Frente a huracanes y tormentas tropicales, ¿qué retos identifica por abordar en el Caribe para robustecer al sector eléctrico de modo que se puedan evitar los cortes de suministro y/o garantizar una reanudación del servicio a la brevedad?

En una reciente conferencia regional sobre energía, un representante de la CFI comentó que el Caribe es único en el mundo dada la frecuencia de eventos naturales catastróficos que han causado daños que superan el 50% del PIB de un país. El huracán María, en sus 8 horas sobre Puerto Rico, interrumpió prácticamente todos los servicios de agua, electricidad y comunicaciones. 

Uno podría imaginarse fácilmente a la República Dominicana, un país que ha estado plagado por un frágil sector eléctrico durante generaciones, enfrentando una situación similar. De hecho, es solo cuestión de tiempo.

¿Qué recomendaciones hace respecto a la resiliencia del sistema eléctrico en República Dominicana?

Los pasos que el sector energético de la República Dominicana puede tomar para aumentar la resiliencia y disminuir los cortes de energía después de las tormentas incluyen la segmentación de la red eléctrica mediante la construcción de microrredes. 

Las fuentes de electricidad renovables locales pueden operar de forma independiente y ayudar a las comunidades, sin mencionar la infraestructura clave como los hospitales, a recuperarse rápidamente de las poderosas tormentas.

Es necesario realizar un análisis de la ubicación de estas microrredes, junto con el establecimiento de pautas transparentes de interconexión que respalden la confiabilidad de la red eléctrica más amplia.

Para continuar impulsando renovables en las redes de transmisión y distribución, ¿qué opciones para entregar flexibilidad a la operación del sistema eléctrico considera que son más oportunas implementar en República Dominicana? 

La incorporación de almacenamiento y generación renovable distribuida es otro componente clave que promoverá la flexibilidad en la red. 

Tendemos a centrarnos mucho en el análisis a nivel macro, como el entorno financiero, legal y regulatorio que apoyará de manera más adecuada la generación distribuida, que es muy importante. 

Pero, como ocurre con todas las iniciativas políticas exitosas, el componente clave será aumentar la adopción de estas tecnologías por parte de los clientes. 

Los esfuerzos de modernización de la red deben verse de manera integral; en otras palabras, los beneficios deben ser evidentes para todas las partes interesadas, incluidos los servicios públicos, los hogares y las empresas.