En las últimas dos semanas se ha experimentado un incremento significativo en el precio promedio de bolsa de energía. En el mes de noviembre dicho referente cerró en promedio a 105,2 $/kWh, mientras que desde el 14 de diciembre ha rondado niveles superiores a los 300 $/kWh y en promedio a 491,1 $/kWh (casi 5 veces superiores al promedio del mes de noviembre).
“Este hecho es particularmente preocupante debido a que alrededor del 20% de la demanda regulada y 10% de la demanda no regulada se encuentra expuesta a los precios de bolsa”, advierten desde Óptima Consultores.
En un informe ejecutivo que realizó la firma para sus clientes el pasado 29 de diciembre, explican que este salto en los precios se debió a, principalmente, la disponibilidad hídrica. Pero advierten que esta no es la única causa, sino también al comportamiento de los actores del mercado.
Desde la consultora indican que “el nivel de las reservas hídricas en diciembre de 2021 ha sido uno de los más altos de toda la historia debido a las altas precipitaciones que ha traído el fenómeno de La Niña y la disponibilidad hídrica declarada ha aumentado en los últimos días”.
Sin embargo, “los aportes se han reducido en las últimas dos semanas; aunque no han llegado a niveles como los presenciados en enero y febrero de 2021 (periodo en el cual los aportes fueron marcadamente inferiores a los actuales y el precio de bolsa nunca alcanzó niveles cercanos o superiores a los 300 $/kWh)”.
Esto se debió, precisan desde Óptima, a que el 9 de diciembre de 2021 se emitió una alerta por los índices que calculan la “senda de referencia del embalse”, que consiste en un llamado a las centrales hidroeléctricas a almacenar energía en sus embalses.
“Por lo tanto, la única forma de almacenar más energía en los embalses de una planta hidroeléctrica, de no contar con aportes hídricos suficientes que compensen su generación (en aras de conservar su inventario), es dejar de generar a plena capacidad, lo que desencadenó en precios que aumentaron hasta alcanzar un máximo de 579 $/kWh el 21 de diciembre”, concluyen.
No obstante, desde la compañía señalan que “con el anuncio de una temporada de lluvias abundantes para el primer trimestre de 2021 no se espera que la situación de precios altos se mantenga de forma prolongada, bajo el racional de que el aporte compense la velocidad de desembalse del sistema”.
Otras causas
Por otra parte, señalan que “la baja competitividad actual, en términos de costos de generación de las plantas térmicas, ha ampliado el margen de precios de oferta en los cuales puede moverse la tecnología hidráulica sin ver afectada su despachabilidad”.
Es decir, las hidroeléctricas pueden aumentar sus precios hasta cierto grado sin que las plantas térmicas alcancen a entrar en el despacho.
Otro hecho que puede explicar el aumento en los precios por parte de los agentes con portafolio hidroeléctrico puede estar dado por la incertidumbre en términos de la confiabilidad del sistema para el periodo de 2022.
“Esta preocupación radica en que las asignaciones de Obligaciones de Energía en Firme (OEF) para el periodo de 2022 equivalen a 217,06 GWh-día. Si a estas asignaciones sustraemos las asignadas a Hidroituango (dado que la probabilidad de que Ituango honre sus OEF con energía propia para este periodo es baja), el resultado es 207,52 GWh-día”, indican desde Óptima.
Y agregan: “Por otro lado, la proyección de demanda en el escenario alto de la UPME está alrededor de los 213,31 GWh-día (este escenario ha estado siendo alcanzado en los últimos meses dada la reactivación económica post-covid del país). Por lo tanto, estamos ante un déficit de confiabilidad del sistema de aproximadamente 3% en tanto en este periodo no entrará ninguna planta nueva con OEF asignadas”.
“Esta situación explicaría en alguna medida el comportamiento de los agentes que, ante la preocupación de honrar sus OEF para garantizar la confiabilidad del sistema, prefieren ser conservadores en el despacho para administrar sus embales y esto lo hacen subiendo los precios de oferta procurando no salir despechados. Esto bajo el entendido que, en efecto, el incremento de precios redunde en una material reducción de la generación hídrica, que como comentamos anteriormente, se ha presentado, pero en proporciones muy inferiores a periodos similares, aun en condiciones hidrológicas mucho menos favorables”, concluyen.