Petrobras, la empresa petrolera brasileña semi-pública de propiedad mixta, continúa con su estrategia de transición energética en el país que le permita reducir la huella de carbono de los productos,  en consonancia con la visión del mercado en cuanto a generación de valor económico y la rentabilidad

Uno de los focos está orientado a la generación de energía renovable, principalmente eólica y solar onshore, pero también ya consideran a la eólica marina como una alternativa para el futuro, aunque para avanzar en ese campo, la compañía está a la espera de una normativa específica 

“Por ahora no hay Capital Expenditure (CAPEX) para la eólica offshore porque no hay un marco regulatorio establecido. Pero pensamos en zonas reservadas e inversiones, sobre todo mediante memorándums de entendimiento y alianzas con otras empresas en la materia”, señaló durante un evento Mauricio Tolmasquim, director de Transición Energética y Sostenibilidad de Petrobras. 

El sector energético de Brasil espera por la continuidad del proyecto ley que regula el suministro y concesión de áreas para la exploración de energía eléctrica renovable offshore, tras la aprobación en diputados a finales del 2023 (ver nota).

La iniciativa N° 11247/2018 ya se encuentra en el Senado para su tratamiento y, de lograrse la sanción definitiva, el Poder Ejecutivo será quien deba las áreas sujetas a la instalación de equipos de generación; aunque las mismas no podrán estar en campos petroleros, rutas de navegación marítima o áreas protegidas por la legislación ambiental. 

Tal es la expectativa que, a falta de una regulación específica, el sector privado sigue presentando proyectos ante el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA y ya son 97 los parques eólicos offshore, que suman más de 234 GW de potencia, con procesos abiertos ante la Junta de Licencias Ambientales. 

Incluso, la propia Petrobras mantiene un proceso abierto para la concesión de diez licencias ambientales de centrales eólicas marinas por casi 23 GW de capacidad, aunque el objetivo final es llegar a los 30 GW en los próximos meses. 

Áreas que se reparten entre las regiones noreste, sureste y sur del país; puntualmente entre los estados de Río Grande do norte (3 zonas), Ceará (3), Maranhão (1), Río de Janeiro (1), Espírito Santo (1) y Río Grande do Sul (1). 

“Brasil ya está en una posición destacada, pero no debe conformarse con ello porque todavía tiene potencial para crecer aún más. Por ejemplo, la eólica tiene un potencial de 800 GW (cerca de 25 veces lo que hay instalado actualmente)”, sostuvo Tolmasquim. 

“Si sumamos la eólica offshore, de un potencial base de 700 a 1200 GW, hablamos que Brasil puede aumentar 50 veces la capacidad instalada de energía eólica. Eso, junto a la solar, biomasa y las hidroeléctricas, debe ser aprovechado y es fundamental para hacer productos renovables y que éstos los podamos exportar, como por ejemplo amoníaco o hidrógeno verde”, agregó.

Cabe recordar que un estudio reciente del Banco Mundial determinó que, en el escenario más ambicioso, Brasil cuenta con un potencial técnico de más de 1200 GW, incluidos 480 GW de cimentación fija (a profundidades inferiores a 70 metros) y 748 GW de potencial de cimentación flotante (profundidades de 70 a 1.000 m).

Mientras que el costo podría caer de USD 64 (R$ 344) por MWh en los primeros proyectos (alrededor de un 50% por encima de los precios de energía solar y eólica terrestre) a USD 40-50 (R$ 215-268) por MWh hacia el 2050. 

 

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