suman más de 2.300 megavatios (MW), que se unen a los casi 3.000 MW de capacidad total instalada con los que cuenta actualmente.

Asimismo, la energética prevé llevar a cabo el proyecto de ampliación de la central hidroeléctrica de bombeo de Aguayo (Cantabria), con lo que aumentará su capacidad hasta los 1.360 MW, lo que representará una inversión de unos 600 millones de euros y será uno de los proyectos ‘estrella’ de este plan para impulsar las renovables.

En este mismo sentido, Repsol también dio el pasado verano otro paso adelante más en esta estrategia con la expansión internacional en renovables a través de un acuerdo con el Grupo Ibereólica Renovables que le da acceso a una cartera de proyectos en Chile que esta compañía tiene en operación, construcción o desarrollo, de más de 1.600 MW hasta 2025, y la posibilidad de superar los 2.600 MW en 2030.

Para seguir financiando este crecimiento en energías “verdes”, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, no descartó recientemente incluso futuras alianzas o una salida a Bolsa del negocio.