Los máximos directivos de las empresas distribuidoras —Metrogas, Naturgy, Camuzzi y EcoGas, entre otras— y transportistas —TGN y TGS— firmaron este martes actas acuerdos en la sede del Enargas mediante las que aceptaron las condiciones generales que les ofreció el gobierno para recomponer las tarifas de gas. La rúbrica de esos documentos es, tal como viene sucediendo desde haces años, una condición necesaria para que el ente regulador del gas pueda avanzar con la publicación de los nuevos cuadros, algo que está previsto para mañana (jueves) o incluso para el sábado en una edición especial del Boletín Oficial, según indicaron a EconoJournal fuentes privadas.

Mientras tanto, la Secretaría de Energía dio a conocer este miércoles cuáles serán los nuevos precios de gas en el punto de ingreso al sistema de transporte (PIST) que deberán afrontar los hogares y comercios a partir del 1º de abril. A través de la resolución 41 , la cartera que dirige Eduardo Rodríguez Chirillo definió que los usuarios residenciales que por su nivel de ingresos estén categorizados dentro del Nivel 1 (alto poder adquisitivo) pasarán a pagar a partir del lunes entre 2,70 y 2,96 dólares por millón de BTU, tres veces más que lo que están pagando en la actualidad (cerca de 1 US$/MMBTU).

Un mes más tarde, desde el 1º de mayo, los hogares N1 tendrá que pagar un ‘precio de invierno’ del gas (estará vigente hasta el 30 de septiembre) que trepará un escalón para llegar a los 4,50 dólares, según está definido en el anexo II de la resolución. En los hechos, el precio de invierno que definió la administración de Javier Milei es casi idéntico, en términos reales (medido en dólares), que el que había definido el ex ministro de Economía Sergio Massa en marzo de 2023. En las tarifas publicadas durante ese mes, el precio del gas para los hogares N1 llegaba a los 4,30 dólares.

Aumento atenuado

La resolución firmada por Rodríguez Chirillo definió que a partir de octubre de este año, los usuarios N1 volverán a abonar cerca de 3 dólares (el importe de abril). Energía optó por trasladarle a los hogares de alto poder adquisitivo la señal real de costos del gas natural, dado que durante los meses de frío el costo medio del sistema se eleva por la necesidad de cubrir el pico de consumo domiciliario mediante importaciones de Gas Natural Licuado (GNL), cuyo precio se ubica hoy en día en torno a los 10 US$/MMBTU, más del doble que el costo promedio del gas local.

Para viabilizar política y por qué no judicialmente la suba de las tarifas de gas, el gobierno optó por diferir la mayor parte del ajuste que deben afrontar los hogares de clase media (Nivel 3) y de bajos ingresos (Nivel 2), que representan en conjunto casi un 61% del universo total de usuarios de gas natural a nivel nacional. En concreto, se definió que esos segmentos afrontarán un incremento atenuado de sus facturas dado que se les trasladará a sus tarifas sólo una parte minoritaria del costo real del gas.

La resolución 41 fijó un precio del gas en el PIST mucho más bajo para esos dos niveles. En concreto, los hogares de sectores populares (N2), que explican un 36% del total de los hogares de todo el país, pasarán a pagar en abril US$ 0,78 por MMBTU (contra los 0,20 dólares que están vigentes en la actualidad), mientras que a los usuarios N3, que explican un 24% del total de los usuarios, se les cargará un precio de 1,16 dólares por el bloque base de su consumo (por el excedente deberán pagar US$ 2,96 por MMBTU) cuando en la actualidad están pagando sólo US$ 0,40 por MMBTU, una décima parte del costo real del gas.  

Servicio regulado

Con la resolución publicada hoy en el Boletín Oficial se conoció cuánto aumentará uno de los tres componentes que conforma la factura de gas: el precio del gas en el PIST. Pero el valor agregado de distribución (VAD), tal como se denomina técnicamente a los ingresos que percibe cada distribuidora por operar, mantener y expandir las redes de distribución de gas natural, y el margen que perciben las transportistas por opera el sistema troncal de gasoductos, se conocerán recién cuando el Enargas publique en los próximos días los nuevos cuadros tarifarios que entrarán en vigencia en abril.

Fuentes privadas indicaron a EconoJournal que la recomposición del VAD que cobran las distribuidoras se ubicará en la banda del 500% y en algunos casos podría trepar al 600 por ciento. Desde una distribuidoras explicaron que el último incremento de sus ingresos data de marzo del año pasado. A diferencia de las distribuidoras eléctricas, a las que en 2023 el ex ministro de Economía Sergio Massa les autorizó una actualización del 250% de sus haberes, la recomposición de las gasíferas el año pasado se ubicó en torno al 95%, muy por debajo de la inflación registrada en el año. A raíz de eso, las empresas advierten que su situación económica es apremiante. Este medio pudo constatar que por la endeblez de su caja una distribuidora le pagó a su proveedor habitual de gas (una petrolera) sólo un 30% de la factura de marzo, en tanto que el sindicato de trabajadores del gas (Stigas) realizó ayer una movilización a las oficinas de Camuzzi y EcoGas en Buenos Aires en reclamo de una mejora salarial, dado que los sueldos se mantienen sin cambios desde noviembre, antes del salto inflacionario registrado en el verano.

Aplanamiento

Una novedad importante de los cuadros tarifarios del gas es que el aumento del VAD que cobran las distribuidoras se trasladará mayoritariamente sobre el cargo fijo de las facturas y no en forma repartida con el cargo variable, tal como sucedía hasta ahora. ¿Qué significa eso? Que los hogares residenciales pasarán a pagar un cargo fijo más alto todos los meses para acceder al servicio del gas natural. El cargo variable, que se cobra en función de cuánto gas haya consumido efectivamente cada hogar, pasará a reflejar fundamentalmente el precio del gas y no el VAD.

La medida viene en respuesta, en realidad, a un pedido de los privados que argumentan que su estructura de costos es la misma durante todo el año (el personal y vehículos no varía), por lo que prefieren tener mayor previsibilidad cobrando lo mismo todos los meses (a través del cargo fijo más alto) en lugar de concentrar sus ingresos durante los meses de frío (cuando se registra el pico de demanda residencial), tal como sucedió históricamente.

En rigor de verdad, el planteo apunta también a neutralizar el impacto de un contexto con alta nominalidad sobre la economía de las empresas, dado que la elevada inflación termina licuando el ingreso en pesos de las distribuidoras. A su vez, al aumentar más el cargo fijo que el variable, el Enargas intenta aplanar, aunque sea en parte, el costo de las facturas de gas, que por cuestiones estacionales se empuntan en el invierno por el mayor consumo y tienden a diluirse durante el verano. Por eso, muchas veces los hogares pierden la referencia de cuál es el costo que afrontarán en su próxima factura. Al repotenciar el importe del cargo fijo, el piso de las facturas residenciales se incrementará y tendrá menos variaciones de un mes a otro.

El ente regulador también oficializará en la próxima semana la creación de un Índice del Gas para indexar en forma automática el valor de las tarifas en función de lo que suceda con la economía argentina. EconoJournal había adelantado en agosto del año pasado que el organismo estaba trabajando en un índice de esas características. Pese a que el ex subsecretario de Hidrocarburos Federico Bernal ordenó desmentir la publicación de este medio, evidentemente la información iba en la dirección correcta.

Lo que se definió es que el Índice del Gas de ajuste mensual entrará en vigencia en mayo y se determinará a través de una fórmula polinómica compuesta por diferentes variables. Una de ellas, que explicará el 50% de la ponderación polinómica, será el índice de salarios del sector. También incidirán el IPC y el IPIM.

, Nicolas Gandini