Tristán Socas y Marcelo Corda asumieron hace tres semanas como presidente y vice de la empresa estatal Enarsa con el respaldo del poderoso asesor presidencial Santiago Caputo. Corda, que además se viene desempeñando en los hechos como gerente general de la compañía, promovió la incorporación de Sergio Viana, un ex ejecutivo de Techint con más de 20 años de experiencia en el segmento de construcción de grandes proyectos de infraestructura, con un objetivo bien concreto: ser el nuevo interlocutor de Enarsa encargado de negociar con la empresa china Gezhouba la reactivación de la construcción de las represas de Santa Cruz. El objetivo es volver a ponerla en marcha el 15 de enero, según indicaron a EconoJournal fuentes cercanas a la iniciativa. 

Viana, que tuvo un rol ejecutivo en la instalación de la central hidroeléctrica Caracoles, en San Juan, contratado por la constructora del holding que lidera Paolo Rocca, se reunió la semana pasada con directivos de la UTE integrada por Gezhouba y Eling Energía (ex Electroingeniería) para intentar dar los pasos necesarios para llegar a ese fecha. Lo primero es poder encauzar la negociación para firmar la adenda Nº 12 al contrato original firmado con entidades chinas en 2014, dado que las obras en Santa Cruz permanecen paralizadas desde noviembre del año pasado.

De arriba hacia abajo, de izquierda a derecha, Santiago Caputo, Tristán Socas, Marcelo Corda y Sergio Viana.

Cambio en la negociación

En ese punto se observa un cambio de estrategia: la posición de la gestión de Enarsa liderarada por Juan Carlos Doncel Jones y Rigoberto Mejía Aravena, que asumieron a principios de este año la conducción de la empresa estatal con el respaldo del secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, era que el consorcio contratista debía retomar los trabajos mediante la inyección de fondos propios, encapsulando además reclamos del pasado vinculados a readecuaciones de costos y redeterminación de precios del proyecto incial. La UTE Gezhouba-Eling se opuso porque primero pretende que se ordenen administrativamente esos desacuerdos cruzados antes de reactivar los trabajos en la provincia patagónica. La imposibilidad de acercar posiciones llevó a que el proyecto esté virtualmente en un punto muerto desde hace casi un año.

Si bien Doncel Jones y Mejía Aravena siguen integrando la primera línea de Enarsa, la gestión liderada por Socas —un experto financiero que llegó al cargo propuesto por Santiago Caputo y cuenta también con el aval del ministro de Economía, Luis ‘Toto’ Caputo— apunta a negociar de manera integral parte de cabos sueltos con la intención de acelerar la reactivación de los trabajos.  

“Se percibe un cambio de tesitura en los nuevos interlocutores de Enarsa. Las negociaciones estaban prácticamente empantanadas, pero parece que Socas llegó con la clara instrucción de reactivar la construcción de las represas”, indicó una de las fuentes consultadas. Para reiniciar los trabajo el 15 de enero, las partes deberían firmar la adenda Nº 12 a más tardar el 30 de noviembre. Luego, el gobierno de Javier Milei deberá solicitar formalmente —con el respaldo de Enarsa y de la UTE a cargo del proyecto— el desembolso Nº 7 por unos US$ 500 millones del crédito sindicado por un consorcio de bancos como China Development Bank Corporation, Industrial and Commercial Bank of China (ICBC) y Bank of China.

Reclamos

Hasta el momento, la UTE integrada por Gezhouba y Eling Energía (ex Electroingeniería) lleva ejecutados obras por unos 1850 millones de dólares, en tanto que el grado de avance de la construcción es de 42% en el caso de la represa Jorge Cepernic y 20% en la represa Néstor Kirchner.

Fuentes privados indicaron que el primer paso es acercar a las partes en cuanto a readecuación presupuestaria equivalente a unos 500 millones que reclama la UTE por el encarecimiento de la obra por fallas en el proyecto de ingeniería diseñado por Enarsa (deslizamientos del sueño rompieron parte de la estructura civil de una de las dos represas) y por la redeterminación de precios con relación al programa de desarrollo original. “Es difícil hablar de cifras porque existen redeterminaciones desde 2018 y a su vez algunos certificados por avance de obras impagos desde el año pasado. Lo importante es que lo que se negocie ahora permite la reactivación y finalización de la obra. Lo peor que nos puede pasar es arrancar y frenar de nuevo”, explicaron allegados directos al proyecto.

Otras fuentes señalaron que Enarsa contaría con documentación oficial para reconocer unos 200 millones de los 500 millones que reclama la UTE, pero no así del resto. Uno de los puntos prioritarios que tendrá Viana es revisar esos números. La nueva conducción que encabeza Socas incluso prevé contratar una consultora privada para evaluar alternativas técnico-económicas para conectar a las represas con el Sistema de Interconexión (SADI), dado que el contrato con Gezhouba-Eling prevé sólo el tendido de una línea de 500 kV hasta la estación transformadora de Santa Cruz. La búsqueda de una consultora externa es a priori una rareza porque Enarsa es accionista con un 50% del capital social de Transener, la principal transportista de energía del país, que perfectamente podría realizar ese estudio.

Mayor poder político

La nueva conducción de Enarsa fue designada directamente por Santiago Caputo, uno de las tres personas con más poder del gobierno de Milei. Por eso, cuenta con un mayor respaldo político y la instrucción expresa de destrabar ese conflicto con China. Incluso en lo doméstico, la negociación es relevante en lo político porque fortalecería la relación entre la Casa Rosada y Claudio Vidal, gobernador de la provincia patagónica, que alineó a los diputados santacruceños con el oficialismo en varias de las votaciones claves que enfrentó en Ejecutivo en el Congreso.

En cuanto a la ventana temporal, la construcción de las represas se realiza por cuestiones climatológicas durante los meses de verano, entre octubre y marzo. Por la falta de avances en la negociación ya se perdió octubre y en el gobierno consideran muy difícil retomar este año, pero la expectativa oficial es que en enero se pueda comenzar a trabajar.

, Nicolas Gandini