En la actualidad, el 13% de la población mundial aún no tiene acceso a servicios modernos de electricidad. Romper la barrera de acceso al suministro eléctrico se volvió una de las prioridades de esta generación. Las Naciones Unidas alertan, por ejemplo, que la falta de acceso a la energía puede obstaculizar los esfuerzos por contener la COVID-19 en muchas partes del mundo. Por eso, la cobertura eléctrica se vuelve cada vez más crucial en el contexto que se vive hoy.
Ahora bien, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el acceso universal a la energía sostenible seguirá siendo inalcanzable, a menos que se aborden las desigualdades. Una gran limitante es la inversión inicial que debe hacerse para desplegar nuevas redes eléctricas y plantas de generación que permitan la electrificación en todos los rincones.
Como respuesta, un modelo que ha demostrado éxito para ofrecer energía limpia descentralizada al alcance de todos es el llamado “sistema solar prepago”. Una alternativa que dependiendo las bases del mercado y el modelo de negocios que ofrezca la empresa proveedora del servicio, no sólo garantiza un suministro eléctrico con una inversión inicial mínima, sino que permite ajustar el servicio tanto a la demanda del cliente como a su disponibilidad económica, y -en algunos casos- hasta permite financiar 100% el equipo a largo plazo.
En Latinoamérica, Kingo Energy es una de las empresas pioneras en implementar este modelo de negocios y diseñar kits acompañados de una plataforma de gestión en nube para su funcionamiento.
Surgida en Guatemala, Kingo cuenta con una oferta que garantiza una generación y consumo descentralizado, limpio y eficiente. Sus kits incluyen energía solar y almacenamiento en baterías, tecnologías que prometen convertir en el recurso energético más económico del planeta para 2022.
“Los sistemas de energía inteligente de Kingo brindan acceso a iluminación y electrodomésticos. Los usuarios pagan por códigos diarios, semanales o mensuales y pueden solicitar instalaciones y actualizaciones gratuitas del sistema”, señalan desde la empresa (ver más).
¿Cómo el sistema se vuelve “prepago”? Así como los celulares, las recargas de estos sistemas se venden en tiendas como un servicio prepago a través de una aplicación.
Aquella facilidad llevó a que Kingo Energy ya ofrezca sus soluciones en países latinoamericanos como Guatemala, Colombia y Nicaragua.
En India, Simpa -una empresa de Engie- también imita el atractivo modelo prepago. Pero en este caso, ofrecen un giro importante: estos pequeños pagos por el servicio de energía también se suman al precio total de compra del kit instalado y, una vez pagado por completo, el cliente es propietario del sistema (ver más).
Ahora, este tipo de modelo es evaluado por Panamá para implementarlo como parte de su Estrategia Nacional de Acceso Universal (ENACU) que tiene como propósito superar definitivamente la frontera de la pobreza y desigualdad energética a más tardar en el año 2030.
El ENACU, documento que se encuentra bajo consulta pública por el próximo mes, explicita estar evaluando impulsar servicios de energía eléctrica tales como los sistemas solares prepagos. Aunque también advierte que esto traería muchos retos en su puesta en marcha; por lo que, una etapa previa obligada debería ser identificar las necesidades institucionales, regulatorias y normativas para la implementación.