
El precio de los combustibles aumentó un 1,75% el 1º de abril en línea con la inflación y el crawling peg del tipo de cambio del 1% de marzo. Ese día el Brent cotizaba sobre los 74 dólares. Desde entonces, y como resultado de la guerra comercial desatada por la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de fijar aranceles recíprocos a decenas de países (que luego fueron pausados por 90 días, con excepción de China), el importe del barril llegó a caer un 20% —el Brent cotizó por debajo de los 60 dólares la primea semana del mes— y este lunes abrió a 66 dólares.
La caída del precio internacional del crudo abre un interrogante acerca de qué pasará con el importe local de los combustibles e 1º de mayo. ¿Puede la baja del barril replicarse en una caída del precio de las naftas y gasoil en surtidor? A priori, si bien YPF esperará a ver qué sucede con el Brent durante los últimos 10 días de abril.
Habrá que esperar no sólo lo que suceda con el petróleo, sino también cómo evoluciona esta semana el tipo de cambio oficial tras el levantamiento del cepo para personas físicas. El dólar cerró el miércoles (antes del feriado extendido de Semana Santa) en 1160 pesos. Si la cotización de la divisa estadounidense se mantuviera por debajo de los $ 1200, habilitaría un descenso del precio de las naftas, pero resta saber qué hará el gobierno con los impuestos.
Con un Brent en la banda de los 65 dólares, el precio de paridad de exportación del crudo se ubicaría en torno a los 60 dólares (después de aplicar retenciones del 8% sobre el precio internacional). El crudo local se vendió a la baja en los últimos dos meses. Algunas refinadoras pagaron en abril por el el Medanito —el crudo que se extrae en Vaca Muerta– hasta 62 dólares, cinco dólares menos que en enero. Según indicaron fuentes privadas a EconoJournal, el Medanito podría pagarse 59/60 dólares siempre en función de lo que suceda con la cotización del Brent durante la última semana de abril.
Recomponer impuestos
Si el dólar oficial sigue cotizando por debajo de los 1200 pesos y el Brent navega sobre los 65 dólares, la intención del gobierno es aprovechar la baja del precio del petróleo —que en sí mismo explica 60% del costo de los combustibles antes de impuestos— para recuperar el cobro del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y del Impuesto al Dióxido de Carbono, que arrastran un atraso desde que la administración anterior congeló el componente impositivo del valor final de los combustibles para mantener pisado el importe de las naftas y gasoil.
Según la consultora Economía & Energía, que dirige Nicolás Arceo, para recuperar el atraso remanente del ICL, el litro de nafta debería en mayo aumentar 177,40 pesos y el de gasoil $ 102,50 (sin contemplar los biocombustibles). Eso implicaría aumentar los importes finales en surtidor entre un 12% y un 8%, respectivamente. No parece haber margen para validar un aumento de esa envergadura, pero sí para mejorar parcialmente la ecuación impositiva. Si el gobierno recuperara a pleno el valor del ICL, el Estado podría recaudar casi US$ 200 millones sólo en mayo, según estimaciones del último informe de la consultora Economía y Energía. A principios de marzo, en otro escenario internacional, el gobierno decidió alivianar el impacto en los surtidores bajando el ritmo de actualización impositiva.

Impuestos
Los impuestos a los combustibles se actualizan trimestralmente en base al Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC. Las refinerías deberían trasladar automáticamente la actualización del gravamen a los surtidores, pero eso no suele suceder, dado que el Gobierno va modulando la suba real del ICL en niveles que no afecten el plan anti-inflacionario del Ministerio de Economía.
A principios de 2024 el gobierno intentó realizar una actualización escalonada para completar los trimestres pendientes del gravamen. Pero, a partir de mayo del año pasado, modificó el esquema y aplicó subas parciales postergando la actualización total del impuesto.
Tal como publicó EconoJournal, la salida del cepo y el nuevo esquema cambiario podría impactar también en las tarifas de electricidad y gas. Milei y el ministro de Economía Luis Caputo deberán decidir cuánto aumentan las tarifas o si, por el contrario, el Estado absorbe el costo de la devaluación con más subsidios energéticos.
, Roberto Bellato
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