“Hacia una transición energética responsable y resiliente: adaptando el sistema eléctrico a la nueva realidad climática”, se titula la habitual editorial que Generadoras de Chile realizó en su último Boletín del Mercado Eléctrico (consultar).

Allí, la entidad analiza los hitos más relevantes del sistema eléctrico chileno que han acontecido durante las últimas semanas, donde, si bien el país incorpora cada vez más potencia instalada (“cerca de 28,5 GW de capacidad instalada, donde más de 15 GW de capacidad es de generación renovable”) una serie de variables han generado una gran volatilidad del mercado spot

“Como consecuencia de todos estos factores, el precio spot promedio de la energía en julio de 2021 alcanzó los 119 USD/MWh, un 186% por sobre el valor promedio del mismo mes en 2020. El 12 de agosto de 2021 el precio spot de la energía en Alto Jahuel se empinó por sobre los 300 USD/MWh, un valor no observado en el sistema desde el año 2014”, advierte la editorial.

Para ello, se propone que Chile tome medidas “para la gestión de riesgos sistémicos, particularmente aquellos que surgen de eventos climáticos extremos”, que posibiliten “utilizar mecanismos que promuevan la implementación de holguras o redundancias del tipo y tamaño adecuado para hacer frente a periodos de estrés”.

En esa línea, el documento destaca la aplicación de las subastas de Cargo por Confiabilidad que empezó a aplicar Colombia a partir del año 2006, con “el propósito de incentivar la disponibilidad de energía firme —no sólo de capacidad— para hacer frente a las variaciones estacionales de los recursos hídricos, los cuales han aportado históricamente cerca de tres cuartos del total de la producción eléctrica”.

“Se optó por implementar un mecanismo de subastas de obligaciones futuras de energía firme que son transables y que tienen vigencia de 1 a 20 años. Estas obligaciones de energía firme remuneran recursos que puedan entregar energía de manera constante, por ventanas de tiempo lo suficientemente extensas como para hacer frente a los periodos de sequía”, destacan desde Generadoras.

Y rematan: “Este tipo de experiencias ofrecen ejemplos que se podrían considerar en el diseño de mecanismos para enfrentar los nuevos desafíos climáticos, tomando en cuenta que las fuentes de riesgos son diversas, dinámicas y diferenciadas territorialmente, y pueden además ir cambiando en función de la evolución de la matriz energética”.

Para conocer más sobre el punto de vista de la entidad acerca de la posibilidad de que Chile aplique un mecanismo similar de Cargo por Confiabilidad, Energía Estratégica dialogó con Francisco Muñoz, Director de Estudios de Generadoras.

“Citamos la experiencia de Colombia porque nos pareció un ejemplo interesante a considerar para el diseño de mecanismos de suficiencia”, introdujo el directivo.

Y agregó: “En Colombia ocurrió que los mecanismos que normalmente se utilizan para garantizar la suficiencia de los sistemas eléctricos en otros países, no entregaron resultados satisfactorios para el contexto local, donde un evento de estrés, como una sequía, puede durar varios meses y no sólo unas pocas horas. En otras palabras, en Colombia no había un problema de falta de capacidad de generación, sino de falta de incentivos para garantizar la entrega de energía firme por extensos periodos de tiempo”.

“Más que sugerir que en Chile se debería implementar un Cargo por Confiabilidad como en Colombia, nuestro mensaje es que los mecanismos para garantizar la confiabilidad de un sistema se deben diseñar teniendo en cuenta el tipo de riesgos a los que se va a enfrentar el sistema eléctrico (incluyendo, por ejemplo, periodos de sequía, de baja disponibilidad de recursos renovables variables y de posibles restricciones logísticas asociadas al transporte de combustibles), para luego desplegar los incentivos que permitan alcanzar un cierto nivel de suficiencia”, cierra Muñoz.