La economía de Panamá cayó un 17.9 % en 2020, año marcado por el avance de la pandemia del Covid-19. Así lo aseguró el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) que vincula la caída del Producto Interno Bruto a las medidas de contingencia tomadas para hacer frente a la emergencia sanitaria.
La recuperación del país guarda retos pero también oportunidades. Una de las puertas que se abren sería para inversiones de triple impacto: social, ambiental y económico. En ese escenario, las alternativas con energías renovables que proponen una descarbonización, digitalización, descentralización y democratización, cobran cada vez más sentido.
“Luego de los efectos devastadores sobre todo socioeconómicos por la pandemia, ese proceso de reconstrucción o reactivación económica lo hagamos sosteniblemente con lo que se conoce como ‘build back better’ ”, introdujo Jorge Rivera Staff, secretario nacional de Energía en Panamá.
La Agenda de Transición Energética que se encuentra trabajando Panamá iría en línea con aquellos esfuerzos. Producto de las primeras mesas de trabajo multidisciplinarias convocadas por el Gobierno para trazar la estrategia de acción, ya se debate la inclusión de figuras tales como los comercializadores de energía, los prosumidores y la solar comunitaria.
“Las mesas de diálogo de generación distribuida han avanzado en un primer borrador que busca potenciar la posibilidad del autoconsumo y superar los obstáculos que hay para la masificación de la misma”, adelantó Rivera Staff.
En el caso puntual de la generación distribuida, amplió que el rol de los prosumidores aumentará su protagonismo progresivamente en esta década.
“El rol de los clientes implica una democratización de los procesos, no solamente del uso de la energía sino también de su producción, creando la figura de los prosumidores”, consideró Staff.
Durante su participación en el seminario Avances en la Agenda de la Transición Energética 2020 – 2030, organizado por la Cámara Americana de Comercio e Industrias de Panamá (AmCham), Rivera Staff declaró ante empresarios que esta figura va tomando fuerza en su país.
“Los ciudadanos están pudiendo cada vez más producir su propia energía, principalmente a través de paneles solares; además, gestionarla con medición inteligente con softwares de apoyo de manejo de información y sistemas de baterías que permiten autonomía”, reforzó.
Para lograrlo, un gran reto es la actualización del marco regulatorio. Para lo cual se deberá considerar la opinión de distintos actores del sector.
Entre consideraciones preliminares, resaltamos algunos desafíos que advierten referentes de distribuidoras y representantes de gremios del rubro, tales como mayor claridad en obligaciones e instancias de registro y autorización para infraestructuras de autoconsumo, obligaciones técnicas y operativas cuando se inyectan excedentes a la red de distribución e interrelación con dinámica de mercado energético nacional y un plan de modernización incorporando inteligencia de la red de distribución que permita la óptima gestión de generación distribuida.
Queda un largo camino por recorrer para que esta alternativa de generación se masifique en el país. Hasta tanto, el 21 de abril el Gobierno presentará un estudio que da cuenta del impacto económico que tendrá la Agenda de Transición Energética que justificará que las medidas políticas se deberán acelerar para colaborar a la recuperación económica de Panamá.
Como adelanto, el titular de la cartera energética señaló que su impulso garantizará menos emisiones, menos gastos en energía y más ahorros en subsidios, además de los beneficios a la salud, calidad de aire y generación de empleo que tiene asociados.