HOUSTON. – Javier Rielo, vicepresidente senior para Americas de TotalEnergies, uno de los grandes jugadores del mercado global de gas natural y también de la Argentina, trazó un análisis sobre el escenario que se presenta a nivel global en cuanto a la necesidad de avanzar con la agenda de transición energética. También explicó cuál será el rol ocuparán los hidrocarburos en los próximos años y cuáles son las oportunidades y desafíos que posee la Argentina en materia de recursos energéticos para aprovechar la ventana de oportunidad que se presenta a nivel global.
En la Argentina, TotalEnergies puso en marcha diversas acciones alineadas con su estrategia de transición. Cuenta con iniciativas en Neuquén y Tierra del Fuego para reducir sus emisiones con un objetivo de NetZero a 2050 y de una reducción del 80% de las emisiones de dióxido de carbono y a cero emisiones de metano para 2030.
En Tierra del Fuego, la compañía francesa posee un sistema de monitoreo, identificación y supresión de emisiones fugitivas con campañas de drones que poseen identificadores. Además, tiene en carpeta un proyecto para instalar un parque eólico en Río Cullen, que permitirá suministrar energía verde a las plantas de gas natural a fin de dejar de utilizar el hidrocarburo que producen en los compresores.
En Neuquén, también cuentan con la campaña de drones y se encuentran realizando cambios en los equipos de perforación. A su vez, desde la firma comunicaron que se están construyendo una línea de alta tensión de 43 kilómetros que unirá las áreas Loma Campana con Aguada Pichana, que se alimentará con energía verde en 2025 y se pondrá en funcionamiento a fines de este año. La línea proveerá de electricidad a Aguada Pichana Este, el principal campo de TotalEnergies en Vaca Muerta, y permitirá que no se utilice gas en todos los termocompresores. También se empezarán a utilizar compresores eléctricos.
En diálogo con EconoJournal, el ejecutivo de TotalEnergies dio a conocer cuáles serán los pasos a seguir de las empresas para los próximos años, en línea con los objetivos de reducción de emisiones. A su vez, brindó su visión sobre el mercado de Gas Natural Licuado (GNL) para los próximos años y el papel que juega Estados Unidos en este segmento.
– ¿Qué análisis realiza sobre la agenda de transición a nivel global? ¿Cuáles han sido los avances?
– Hace algunos años atrás se pensaba que la transición se hacía de la noche a la mañana y no es así, sino que implica una cantidad de decisiones y es un proceso muy difícil. Nosotros podemos decir lo que queramos sobre la transición, pero la gente tiene que estar dispuesta a hacerla y no siempre está dispuesta, porque se trata de un proceso que viene con un mayor costo. Entonces, ¿quién paga ese costo?
La transición viene con un cambio en las costumbres, con establecer mecanismos de compensación entre distintos países. Todo el mundo se está empezando a dar cuenta de esto. Fue muy bueno la última COP28 (la conferencia de la ONU sobre cambio climático, realizada en noviembre en Dubai), porque se identificó que los hidrocarburos se van a seguir necesitando, y se puntualizó que el gas es la energía de transición y que vamos a tener que ir reemplazando a los hidrocarburos al mismo tiempo que vayamos creciendo en renovables. La energía renovable es linda, por decirlo de alguna forma, pero es cara e intermitente.
-Hace algunos años se hablaba de que había una sola forma de efectuar la transición energética basada en una migración de golpe y muy veloz hacia las renovables. Ahora se está hablando de distintas transiciones, se puntualiza que tienen que ser pagables y se admite que los hidrocarburos seguirán ocupando un lugar importante durante la transición. ¿Cómo analice ese cambIo?
-Creo que todo el mundo está tomando más conciencia de la importancia que tiene la buena utilización los hidrocarburos con un objetivo con un objetivo sostenible a largo plazo. El mundo sabe que no se puede parar el mundo porque no se pueda reemplazar de un día para el otro, pero todos sabemos que primero debemos reemplazar el carbón, después los líquidos, y si podemos reemplazar el gas, lo haremos. Uno de los ejes que quedó claro en este evento es que, al momento de aprobar un nuevo proyecto de hidrocarburos, las empresas estamos mirando las consecuencias que trae aparejado. Y en ese sentido, cada vez que TotalEnergies lanza una nueva iniciativa o inversión, primero hay que demostrar que ese proyecto baja la intensidad de emisión de la compañía. Si no es así, no se aprueba.
– En edición del CERAWeek se hizo mención que algunas grandes empresas habían flexibilizado sus objetivos a mediano y largo plazo porque no eran alcanzables. ¿Cómo analiza esa situación?
-Hubo empresas que se dieron cuenta que los objetivos que se habían fijado eran extremadamente ambiciosos. Nosotros en TotalEnergies nos fijamos objetivos realistas, más de corto plazo. A veces es fácil hablar a largo plazo, pero lo bueno es además de establecer un target a largo plazo, fijar metas a corto plazo y todo tu equipo se pone a trabajar en eso, los resultados se logran.
-Cuando TotalEnergies anunció su rebranding y resolvió cambiar la denominación de Total a TotalEnergies comunicaron que la estrategia tenía dos conceptos centrales. Uno de ellos era que la empresa se iba a centrar en los proyectos de gas natural y que iba a empezar a trabajar en renovables para buscar sinergias. También, que iba a seguir produciendo petróleo, pero no con la centralidad que tenía. ¿Esa visión sigue siendo la misma?
-Seguimos con el mismo concepto. Algo que me enorgullece de nuestra compañía, es que la estrategia es sólida y se cumple. Nuestra visión es que el petróleo se va a seguir utilizando, que el carbón tiene que desaparecer. Que el gas tiene que ir reemplazando paulatinamente al petróleo y las renovables también en complementación con el gas natural. La producción de petróleo va a seguir creciendo hasta 2030 y después declinará porque será reemplazado por el gas natural. Esa visión es la misma.
– ¿Cómo visualiza el mercado de GNL para los próximos 5 o 10 años?
-La visión de TotalEnergies es que a raíz de guerra de Ucrania, en el Mar Rojo y los problemas geopolíticos provocaron una tensión en el suministro de gas europeo que tuvo que ser reemplazado con GNL. Esto puso en tensión la oferta y la demanda, los precios se dispararon. En 2022 llegaron a 30, 40, 50 y 60 dólares por millón de BTU. Esto tiende a estabilizarse. Va a seguir habiendo una tensión en el corto plazo en el 2025 o 2026, pero a partir de 2027 cuando los proyectos que están en construcción inicien su producción. A partir de ese entonces, creemos que se va a volver en un mercado de compradores en el que serán ellos los que van a fijar los precios. Vamos a tener que ser eficientes para producir económicamente. A partir de ahí, habrá picos y valles que permitirán estabilizar un precio que sea razonable en función de lo que lo que es una rentabilidad normal de un proyecto de LNG.
La secretaria de Energía de Estados Unidos participó del CERAWeek y fue clara. EE.UU hoy produce 90 millones de toneladas y el mercado mundial de GNL ronda las 450 millones de toneladas. En construcción existen proyectos para duplicar esos 90 millones de toneladas. Y además hay otros proyectos aprobados para duplicar los 180 millones de toneladas que va a tener EE.UU, que tiene un potencial de shale gas con toda la infraestructura que hace factible poner en producción los proyectos a un costo mucho más razonable de lo que sería un proyecto greenfield, en donde se tiene que construir todo.
– ¿Qué balance realiza de esta edición del CERAWeek?
-Es bueno escuchar lo que tiene para decir Europa, EE.UU., para ver lo que ocurre a nivel global. La agenda del mundo pasa por producir más energía, más limpia y más barata. Sería bueno que también lo aprendamos en la Argentina porque no es que el país va a estar ajeno a este debate internacional. No puede estar ajeno por las instituciones de crédito, los bancos, los proveedores, los clientes. Todo el mundo está participando en esa agenda. Va a ser difícil que los países se abstraigan y digan que van a seguir produciendo petróleo, porque no van a tener financiamiento, ni proveedores. Esto es importante para la Argentina porque tiene mucho potencial, muchos recursos y porque podría multiplicar su producción. Cuando se habla de producir un millón de barriles en la Argentina me parece una visión pequeña. Podríamos producir más y lo tiene que hacer de manera alineada con los objetivos que se han fijado de manera internacional porque si no no va a haber inversores, ni financiamiento externo y el país va a sufrir las consecuencias. La Argentina tiene que estar alinearla con esta agenda mundial.
, Loana Tejero y Nicolás Gandini